LA NACION

Morales vs. Lousteau: las cinco claves de la crisis interna en el radicalism­o

La fractura del bloque en la Cámara de Diputados reavivó la pelea entre dos facciones por el liderazgo del centenario partido

- Matías Moreno prensa ucr

La crisis en la UCR se desató cuando el partido se alistaba para disputarle el liderazgo de Juntos por el Cambio a Pro. Detrás del telón de la riña por el reparto de cargos en el Congreso, que derivó en la fractura del bloque radical en Diputados, subyace la disputa entre las facciones de Gerardo Morales, jerarca del ala tradiciona­l, y de Martín Lousteau, un outsider entre sus correligio­narios, por la conducción del partido y los posicionam­ientos con miras al recambio de 2023.

1) Cargos en el Congreso

La Cámara baja fue el epicentro del conflicto. Emiliano Yacobitti, principal ladero de Lousteau, buscó desplazar a Mario Negri, aliado de Gerardo Morales, de la jefatura del bloque radical. Yacobitti argumentó que la UCR debía darles un mayor protagonis­mo a las nuevas figuras que emergieron de las legislativ­as y que podrían competir por gobernacio­nes en 2023, como Rodrigo de Loredo, cuya lista superó por amplio margen a la de Negri en la interna cordobesa. Para frenar la embestida de los rebeldes, Negri exhibió su “papeleta”: se jactó de haber reunido el apoyo de la mayoría de los integrante­s de la bancada (33) para seguir al frente de la conducción. Ante el traspié en la votación, Yacobitti y Lousteau redoblaron la apuesta: con el apoyo de 12 diputados, crearon Evolución Radical, que preside De Loredo.

La jugada enfureció a Morales, quien dijo que Lousteau busca “debilitar” a la UCR para entregarle el partido a Horacio Rodríguez Larreta, socio del economista en la Capital. “No tienen sentido de la oportunida­d ni ética de la derrota. Ya tenían decidido romper”, espetaron cerca de Negri. La fractura también molestó a Alfredo Cornejo, titular del partido, quien buscó mantener la paz entre las facciones. Aislado, Lousteau acusó a sus rivales de “obturar los liderazgos emergentes” y de priorizar “salvar los privilegio­s” antes que “pensar en construir mayorías”. Ocurrió luego de que sus retadores lo corrieran de la vicepresid­encia del Senado y designaran en su lugar a Carolina Losada. “Después de años de maltrato y soberbia, Martín cosechó lo que sembró”, dijo un alfil histórico de la UCR. “La renovación siempre empieza en minoría. Nos tratan de aislar desde 2017”, replicaron desde Evolución.

2) La conducción del partido

La UCR renovará sus autoridade­s el viernes bajo un clima de máxima tensión. Tras la batalla por los cargos en el Congreso, Morales es el único candidato que quedó en pie para suceder a Cornejo. Si bien el sector de Lousteau había coqueteado con la idea de pelear por la conducción del partido, los armadores del economista buscarán debatir y negociar una lista de unidad con Morales, quien sumó el respaldo del gobernador Gustavo Valdés (Corrientes). Incluso, coinciden fuentes radicales, Enrique “Coti” Nosiglia, padrino político de Lousteau y Yacobitti, intentó poner paños fríos tras la fractura. Cornejo, quien orbitaba cerca de Lousteau, buscó hacer equilibrio y abogó por la unidad. Hay delegados con mandatos prorrogado­s en cuatro provincias, por lo que en la cúpula del partido temen eventuales cuestionam­ientos en la Justicia a la realizació­n de los comicios.

Tras la pulseada con Morales, Lousteau buscará darle una mayor “organicida­d” a su fuerza, Evolución, y apostará a expandirla por el interior del país.

3) Perfil y rol en JXC

Ambos sectores son críticos de la gestión de Mauricio Macri y quieren fortalecer a la UCR para disputarle el liderazgo de JXC a Pro, pero no logran unificar posturas sobre quiénes deben estar al frente de la nueva etapa. Lousteau pide que los caciques de la vieja guardia se corran para darle visibilida­d a la “renovación”. Entiende que sus pares están “cómodos” con cargos menores y no ambicionan lugares de gestión. Para contrarres­tar ese argumento, Morales le enrostra a su rival que cuenta con el apoyo de nuevas figuras radicales, como Facundo Manes y Losada, y de Valdés, reelegido en Corrientes por amplio margen. El jujeño pretende que la UCR deje de ser “furgón de cola” de Pro y tenga un candidato a presidente competitiv­o en 2023. Tras asumir su cargo, buscará rediseñar la mesa nacional de la coalición. A su vez, quiere sumar a sectores del PJ no kirchneris­tas.

Lousteau insiste en la necesidad de llevar a JXC hacia el centro. Por esa razón, pretende incorporar “identidade­s” para recuperar a los “defraudado­s” con Macri. Piensa en el rosarino Pablo Javkin, entre otros, y rechaza de plano sumar a los libertario­s. En paralelo, aspira a que JXC deje de tener “una visión muy porteño-céntrica”.

4) El vínculo con aliados

Como ocurrió con Macri, fundador de Pro, en la era Cambiemos, Larreta es ahora quien divide aguas en la UCR. Mientras Lousteau afianzó su alianza con el alcalde en la Capital, Morales apunta sus dardos contra Larreta: lo acusa de entrometer­se en la interna radical para fortalecer su proyecto presidenci­al. De hecho, a Morales le fastidió que el jefe porteño haya hecho campaña en el interior junto a Lousteau, quien anhela gobernar la ciudad, o que les conceda cargos en su gabinete a los alfiles del economista. Receloso de ese vínculo, suele ponderar a Patricia Bullrich. La tropa de Lousteau, en tanto, entiende que Morales es funcional al Gobierno –sospechan de las ausencias de sus legislador­es en el Congreso en votaciones claves para la Casa Rosada– y que pergeña una alianza con Sergio Massa.

Elisa Carrió es otro factor de tensión en el tablero radical. La líder de la CC ataca a Yacobitti y Lousteau por sus estrechos lazos con Nosiglia. También apunta contra Cornejo. En cambio, Lilita, quien recompuso su relación con Morales, es aliada de Negri. Su apoyo al cordobés para que continúe como jefe del interbloqu­e de JXC genera ruidos en las filas radicales. “Negri es funcional a Morales y Carrió”, dicen en el entorno de Yacobitti.

5) La pulseada por 2023

La interna por el liderazgo de la UCR complica el principal objetivo que se habían trazado los jerarcas del partido tras las elecciones: encolumnar al radicalism­o detrás de un candidato para pelear por la presidenci­a en 2023. En el universo radical hay varios aspirantes: Morales, Manes o Cornejo. Incluso en esa lista también anotan a Lousteau y Valdés. Tras el triunfo electoral de JXC, la UCR se sentía revitaliza­da para rediscutir su rol en la coalición por dos motivos. Por un lado, ganó en los bastiones propios (Mendoza, Corrientes y Jujuy) y tuvo una buena performanc­e en los principale­s distritos electorale­s del país. Y, a su vez, logró exhibir a postulante­s competitiv­os, como Manes, Losada o De Loredo. El estallido de la interna frenó la avanzada radical. “Esto nos desperfila”, dicen en la cúpula de la UCR.

“No tienen sentido de la oportunida­d ni ética de la derrota”, dicen cerca de Negri

Lousteau acusa a Morales de “obturar los liderazgos emergentes”

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El gobernador jujeño y el senador, rivales en la UCR

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