“Los desafectados”, los Leoncitos que también fueron campeones mundiales
Un grupo de jugadores asumió un rol clave en el Panamericano al reemplazar a los titulares, afectados de Covid; meses después, vibraron a la distancia la conquista en India
El teléfono sonó en plena cena del martes. Era Walter “Cuca” Conna, referente del hockey en Mendoza. Ian Tarquini se alejó de la mesa para hablar. Cuando terminó, volvió agitado por la emoción y le avisó a sus padres, que abrieron los ojos más grandes que nunca de la sorpresa: “Mañana tengo que volar a Chile”. Situaciones similares se deben haber repetido en otras 17 familias. Un jugador del seleccionado Sub 21 que viajaba en el ómnibus rumbo a Santiago dio positivo de Covid-19 y, por ser contacto estrecho, el plantel completo quedó aislado. La Argentina perdió a sus 18 jugadores y tuvo que armar un equipo de emergencia para el torneo Panamericano, que además era clasificatorio para el Mundial de India.
Se juntaron de apuro, se subieron a un chárter del ejército, Leoncitos y Leoncitas. Porque a las mujeres les pasó lo mismo. Apenas subieron a la nave, entre la adrenalina de la situación y la alegría del viaje para representar a la celeste y blanca, no paraban de hacer bromas en el avión de color verde: “¿Quién entrega los paracaídas?”, preguntaban.
Los integrantes del “equipo muleto” llegaron a la capital chilena y muchos se conocieron mientras se hacían decenas de hisopados. Tuvieron un entrenamiento. Uno solo. Al día siguiente ya estaban jugando el torneo. Le ganaron a Estados Unidos, Trinidad y Tobago y Canadá. Perdieron la final con Chile en los penales australianos. Fueron subcampeones, lograron la clasificación.
Eso ocurrió en la última semana de agosto. Este domingo, todos esos chicos que habían sido convocados ante una emergencia, alentaron a la distancia. Les tocó verlo por televisión. Las reglas del juego. Los “contactos estrechos” de aquel caso de Covid-19 se recuperaron y retomaron los lugares que les correspondía para ir a Bhubaneswar, donde le ganaron la final a Alemania por 4 a 2 y se consagraron campeones del mundo. Nada de eso hubiera sido posible sin “los desafectados”. Un grupo que hoy también debe considerarse campeón a pesar de no haber integrado el equipo.
–¿Te sentís campeón?
–Y... una parte sí. Obvio. Para mí fue como estar ahí. quería ganarlo igual que ellos.
A Tarquini le hubiera gustado estar en India, por supuesto. Pero no tiene ni una pizca de resentimiento ni rencor. Al contrario. Está feliz y orgulloso. Aunque no lo sacaron, él decidió salir del grupo de WhatsApp del conjunto mundialista. Ahí donde estaban incluidos los entrenadores y todo es más formal. “Ya no pertenecía a ese equipo, no me correspondía estar”, dice.
Pero en el otro, el de los jugadores, siguen todos. “Los de Chile” y “los de India”. Ahí festejaron y se divirtieron por igual. Sufrieron y gozaron el campeonato que les pertenece a unos y a otros. En los extremos del mundo, fueron un grupo solo.
Esta camada lleva varios años de contacto. Formaron parte de los programas de trabajo camino a los Juegos Olímpicos de la Juventud de 2018. Después del Panamericano, había que retomar la preparación para el Mundial. Y como era de esperarse, todos los chicos que lograron la clasificación fueron invitados a las prácticas. Estuvieron tres semanas juntos, pero al final, la lista principal prevaleció. Los subcampeones panamericanos fueron desafectados en los sucesivos cortes. Sólo uno de los “chilenos” llegó al Mundial: Martín Fernández. Pero fue como jugador de reserva. No fue necesario incorporarlo al plantel y no jugó.
Tarquini todavía recuerda aquella experiencia vertiginosa. “Sentíamos mucha presión, mucha responsabilidad. Por un lado estaba contento: ‘Voy a jugar’, me decía a mi mismo. Pero por el otro pensaba: ‘Si perdemos, nos quedamos afuera de un Mundial”, cuenta horas después de la gran conquista de sus compañeros.
“Mamo Ronconi (N. de la R.: Mariano, el DT del equipo de emergencia), nos decía que si a ese equipo le daban dos meses de entrenamiento, ganábamos el Panamericano, también. No nos conocíamos, era muy difícil saber cómo iba a jugar cada uno”.
Una bandera argentina que portaron los subcampeones panamericanos tenía un mensaje que marcó al grupo: “Somos más que 20”. Es la misma frase que desde el otro lado del mundo repetirán los campeones para agradecer a los que hicieron el trabajo previo. Por una experiencia traumática, por el cruce de la cordillera para una aventura fugaz y porque al final del recorrido todos merecen ser considerados campeones mundiales. Los que conocen India... y los que todavía no.