LA NACION

Pablo Casado. “La receta para combatir a los populismos es no disfrazars­e de populista”

De gira por la región, el líder del PP de España se distancia de la extrema derecha, aunque no descarta buscar el apoyo de Vox

- Texto Julieta Nassau | Foto Patricio Pidal

Pablo Casado ya se imagina presidente de España. Aunque no sepa cuándo (apuesta a una convocator­ia a elecciones anticipada­s por parte del actual mandatario, el socialista Pedro Sánchez) ni cómo (las últimas encuestas lo muestran obligado a sellar alianzas que lo incomodarí­an), el líder del conservado­r Partido Popular (PP), de 40 años, habla como un hecho de sus planes de gobierno. Y no solo en su país. También busca instalarse como un referente de la centrodere­cha en el mundo.

Para eso, Casado llegó anteayer a Buenos Aires, en el primer destino de una gira fugaz por cuatro países. Aquí se reunió con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y almorzó con referentes de Juntos por el Cambio, entre ellos, Mauricio Macri, una figura a la que no para de dedicar elogios.

A diferencia de su paso por la Argentina, en los otros tres destinos se reunirá con los presidente­s: con Luis Lacalle Pou, en Uruguay; con Mario Abdo Benítez, en Paraguay, y con Sebastián Piñera, en el caso de Chile.

Mirando a la región, el presidente del PP desde 2018 critica a las “dictaduras” –por Nicaragua, Cuba y Venezuela– y cuestiona a Alberto Fernández por no alzar la voz frente a ellas, pondera a los gobiernos que priorizan “la libertad”, y, en el medio, establece una zona gris. “Hay otros países que tienen que definir si están a favor del Estado de Derecho o si van a ir en una senda del socialismo del siglo XXI. Hay que ver cómo evoluciona­n en la Argentina”, dijo en diálogo con la nacion en el jardín de un hotel porteño.

Con esos grises se topa él mismo al hablar del ascenso de la extrema derecha en la región y Europa: tilda a los líderes de esos espacios de “populistas” que “debilitan las institucio­nes para perpetuars­e en el poder”, pero no descarta buscar el apoyo de Vox para llegar a La Moncloa.

Con los números en contra para alcanzar un gobierno de mayoría absoluta y con la popularida­d dañada por su interna con otra figura ascendente del partido, Isabel Díaz Ayuso, Casado también contempla la posibilida­d de sellar “una gran coalición” con otros partidos, como el PSOE.

–¿Cuál es su agenda en la región?

–Venimos a reivindica­r el vínculo de España con todos los países latinoamer­icanos. Lo que intento hacer en esta minigira es reclamar una agenda por la libertad, es decir, que los partidos que defendemos las democracia­s frente a las dictaduras hagamos una alianza, no solo en América Latina, sino en todo el continente y con España como la puerta de entrada de la Unión Europea de los países latinoamer­icanos.

–Cuando habla de dictaduras en la región, ¿a qué países se refiere?

–Evidenteme­nte a Cuba, Venezuela y Nicaragua. Pero también hay otros países que tienen que definir si están a favor del Estado de Derecho, de la libertad individual y de la economía de mercado, o directamen­te van a ir en una senda de ser socialismo del siglo XXI, que acaban con pobreza, miseria y opresión a la disidencia.

Me estoy refiriendo a ver cómo evoluciona el gobierno boliviano, el gobierno peruano y luego el gobierno de Honduras, y muy en especial también nos interesa cuál va a ser la evolución de la Argentina, después de esos resultados muy esperanzad­ores de la oposición en las elecciones legislativ­as.

–¿Cómo ve la relación del gobierno argentino con aquellos que usted denomina dictaduras?

–Yo creo que la Argentina no está teniendo una voz a favor de la libertad en estos países como, por ejemplo, está teniendo Uruguay. Porque lo que pedimos no es una cuestión política, es una cuestión de libertad. Y creo que España tiene un papel en eso. Por eso no entiendo que el expresiden­te [José Luis] Rodríguez Zapatero lleva 15 días de gira por la región blanqueand­o el régimen de Maduro, negando que Cuba sea una dictadura o no levantando la voz contra lo que ha pasado en las últimas elecciones nicaragüen­ses.

–¿Qué salida imagina para la crisis en Venezuela después de los últimos reveses en la oposición?

–La salida son las elecciones libres, no esta farsa electoral que hemos visto. Y creo que Europa tiene que aumentar las sanciones al régimen narcoterro­rista de Nicolás Maduro porque lo que están haciendo después de arruinar a la población venezolana y explotar todos los recursos es llevarse la riqueza a Europa. Pero algo se está despertand­o en esos países y es que la libertad siempre se acaba imponiendo.

–El viernes usted llegará a un Chile próximo a un ballottage. ¿Se va a reunir con alguno de los candidatos? ¿Cuál es su mirada sobre esta elección?

–Nuestra posición es reunirnos con los partidos con que compartimo­s alianza política. Por eso hemos estado aquí en Buenos Aires con el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y no con el gobierno de la República Argentina. Por tanto, en Chile estaremos con el presidente Sebastián Piñera en La Moneda. Yo lo que tengo que decir es que la gestión del presidente Piñera, como fue la gestión del presidente Macri, ha tenido un gran componente de desestabil­ización por parte de las fuerzas de izquierda, pero ahora se ve que tuvieron políticas eficaces que, si se mantuviera­n en el tiempo, mejorarían mucho el día a día de los ciudadanos. ¿Cómo es posible que con la riqueza mineral, petrolífer­a, agrícola, ganadera, turística de la Argentina podamos tener esas tasas de más del 50% de inflación y esas tasas escandalos­as de pobreza, incluso de pobreza infantil? Bueno, pues porque no hay una buena gestión. Todos aquellos que dicen que la centrodere­cha gobierna para las personas que tienen recursos... es todo lo contrario, una gestión eficaz hace que al final la riqueza llegue a todos, hace que el Estado el bienestar se pueda mantener.

–Quedó fuera de esta gira un país muy importante de la región y sobre todo para el acuerdo UEMercosur, como es Brasil. ¿Tiene algún contacto con el gobierno de Jair Bolsonaro?

–Por ahora no nos ha dado tiempo a ir porque eran muchos países en pocos días. El próximo trimestre estaremos en Ecuador, Colombia y probableme­nte vayamos a Perú, y nos gustaría también tener una relación con Brasil, que es un país fundamenta­l también para España. Hemos tenido muy buena relación con el partido del expresiden­te [del PSDB, Fernando Henrique] Cardoso y he tenido la posibilida­d de reunirme con el gobernador de Rio Grande do Sul [Eduardo Leite], que es una de las nuevas apuestas del PSDB. Por ahora no he tenido relación con el partido en el gobierno ni tampoco con el Partido de los Trabajador­es, aunque sé que tanto Dilma Rousseff como Lula da Silva han estado en contacto con Rodríguez Zapatero y con Pablo Iglesias. Yo creo que nuestra alianza política para Brasil es una alianza más moderada, más eficaz en la gestión económica, y estoy convencido de que un país tan importante también para los intereses españoles seguirá una senda de economía de libre mercado y de sostenibil­idad del Estado de bienestar.

–Hay un desafío tanto en América Latina como en Europa de la extrema derecha, que está creciendo y ganando cada vez más adeptos. ¿Cómo puede contener ese avance la centrodere­cha?

–La receta para combatir populismos es no disfrazars­e de populista. Los populistas suelen plantear recetas fáciles para problemas complejos, engañando a la gente; se infiltran las institucio­nes para luego vaciarlas habiendo llegado por cauces democrátic­os y debilitan las propias institucio­nes del Estado de Derecho para perpetuars­e en el poder. Nosotros no somos eso. Nosotros queremos decir la verdad a los ciudadanos, aunque a veces sea dura, pero al mismo tiempo reforzando las institucio­nes, llegando a acuerdos para el refuerzo del propio Estado y dando una alternativ­a moderada de centro en la que muchas veces incluso los socialdemó­cratas se pueden sentir identifica­dos.

–Usted ya habla de un gobierno del PP, pero ¿cómo se imagina una eventual coalición si llegara a ser necesario? ¿Cuáles son sus límites si tuviera que negociar con Vox?

–Nosotros queremos gobernar en solitario. Lo óptimo sería una mayoría absoluta, que ahora no nos concede ninguna encuesta, pero si no, es tener más escaños que la izquierda y los nacionalis­tas para que no haya una alternativ­a. Y en ese momento nosotros podemos hacer como hizo Mariano Rajoy en 2016, cuando ofreció una gran coalición al PSOE, o podemos hacer como se ha hecho en la Comunidad de Madrid, en la que Vox ha apoyado el gobierno regional, pero sin ninguna contrapres­tación, ya que no había una alternativ­a enfrente que pusiera en riesgo la formación de otro gobierno. Queremos ser un partido como somos, europeísta, atlantista, moderado, reformista y en muchas cosas ni la izquierda ni Vox coinciden con nosotros.

–Las últimas encuestas muestran una leve baja de la intención de voto por el PP y los analistas se lo atribuyen a la interna con Díaz Ayuso. ¿Cuál es la manera de que esos conflictos no afecten al partido?

–Lo que puedo decir es que el PP está muy unido, después de años muy complicado­s –porque yo recibí el PP como tercera fuerza en España, detrás del PSOE y Ciudadanos–. Antes la gente decía que nos iba a sobrepasar Vox y ahora ya todo el mundo asume que eso no va a suceder nunca. Entonces soy muy optimista: creo que en las próximas elecciones, sean cuando sean, conseguire­mos otra vez el gobierno de España.ß

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Pablo Casado pidió más sanciones de la UE contra la dictadura de Maduro

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