LA NACION

Una mancha de sangre fue clave para definir un veredicto

Un odontólogo fue condenado a 16 años de prisión por el homicidio de un empleado, cuyo cuerpo no apareció

- Gabriel Di Nicola

Mario Vallejos hacía trabajos de jardinería y mantenimie­nto en una casaquinta de Loma Verde, en Escobar. La noche del 16 de febrero de 2011, intempesti­vamente, el odontólogo Rodolfo Datsira, dueño de la propiedad, lo llamó y le pidió que fuera. Fue la última vez que su esposa lo vio. No se supo nada más de él. En las últimas horas, el dentista fue condenado a la pena de 16 años de cárcel por el homicidio de su empleado. El cuerpo de la víctima nunca fue encontrado, pero para sostener la hipótesis del crimen fue clave una mancha de sangre hallada en el baúl de un vehículo del acusado.

Así lo informaron a la nacion fuentes judiciales. La condena fue impuesta por el juez Mariano Chausis, integrante del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N° 2 de ZárateCamp­ana después de que un jurado popular, en un veredicto unánime, encontrara culpable a Datsira, de 65 años y que tenía consultori­os en Núñez y en San Isidro.

El acusado llegó en libertad al juicio, pero después del veredicto de culpabilid­ad el fiscal Martín Zocca, representa­nte del Ministerio Público en el juicio, pidió su detención. Ahora está tras las rejas.

Durante el debate se expusieron pruebas que para los 12 vecinos de Zárate y Campana que integraron el jurado popular fueron claves para condenar al acusado: la más importante fue la mancha de sangre hallada en el baúl de un vehículo del acusado, que por medio de un peritaje se pudo determinar que correspond­ía al linaje de los padres de la víctima.

“Al no encontrars­e el cuerpo de Vallejos, que tenía 41 años, no se pudo determinar cómo fue asesinado, pero la mancha de sangre hallada en el auto del acusado fortaleció la hipótesis sobre una muerte violenta”, dijo a una fuente judicial.

El debate tuvo cuatro audiencias donde el jurado popular escuchó a la esposa y las dos hermanas de la víctima y a testigos que la noche del 16 de febrero de 2011 vieron a Vallejos caminar en dirección a la casaquinta del acusado.

Otra prueba que permitió condenar al odontólogo fue un mensaje de texto que recibió una hermana de la víctima en el que alguien que se hizo pasar por su hermano le dijo que había sido secuestrad­o por una banda de piratas del asfalto. “Se determinó que el mensaje fue enviado desde una línea telefónica vinculada con el acusado”, dijo a la nacion una fuente de la investigac­ión.

En las cuatro audiencias del debate, Datsira no declaró. Sí lo había hecho en la instrucció­n de la causa. El fiscal Zocca, funcionari­o que tiene a su cargo la investigac­ión donde está imputado el policía bonaerense que baleó al músico Santiago Charpentie­r, más conocido como Chano, había pedido una pena de 24 años. Mañana se conocerán los fundamento­s de la condena.

Al pedirle al jurado popular que condene al odontólogo, el fiscal Zocca tuvo en cuenta el agravante de que el cuerpo de la víctima nunca pudo ser hallado y que, como consecuenc­ia, su familia nunca pudo hacer el duelo.ß

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