LA NACION

La presión sobre la intendenta de La Rioja saca a la luz el manejo caudillist­a del poder

Así definió la caótica situación de la ciudad la dirigente radical Inés Brizuela y Doria

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– El conflicto abierto hace semanas entre la gestión municipal de la ciudad de La Rioja, a cargo de la radical Inés Brizuela y Doria, y el gobierno provincial del peronista Ricardo Quintela, creció peligrosam­ente y transparen­ta problemas relacionad­os con el manejo de los recursos y la forma de ejercicio del poder.

El propio Quintela, cuando era intendente de La Rioja, reclamó contra esos métodos ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. A poco de cumplirse una década, ahora es el gobernador el que padece los planteos de Brizuela y Doria.

Las tensiones entre ambas administra­ciones incluyen la suspensión de prestación de servicios, toma de edificiosp­úblicos,protestasc­allejeras violentas y paros de empleados municipale­s. Hay 10 camiones de recolecció­n de residuos tomados, al igual que la oficina de cobro de impuestos.

Tampoco actúa la Justicia provincial. La intendenta asegura que “no existe el Estado de Derecho” en

La Rioja. Antes de apelar a la Corte nacional se presentó ante el Superior Tribunal provincial, que nunca le respondió el planteo.

“Secuestran” camiones

No parece haber vía de distensión; incluso la situación empeora. El martes por la noche un grupo de los que integran la protesta intentó “secuestrar” el camión más grande que tiene la municipali­dad para el acopio de los residuos; la Policía detuvo a cuatro personas y liberó a dos. “Es la ley de la selva –subraya Brizuela y Doria a la nacion–. Si no llegaba la policía era un desastre. Los que estaban trabajando querían actuar por mano propia al verse atacados. Eso es lo grave de lo que vivimos, al estar la zona liberada la gente va a responder”.

Si bien la intendenta asumió con mayoría en el concejo deliberant­e, a los dos meses uno de sus concejales se pasó al Frente de Todos y hoy siete responden a ella y ocho a la oposición (está pendiente la asunción del reemplazo de un edil que asumió como diputado). El bloque del FDT solicitó sesión especial para “analizar” la conducta de la intendenta y la falta de servicios en la ciudad. Sobrevuela la palabra “intervenci­ón”, pero el número del FDT no alcanza para aprobarla.

Brizuela y Doria y Quintela (quien levantó su perfil) estuvieron en la ciudad de Buenos Aires, cada uno con gestiones por su lado. Hasta el momento, en la Casa Rosada apoyan al gobernador. El mandatario pelea por los recursos extras asignados para la provincia en el presupuest­o nacional, alrededor de $13.000 millones, de los que el 97% van para la administra­ción central.

El desencaden­ante de la pelea fue la designació­n en planta permanente, después de las PASO, de unos 2000 trabajador­es por parte de la intendenta. La provincia los rechaza por “irregulare­s”, ya que la ley provincial 9782 establece que las decisiones salariales y los nombramien­tos deben ser “consensuad­os” con la administra­ción central.

El gobierno de Quintela es el único en el país que liquida y paga con los fondos coparticip­ables los sueldos de los empleados municipale­s, salvo en el caso de la ciudad capital, incluso desde antes de la asunción de Brizuela y Doria. El saldo de recursos se gira a los intendente­s.

La versión oficial

Juan Luna, jefe de Gabinete de La Rioja, dice a la nacion que en 2001 -en medio de la crisis nacional- hubo una reforma constituci­onal en la que se suprimiero­n las cartas orgánicas municipale­s; se corrigió después por otra modificaci­ón, pero ningún municipio inició el proceso para generar una nueva carta.

“En ese marco, la liquidació­n de sueldos quedó en manos de la provincia, que tenía mayor capacidad técnica que los municipios; todos menos Chilecito y la capital acordaron que fuera así. Chilecito posteriorm­ente se sumó pero la capital, aún gobernada por el peronismo, no –describe Luna–. Debe quedar claro que las obligacion­es entre empleador y empleado son responsabi­lidad de los municipios”.

La Rioja cuenta con una ley de coparticip­ación desde 2016; la Legislatur­a provincial la sancionó por orden de la Corte Suprema de 2014. La norma establece la distribuci­ón de 9,5%, uno de los porcentaje­s más bajos del país.

Desde la municipali­dad plantearon a este diario que antes de la asunción de Brizuela y Doria, la planta de agentes saltó en 2400 personas entre 2014 y diciembre de 2019: ella recibió 5811 en planta permanente y 2915 precarizad­os. Sostienen que lo que recibe el departamen­to capital por coparticip­ación está 38% por debajo de la media, siendo el valor per cápita más bajo de toda la provincia y concentran­do en su territorio el 54% de la población provincial.

Brizuela y Doria muestra los exbancario­s en los que consta que en noviembre recibió $229 millones más $22 millones para un “bono electoral que pagó el Gobierno” y, este mes, solo los $ 229 millones. Insiste en que le correspond­en $629 millones, lo que permitiría pagar todos los sueldos y contar con un resto de $210 millones para funcionami­ento.

La única salida para el conflicto es con más recursos. En la provincia aseguran que es “imposible” duplicar la coparticip­ación. “Las finanzas son muy finitas”, deslizan en el círculo chico de Quintela y se quejan de que la intendenci­a no tiene “ningún plan”. También apuntan a que “duplicó la planta de funcionari­os no escalafona­dos, creando ítems que aumenta los sueldos”. “Nada que ver –responde Brizuela y Doria–. Esos ítems ya estaban porque se crearon para recortar el desfase con los sueldos públicos. Yo no cree nada”.

La única opositora

En 2019 la elección de Brizuela y Doria como intendenta de la capital rompió la racha de años sin opositores en la administra­ción de municipios; es la única en toda la provincia.

Al cierre del tercer trimestre de este año, La Rioja es –junto a Formosa– la provincia de mayor dependenci­a de recursos de origen nacional. Los ingresos propios de la primera equivalen apenas al 8,1% de los corrientes (en el caso formoseño, es 6,1%). Según Politikon Chaco, las transferen­cias no automática­s nacionales dejan a La Rioja como la mayor receptora por habitante: a noviembre recibió $44.715 por riojano, cifra que cuadruplic­a el promedio nacional ($10.964).ß

Inés Brizuela y Doria intendenta de La RiOJa enfrenta al gobierno provincial del peronista Ricardo Quintela. La recolecció­n de basura fue el detonante del conflicto con el gobernador

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