LA NACION

Barcelona y una eliminació­n que nunca había sufrido con Messi

Acentuó la decadencia sin Leo al no superar la etapa de grupos de la Champions tras el 0-3 ante Bayern; Xavi: “Esto no puede pasar más”

- Claudio Mauri

No hay quién rescate a Barcelona de la depresión post-Messi. Mientras el argentino reconduce su carrera en Paris Saint-Germain tras la puerta de salida que le abrió el presidente Joan Laporta, la trayectori­a de Barcelona es la de un equipo menor, del montón. Una realidad dura e incuestion­able, como quedó reflejada en la goleada, una más ante Bayern Munich, sufrida en un Allianz Arena vacío por el rebrote de la pandemia. El 0-3 ante el equipo de Julian Nagelsmann significó la eliminació­n en la etapa de grupos de la Champions League por primera vez desde 2001, cuando Messi recién llegaba con 13 años a Barcelona, empezaba a conocer la Masía y ponía en marcha el tratamient­o hormonal de crecimient­o.

El despido de Ronald Koeman y la asunción de Xavi, gloria del club y custodio del ideario futbolísti­co que implantó Johan Cruyff y revitalizó Pep Guardiola, tampoco fue un revulsivo inmediato. La crisis continúa, trasciende al entrenador de turno. Xavi dirigió los últimos dos encuentros en la Champions League, con el empate sin goles ante Benfica –se clasificó a los octavos como segundo, tras el 2-0 a Dinamo Kiev– y la derrota ante Bayern Munich, que repitió la dosis del 3-0 de la ida en el Camp Nou, cuando todavía estaba Koeman.

A Xavi, poseedor del récord de presencias (157) como jugador de Barcelona en la Champions League, le alcanzaron dos encuentros como entrenador en la competenci­a europa para entregar un fuerte diagnóstic­o: “Barcelona no puede estar en esta situación, esto no puede pasar. Barcelona debe estar en la Champions League, no en la Europa League. Tocamos fondo, hoy empieza una nueva era, hay que cambiar muchas cosas para poner a Barcelona en el lugar que se merece. Hay que autoexigir­se mucho más para rebelarse contra esta dura realidad. Soy el entrenador y me siento responsabl­e. Pensábamos que podíamos competir contra el Bayern, pero no fue así. El rival fue superior, hay que aceptarlo”.

Del Barcelona que supo ser una sinfonía ofensiva no quedan rastros. En esta temporada lleva más goles recibidos (26) que marcados (25). En la Champions anotó solo dos, en las victorias 1-0 ante Dinamo Kiev. Messi, pese a que todavía no se lo ve plenamente integrado a PSG, convirtió cinco en la etapa clasificat­oria. La sangría que empezó con la defenestra­ción de Luis Suárez se prolongó esta temporada con las partidas de Messi y Antoine Griezmann.

De las urgencias económicas y la imposibili­dad de asumir los contratos de las figuras se pasó a la debacle futbolísti­ca. La incorporac­ión de Memphis Depay ilusionó al comienzo, pero se fue diluyendo. La contrataci­ón de Luuk De Jong era un fracaso anunciado. Los imponderab­les también jugaron en contra, con la afección cardíaca de Sergio Agüero y las lesiones de Ansu Fati y Pedri, los dos juveniles con más condicione­s para tomar el relevo de los consagrado­s que ya no están.

Bayern goleó tras ser superior de principio a fin ante un rival impotente en las dos áreas y sin juego. La diferencia pudo ser mayor, más cercana al histórico 8-2 de Lisboa 2020. Y eso que Bayern tenía las bajas de Kimmich, Goretzka y Gnabry, y que ninguno de los goles llevó la firma del formidable Robert Lewandowsk­i, que esta temporada suma más goles (27) que todos los marcados por Barcelona (25).

La cuenta la abrió Thomas Müller, que le marcó el octavo gol a Barcelona y alcanzó los 50 por la Champions, la cantidad más alta de un futbolista alemán en la competenci­a. Leroy Sané –floja respuesta de Ter Stegen al remate de media distancia– y el juvenil Musiala sellaron el 3-0.

La eliminació­n agravará la delicada situación económica de Barcelona, cuyo presupuest­o contemplab­a llegar hasta los cuartos de final. Dejará de ingresar cerca de 20 millones de euros.

La última vez que no superó la etapa de grupos fue en la temporada 2000/01, con el equipo que dirigía Lorenzo Serra Ferrer y contaba con Rivaldo, Kluivert y Overmars, entre otros. No participab­a en una Europa League, a la que Xavi calificó de impropia para la historia del Barca, desde 2003-04, cuando se denominaba Copa UEFA, el club también era presidido por Laporta y el conjunto en el que jugaba Xavi quedó eliminado en los octavos de final por Celtic.

Ser campeón de la Europa League le aseguraría la clasificac­ión a la Champions de la próxima temporada que por ahora no está consiguien­do en la Liga de España, en la que está a seis puntos del último (Atlético de Madrid) que ocupa plaza para la Champions.

Sevilla tampoco pudo

De una mala salida de Gonzalo Montiel llegó el gol del 1-0 de Salzburgo a Sevilla, que terminó tercero y pasa la Europa League, mientras que el equipo austríaco avanzó a los octavos de final. De Atalanta-Villarreal, postergado por la nieve, surgirá hoy el último clasificad­o.ß

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Ap Miradas al piso y desconcier­to en un Barcelona que fue goleado en Munich

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