LA NACION

San Juan El Precursor: alumnos provocaron destrozos en el colegio

Fue el viernes pasado durante la fiesta de egresados; la institució­n envió una carta a las familias para informar los daños sufridos, entre ellos en computador­as, vidrios y esculturas

- Alejandro Horvat

En la madrugada del viernes pasado, entre las 0.30 y las 2.05, cuando terminaba una cena de gala en honor a los egresados y familiares de la camada 62 del Colegio San Juan El Precursor, en San Isidro, un grupo de unos 15 estudiante­s provocaron graves destrozos en las instalacio­nes, según denunció la institució­n en una carta dirigida a la comunidad educativa el domingo pasado. De hecho, rompieron notebooks –una de ellas terminó arrojada en una casa aledaña–, cuadros, vidrios y esculturas. En ese comunicado al que accedió la nacion, se consignó que a través de las cámaras de seguridad pudieron ver a un alumno que caminaba por el lugar con un martillo en la mano.

“Queridas familias de la camada 62: les pedimos disculpas por enviarles esta comunicaci­ón un domingo, día de descanso y para compartir en familia, pero creemos que el mensaje que queremos transmitir­les lo justifica”, comienza el texto de las autoridade­s del colegio.

El San Juan El Precursor es una de las pocas escuelas bonaerense­s que mantienen una modalidad diferencia­da, es decir, solo asisten varones. la nacion se contactó con la institució­n, que contestó con otro comunicado, en el que sostiene: “Nos reunimos con algunos alumnos y familias. Varios de ellos han asumido parte de lo ocurrido, y expresado su arrepentim­iento y su voluntad de asumir las consecuenc­ias”.

En tanto, en el texto enviado a las familias, se describe que un grupo de unos 15 alumnos de 6º año arrancaron y se llevaron las esculturas de sapitos de cerámica de la fuente del patio de honor y desprendie­ron fragmentos de azulejos y mamposterí­a que, según la institució­n, serán difíciles de reponer.

En el salón Padre Castagnet derribaron bancos y mesas, rompieron a golpes un monitor y destruyero­n dos notebooks. Desde el balcón de ese espacio, arrojaron una de las computador­as, junto con un reloj de pared y el trípode de una cámara, que quedaron a 30 metros de distancia, en el jardín de una casa vecina.

En varias aulas, forzaron los CPU, introdujer­on alambres en el ventilador del equipo y se llevaron dos cámaras web. De la sala de profesores, sacaron un cuadro, rompieron el vidrio y dejaron los restos en el ascensor. En las zonas donde había una muestra de arte, se llevaron una de las esculturas expuestas.

“Todo esto sucedió mientras las familias, compañeros, profesores y directivos vivíamos el último tramo de la fiesta, organizada para homenajear a la camada. A la mañana siguiente, hicimos el recuento de daños y analizamos las cámaras de seguridad que registraro­n las distintas situacione­s de destrozo. Lo que nos mostraron las imágenes nos dejó con un nudo en la garganta; por ejemplo, había un egresado recorriend­o los pasillos con un martillo en la mano, grupos de egresados rodeando la fuente, algunos haciendo de campana, otros forcejeand­o con los adornos y padres observando esa escena sin intervenir”, señala el comunicado. Con un profundo dolor y malestar, las autoridade­s describen que a esos jóvenes, que conocen desde hace años, los vieron a través de las cámaras caminando en medio de la oscuridad, guiados solo por la luz de sus celulares, buscando objetos para romper.

“Mientras hacíamos el recuento de daños y analizábam­os las cámaras, en la mirada de las personas que trabajan en el colegio veíamos reflejadas la desolación y la decepción de los empleados de mantenimie­nto, que el día anterior habían trabajado de sol a sol para que el acto de entrega de diplomas y la comida salieran excelentes”, agregaron desde la institució­n.

De a poco, empezaron a citar a los alumnos que produjeron los desmanes para hablar con ellos.

“No queremos que estos hechos solamente sean abordados desde los protocolos que hemos establecid­o para situacione­s de indiscipli­na. Necesitamo­s que la camada de padres y madres tome este tema como propio. Que se involucre. Que participe. Un primer paso es que cada familia hable con su hijo y que sean las familias mismas las que tomen la iniciativa de traer a su hijo para dar la cara y asumir, con valentía, las acciones que cada uno realizó. Otra acción esperable es que la camada de familias y alumnos cumpla con un compromiso asumido verbalment­e hace varias semanas por algunas familias para realizar una o varias jornadas de trabajo en el colegio, para reparar daños provocados tiempo atrás por los chicos”, concluye el comunicado.ß

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Archivo El colegio denunció que unos 15 alumnos dañaron las instalacio­nes

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