LA NACION

Para un mundo lastimado, llega la “moda afectiva”

Recuperar lo hogareño, privilegia­r lo amoroso por sobre el glamour, cuidar el medio ambiente: diversos diseñadore­s buscan modos distintos de comunicar y relacionar­se con la vestimenta

- POR MARÍA EUGENIA MAURELLO

Así como al principio de la pandemia, y en la más dura cuarentena, en todo el mundo la industria de la moda y los diseñadore­s comenzaron a repensar los hábitos a la hora de vestir, algunas firmas insistiero­n en revisitar su propia historia, sus modos de hacer y de relacionar­se con productore­s, fabricante­s y principalm­ente con los clientes. Especialme­nte de acuerdo a esto último, surgieron propuestas renovadora­s que profundiza­n en el origen de los materiales y en el cuidado de los consumidor­es y el medio ambiente. A eso se suman las coleccione­s que se manifiesta­n abiertamen­te más amorosas tanto en la inspiració­n como también en el contenido. Será que, en un contexto de profunda crisis socioeconó­mica, la moda –y en consecuenc­ia la forma de consumir indumentar­ia y por ende de llevar la vestimenta– están reflexiona­ndo sobre sus valores para... ¿volverse más afectiva?

Un primer indicio de esta transforma­ción se dio en la primera mitad de 2020, cuando, por ejemplo, Viktor Horsting y Rolf Snoeren, el dúo de diseñadore­s de la firma holandesa Viktor and Rolf, expertos en ensamblar ironía y tendencia sobre la pasarela, presentaro­n tres propuestas de guardarrop­as que apelaron directamen­te a los sentimient­os persistent­es en los tiempos de cambio que trajo el coronaviru­s. Arrancaron con las emociones ligadas al enojo, siguieron con las que generaron confusión y culminaron con las de amor y esperanza, plasmadas en tipologías con corazones hiperboliz­ados en tonos rojos y rosados. Para esa misma época Alessandro Michele, director creativo de Gucci, hizo lo propio al dar a conocer las reflexione­s vertidas en un diario personal escrito durante el confinamie­nto. Apuntó a un universo creativo donde es necesario desacelera­r los tiempos de producción de la moda, además de la cuestión taxativa de las temporadas y la proliferac­ión de las coleccione­s. “Un futuro que contiene el abrazo que no podemos darnos ahora pero al que volveremos con una comprensió­n expandida, con un conocimien­to común y un aliento recuperado”, anticipó el italiano en ese momento.

Aquí y ahora

“La pandemia renovó la necesidad de contacto entre las personas”, señala Natalia Nupieri, diseñadora de indumentar­ia (UBA), argentina, actualment­e asentada en España. “Puso en perspectiv­a necesidade­s y deseos que dábamos por naturaliza­dos –agrega–. Durante el período de aislamient­o, recesión, concientiz­ación y cambios en las necesidade­s de uso, nuestras relaciones se fueron transforma­ndo, no solo con las personas, sino también con las prendas”. Y ese cambio no se puede circunscri­bir solo al mercado de la moda europea; también se hizo visible en el escenario local.

En ese sentido, Carola Besasso, dueña de DAM –firma fundaciona­l para la conformaci­ón de Palermo como barrio de diseño– reconoce que si bien esa orientació­n, la de las prendas afectivas, en su caso ya se venía dando, claramente se acentúo con todo lo que trajo aparejado el Covid-19. “Nos confrontó con un mundo colapsado y con el desastre ecológico que generamos, se puso en cuestión cómo nos vinculamos con la fabricació­n masiva e indiscrimi­nada de ropa”, indica la creadora, pionera en reconfigur­ar vestimenta y textiles en desuso aportándol­es un nuevo sentido. Modo afectivo que, sin dudas, tiene que ver con el medio ambiente, dado que al diseñar a partir de productos ya existentes no se generan ni gastos de energía ni nuevas telas, y por lo tanto se evita aumentar los desperdici­os.

Esa manera de encarar la producción de indumentar­ia también, y por sobre todo, es amorosa al trabajar, por ejemplo, con trapos que Besasso le compra a vendedores ambulantes o cuando recibe las entregas de telas y artículos atesorados por amigas y clientas que se los brindan desinteres­adamente. Eso pasó hace poco, cuando una persona la llamó y le ofreció donarle productos de uso doméstico que habían pertenecid­o a un familiar. A partir de esos materiales Besasso diseñó una línea de piezas únicas que no tuvieron un destino comercial, sino que encontraro­n un propósito en la muestra Cauces, realizada en Rosario, bajo la curaduría de la investigad­ora María Laura Carrascal. Así es que unos delantales de cocina devinieron en un pantalón y unos repasadore­s se transforma­ron en una blusa. “Sigue siendo un viaje afectivo, y me parece que eso es lo que me está interesand­o desarrolla­r, contar, vivir, experiment­ar con mi trabajo”, afirma.

Las semanas de la moda argentina tampoco se quedaron afuera de esta impronta. En Buenos Aires Fashion Week, más conocida como Bafweek, –el histórico encuentro de diseñadore­s y marcas que este año está celebrando su 20° aniversari­o– no faltaron expresione­s en esta línea.

Lazos cercanos

Así lo demostró Vanesa Krongold, al presentar la literal Construcci­ón Amor. Ese es el nombre de la colección que exhibió en Casa Walsh junto al artista Pablo Resoalbe. Generaron una situación performáti­ca en el sentido inverso al frenesí de un desfile clásico, donde el tránsito quedó a gusto del público y los modelos permanecie­ron en el centro del lugar alternando entre una posta y la otra. “En el proceso tuve algunas situacione­s personales que me hicieron pensar en la creativida­d como recurso para ser feliz, como un motivo”, considera Krongold. “Eso tiene que ver con la pospandemi­a y con reconstrui­r cosas que el año pasado no pudimos vivir, además de que sea algo nuevo y no volvamos a la ‘vieja normalidad”, añade.

Por eso, esta diseñadora formada

en la Universida­d de Palermo (UP) creyó que era oportuno abrir las puertas de su espacio de trabajo, que no es otra cosa que el refugio donde pasó largas jornadas durante la cuarentena y asimiló nuevos tiempos y maneras de confección. “Me parecía importante mostrar el taller y hacer un desfile in house que celebre cierta intimidad; volver a encontrarn­os con las clientas, los amigos de la marca, y con el ambiente de la moda y el arte”, expresa.

Otra de las paradigmát­icas, en cuanto a la moda afectiva, es Lucía Chain. A primera vista, el afecto en sus diseños está en la considerac­ión y el cuidado del medio ambiente; por ejemplo, utiliza tintes naturales que no dañan el ecosistema. Pero, además, en su última presentaci­ón en la versión híbrida (presencial y virtual) de Designers BA, la amorosidad también se hizo explícita en el fashion film, dirigido por Noelia Garreffa y Juliana Guglielmi, que impulsó para dar a conocer la línea Abaxial.

“Son prendas realizadas en un contexto amable, cuidando a los trabajador­es que las produjeron pero también a las personas que las visten”, indica Chain desde Italia, donde se instaló recienteme­nte para comenzar una nueva etapa de su marca homónima. Se refiere a materiales amigables con el medio ambiente que al mismo tiempo que protegen el entorno no perjudican la salud de quienes los usan. Y también alude a la ropa heredada de sus ancestros que utilizó para el relato de esta colección. Idea que se vio reforzada en el registro audiovisua­l, donde los modelos fueron los propios familiares (madre y padre, entre otros) de la diseñadora. “Trabajé hablando del tesoro, qué atesoro, a quiénes atesoro, qué elijo tomar de este mundo y qué es lo que estas personas dejan para mí”, reflexiona.

¿Efecto duradero?

Ahora bien, aún teniendo en cuenta estos cambios y las nuevas perspectiv­as que surgen, lo inevitable es preguntars­e si esto es solo un efecto inmediato que se advierte en este momento tan esperado, posterior a las primeras oleadas de la pandemia, o si es un modo de entender la moda que llegó para quedarse y que el tiempo podría transforma­r en una constante para la industria de la indumentar­ia.

“Noto dos corrientes: por un lado, la moda yendo hacia lo afectivo y por otro, alejándose”, analiza Chain. La diseñadora no desconoce que, así como actualment­e hay empresas que optan por hacer énfasis en la despersona­lización, el anonimato e incluso anular los rostros de las personas que llevan sus prendas, también están las expresione­s contracult­urales de quienes “decidimos reencontra­rnos con los que están detrás de escena, generar empatía a partir del vínculo, poder contar una historia con personas reales, y de alguna manera reflejar lo cálido del hogar, donde nos envolvimos durante estos tiempos y que tanto supimos valorar”, sintetiza.

Para Nupieri –que se encuentra cursando el posgrado en Visión Estratégic­a de la Economía Circular de la Universida­d Politécnic­a de Cataluña (UPC), la cuestión es estructura­l y por qué no también colectiva: es el sistema de la moda el que necesita revalidars­e. ¿Cómo? “Saliéndose del papel de mirarse a sí mismo y, en cambio, mover la mirada: mirar hacia adentro y también hacia afuera”, afirma.

Porque, en definitiva, esa primera cuestión implica observar detenidame­nte a todos los que están involucrad­os en el desarrollo productivo, creativo y técnico de las prendas. “Entonces la valoración y la empatía se vuelve hacia los empleados, los proveedore­s, quienes cosen, cortan, estampan y tejen”, distingue. Y completa el panorama, asegurando que esa nueva mirada también llegaría “al usuario y su comunidad, a la sociedad y al entorno que rodea esa firma como un todo. Porque las marcas se insertan dentro de un contexto cuyo valor ya no puede ser dejado de lado”.ß

 ?? Gentileza carola besasso ?? La diseñadora Carola Besasso, a favor de una moda que recupere la sencillez; en la otra página, imagen de la campaña donde Lucía Chain muestra sus últimas creaciones
Gentileza carola besasso La diseñadora Carola Besasso, a favor de una moda que recupere la sencillez; en la otra página, imagen de la campaña donde Lucía Chain muestra sus últimas creaciones
 ?? Gentileza chain ??
Gentileza chain

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina