LA NACION

El Gobierno profundiza sus ataques a la Corte en la previa de fallos que pueden ser adversos

Los principale­s portavoces judiciales del oficialism­o embistiero­n contra el máximo tribunal

- Candela Ini

Después de la áspera reunión entre el ministro de Justicia, Martín Soria, y los jueces de la Corte Suprema, los portavoces del oficialism­o endurecier­on sus críticas al funcionami­ento del Poder Judicial e insistiero­n en apuntar contra el máximo tribunal.

La visita del ministro a la Corte Suprema en las horas previas a que saliera el fallo del máximo tribunal sobre la disputa de fondos entre la provincia de Santa Fe y el Estado nacional y mientras el Gobierno espera una definición adversa con respecto a la conformaci­ón del Consejo de la Magistratu­ra mostró que las tensiones están en carne viva.

Soria dijo a la salida del encuentro que les expresó preocupaci­ón a los ministros de la Corte por la “gravedad institucio­nal a la que llegó la Justicia en los últimos cinco años”. Y sus dichos provocaron un efecto dominó. En las últimas 24 horas el discurso oficial puso el foco en los tiempos de la Corte para resolver determinad­as cuestiones.

Uno de los alfiles jurídicos de la vicepresid­enta Cristina Kirchner, el secretario de Justicia, Juan Martín Mena, también apuntó contra la Corte ayer y dijo que el Estado nacional no se va a quedar callado con lo que pasa en la Justicia nacional. “La Corte tiene herramient­as para resolver sobre la situación de Milagro Sala. Su caso lleva años en la Corte y no lo ha resuelto. La Corte Interameri­cana de Derechos Humanos resolvió antes que los resortes jurídicos de nuestro país. Es inadmisibl­e. El caso de Milagro es emblemátic­o porque es el caso con que iniciaron la persecució­n”, consideró Mena.

Los cuestionam­ientos del oficialism­o llegan también cuando la Corte Suprema tiene en su poder la resolución de los planteos de Cristina Kirchner contra las causas por corrupción.

“Tenemos que volver a una administra­ción de la justicia que no sea conforme a los grupos de poder”, dijo Mena.

Sobre el tema también se pronunció el secretario de Derechos Humanos, Horacio Pietragall­a Cor ti.“Vemos cómo la Corte se sienta arriba de causas contra civiles cómplices de la dictadura hace demasiados años”, sumó Pietragall­a Corti, también en declaracio­nes radiales. Una vez más, el foco de los embates fueron los tiempos del máximo tribunal.

Y no faltó la voz del senador nacional Oscar Parrilli, que directamen­te centró sus declaracio­nes en los jueces y en la idea que proponía el proyecto de democratiz­ación de la Justicia. “Creo que debería haber un mecanismo de control ciudadano sobre los jueces. No puede ser que tengan la impunidad de fallar como ellos quieren. La Justicia es uno de los estamentos del poder más desprestig­iados”, dijo Parrilli.

La semana pasada Soria y Pietragall­a compartier­on un panel del que también participar­on la directora de Asuntos Jurídicos del Senado, Graciana Peñafort, y el procurador del Tesoro, Carlos Zannini. Los dardos estuvieron dirigidos al Poder Judicial y los medios de comunicaci­ón, con el concepto de law fare como consigna y también como respuesta a los problemas judiciales de muchos funcionari­os kirchneris­tas, y de funcionari­os de gobiernos latinoamer­icanos. Esta nueva escalada de tensiones entre el Poder Ejecutivo y el máximo tribunal se da mientras el Gobierno tiene que postular a una persona para cubrir la vacante que dejó la jueza Elena Highton de Nolasco con su salida. Hace casi un año, mientras el Gobierno buscaba consensos para destrabar el tratamient­o de la ley destinada a modificar la ley orgánica del Ministerio Público Fiscal, trascendie­ron las intencione­s de enviar un proyecto de ley al Congreso para crear un tribunal intermedio que limitara el rol de la Corte Suprema en las causas de corrupción. Sin aval legislativ­o y con la frustrada reforma judicial, ese proyecto no llegó a ver la luz.

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