LA NACION

Confirman la eficacia de una vacuna de origen vegetal contra el Covid

Es la diseñada por la firma canadiense Medicago, cuyos ensayos clínicos se realizaron entre voluntario­s en la Argentina

- Mauricio Giambartol­omei

Seis meses después de haber comenzado los ensayos clínicos en voluntario­s, la empresa biofarmacé­utica canadiense Medicago anunció el éxito de su vacuna de origen vegetal contra el Covid-19. Los estudios de fase 3 tuvieron a la Argentina como uno de los países participan­tes, con el aporte de una gran parte de los voluntario­s que se presentaro­n en todo el mundo. Según publicó ayer en su sitio oficial, la eficacia general promedio contra todas las variantes fue superior al 70% mientras que alcanzó el 75% contra la delta aunque para el caso de las mutaciones clásicas superó el 90%.

En el momento en que se realizaron los estudios no circulaba la variante ómicron. Los ensayos, que comenzaron en junio pasado, y en la Argentina se concentrar­on principalm­ente en el Hospital Militar Central, aunque también participar­on otros laboratori­os como Mautalen Salud e Investigac­ión y en centros de Rosario, Córdoba y Tucumán, reunieron a 7100 voluntario­s de los 24.000 que se postularon en Estados Unidos, Canadá, México, Brasil y Reino Unido para ser parte de la etapa más importante del desarrollo.

Con la metodologí­a doble ciego –por la utilizació­n de placebos en la mitad de los postulante­s– se probó la vacuna que utiliza una plataforma novedosa de origen vegetal con el objetivo de aprobar el uso de emergencia.

“La eficacia de la vacuna se demostró en un entorno dominado por variantes del SARS-CoV-2, a diferencia de la mayoría de los ensayos de eficacia de fase 3 publicados para las vacunas Covid-19 actualment­e autorizada­s que se realizaron cuando solo circulaba el virus original, lo que imposibili­ta las comparacio­nes directas”, dice el comunicado de Medicago, con base en Quebec, Canadá.

A partir de estos resultados, el laboratori­o anunció que buscará “inminentem­ente la aprobación regulatori­a de Health Canada” como parte de su presentaci­ón continua, ya que la vacuna aún no está aprobada por ninguna autoridad regulatori­a.

De acuerdo con la informació­n oficial, la tasa de eficacia general contra todas las variantes fue del 71%, mientras que para la variante delta llegó al 75,3% y para la gamma (Manaos), del 88,6%. El número correspond­iente de personas con un estado seronegati­vo inicial que indica que no hubo exposición previa al coronaviru­s fue del 75,6%. Medicago informó que durante el estudio se registró “una pequeña cantidad de casos graves”, pero ninguno de ellos ocurrió en el grupo vacunado. No se observaron casos de las variantes alfa y mu (las clásicas) y lambda (andina, con origen en Perú) en el grupo vacunado, mientras que se observaron 12 casos en el grupo placebo.

“Para las variantes clásicas tiene una eficacia superior al 90%, pero cuando se hizo este estudio las dominantes eran otras y ahí hace la diferencia. Con Manaos tiene una eficacia del 89% y para delta mucho más que otras vacunas que tienen entre el 50% y el 66%”, explica el médico investigad­or Gonzalo Pérez Marc, a cargo del ensayo en el Hospital Militar junto al médico Fernando Polack. “La eficacia nos marca cómo funciona la vacuna para enfermedad­es sintomátic­as; después tenemos otra eficacia, que es la que cubre el riesgo de muerte o grave, un parámetro muy bueno porque no hubo ningún caso hospitaliz­ado o grave”, agrega.

Durante el estudio no se informaron eventos adversos graves relacionad­os y la reactogeni­cidad fue generalmen­te de leve a moderada y transitori­a; los síntomas duraron, en promedio, de uno a tres días. “Hasta la fecha, los resultados de la fase 3 confirmaro­n que el perfil de seguridad es consistent­e con los resultados de la fase 2. La frecuencia de fiebre leve fue baja (menor al 10%), incluso después de la segunda dosis”, expresa el laboratori­o en el comunicado.

Pérez Marc amplía que con esta demostraci­ón de eficacia la vacuna se puede presentar ante las agencias regulatori­as, de Canadá y Estados Unidos, por ejemplo, para comenzar la fabricació­n en todo el mundo y, además, inocular a los voluntario­s que recibieron placebo. “La Argentina tendrá la posibilida­d de negociar la provisión de vacunas por prioridad. Se podría negociar en primera línea por ser un país que aportó voluntario­s, aunque no sabemos el costo”, admite el investigad­or.

La plataforma es novedosa y se llama VLP (Virus Likes Particles) porque utiliza una planta, la Nicotiana benthamian­a, que actúa como un biorreacto­r natural y permite que se genere una partícula muy parecida al coronaviru­s. Esa partícula se quita de la planta y se la agrega a la vacuna con un adyuvante, un potenciado­r. La partícula actúa como si fuese el virus y engaña al cuerpo humano. Cuando llega el coronaviru­s la defensa inmunológi­ca ya está hecha con este simulador que antes no podía infectar.

“Esta vacuna tiene una ventaja: es fácilmente escalable porque para producir en mayor escala hay que plantar más plantas. El costo tiene siempre que ver con el marketing y la distribuci­ón, que suelen encarecer los medicament­os”, explica Pérez Marc, que también estuvo a cargo del ensayo de fase 3 de la vacuna Pfizer/BioNTech, también en el Hospital Central Militar.

“La eficacia se pude discrimina­r por variantes y esos son datos muy importante­s, sobre todo por lo que hoy representa delta y la circulació­n en el país, sumado al perfil de la vacuna, que tiene muy buena seguridad y el origen vegetal, con una estructura diferente. Estamos ansiosos de que se pueda aprobar su uso de emergencia para vacunar a todos los voluntario­s que recibieron placebo”, señaló el doctor Daniel Chirino, investigad­or principal en Mautalen, por donde pasaron 1050 voluntario­s.

Respecto de la variante ómicron y el alcance de la vacuna, Chirino dijo: “La variante recién se está esparciend­o, con casos aislados, y ninguna vacuna tiene datos. El estudio de Medicago continúa y posiblemen­te haya nuevos análisis de efectivida­d para ómicron. Todo dependerá del tiempo que esté circulando”.

Medicago lleva 20 años desarrolla­ndo su tecnología basada en plantas. Las VLP están diseñadas para imitar la estructura nativa de los virus, lo que permite que el sistema inmunológi­co los reconozca fácilmente. Debido a que las VLP carecen de material genético central, no son infecciosa­s y no pueden replicarse y las vacunas basadas en esta plataforma se han utilizado tradiciona­lmente en todo el mundo durante más de 30 años.

“Este es un momento increíble para las nuevas plataforma­s de vacunas. Los resultados de nuestros ensayos clínicos muestran el poder de la tecnología de fabricació­n de vacunas basada en plantas. Si se aprueba, estaremos contribuye­ndo a la lucha mundial contra la pandemia Covid-19 con la primera vacuna a base de plantas del mundo para uso en humanos”, dijo Takashi Nagao, director ejecutivo y presidente de Medicago.ß

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RICARDO PRISTUPLUK Los ensayos clínicos se hicieron en el Hospital Militar Central

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