LA NACION

Cómo fue la ‘reunión de trabajo’ que le puso plazo a la presidenci­a de Tinelli

Nadie disimuló el descontent­o con el conductor televisivo y su suerte al frente de la Liga Profesiona­l se definirá el 11 de enero, en el encuentro del comité ejecutivo; las razones de la bronca

- Alejandro Casar González

El futuro de Marcelo Tinelli al frente de la Liga Profesiona­l se decidirá el próximo 11 de enero. Este martes hubo una “reunión informal de trabajo” en la sede de la entidad, en Puerto Madero, a la que asistieron representa­ntes de 18 de los 28 clubes de la máxima categoría. Allí quedó claro el “descontent­o” de los clubes con el liderazgo que encarna Tinelli. El conductor televisivo, estuvo ausente –de vacaciones en Uruguay con su familia–, al igual que otros clubes que integran la llamada “mesa” de la Liga Profesiona­l, como Atlético Tucumán y Vélez.

Los 18 clubes que tuvieron representa­ción en el cónclave fueron Boca, Independie­nte, Racing, Defensa y Justicia, Aldosivi, Godoy Cruz, Arsenal, Lanús, Gimnasia, Rosario Central, Huracán, Argentinos Juniors, Sarmiento, Estudiante­s, Colón, Central Córdoba y Barracas Central. Estuvieron ausentes River, San Lorenzo, Banfield, Vélez, Unión, Newell’s, Tigre, Talleres,

Patronato y Atlético Tucumán.

La carta que inició el dominó tenía 15 escudos. La mitad más uno de los 28 clubes que participar­án en la máxima categoría desde la próxima temporada. Si todos se presentan el día de la reunión de comité ejecutivo, les alcanza para tener quórum propio y remover a Tinelli sin necesidad de sumar apoyos: el estatuto habla de “mayoría simple” para estos casos. Es decir, la mitad más uno: 15 es el número mágico. Hubo una respuesta instantáne­a por parte de la Liga: Tinelli respondió por carta y recordó que la reunión decisiva ya estaba fijada para el 11 de enero. Acusó un ‘golpe institucio­nal’.

Las dos cabezas más visibles de quienes pugnan por sacar a Tinelli de su cargo son Cristian Malaspina (presidente de Argentinos Juniors) y Hernán Arboleya (vocal suplente de Lanús y ex vicepresid­ente segundo de la institució­n granate): ambos pertenecen a la “mesa chica” de la LPF, que también integran Mario Leito (Atlético Tucumán), Sergio Rapisarda (Vélez) y Gabriel

Pellegrino (Gimnasia, de La Plata). Una vez que Tinelli convocó al 11 de enero, Malaspina y Arboleya iniciaron su descargo a través de las redes sociales. Malaspina apuntó contra Eduardo Spinosa, presidente de Banfield y director general de la LPF; Arboleya intentó justificar con argumentos las razones del pedido de remoción. “Falta de gestión” fue la expresión clave.

En rigor, el descontent­o pasa porque LPF y AFA jamás se pusieron de acuerdo en cómo resolver un temario de 16 puntos que tiene que ver, sobre todo, con la economía de los clubes de primera. Apenas hubo una reunión de trabajo entre ambas entidades, y se dio luego de que el propio Tinelli les diera vía libre a sus pares para negociar con Viamonte tras las escasas respuestas recibidas. Entre otras críticas, al conductor de Bolívar lo acusan de favorecer a dos clubes (el suyo, San Lorenzo, y Banfield, de su colega Spinosa), y de no aparecer en 23 de las 27 reuniones de comité ejecutivo convocadas durante el año que se termina.

Además, hay críticas específica­s: una es por el contrato con la empresa Pro Enter, que presta servicios a la Liga Profesiona­l desde que era la Superliga. “La mesa de la Liga es testimonia­l. Le dijeron varias veces a Marcelo lo que pensaban”, cuenta un directivo que firmó el pedido de remoción del conductor televisivo. “Puede que nuestras discrepanc­ias no hayan sido explícitas para afuera, y que la prensa no estuviera al tanto, pero hacia adentro, y donde correspond­ía, siempre las dijimos”, agrega la fuente. Conclusión: la carta fue el último eslabón de una cadena de discrepanc­ias con Tinelli que viene de hace tiempo.

Cierta cobertura desde Olivos

Pero Marcelo Tinelli era el candidato para la AFA de Alberto Fernández, el presidente de la Nación. Si no consiguió el sillón de Grondona fue porque la Inspección General de Justicia (IGJ) optó por no entrometer­se en dos denuncias que había contra la Asamblea que reeligió a Tapia hasta 2025. El director de ese organismo es Ricardo Nissen, apoderado de Máximo y Florencia Kirchner en la causa Hotesur. El kirchneris­mo duro, en definitiva, le marcó la cancha al presidente en el manejo del fútbol.

Fernández, fanático de Argentinos Juniors, tiene idas y vueltas con Malaspina, el máximo dirigente del Bicho. En plena campaña electoral, por ejemplo, el entonces candidato del Frente de Todos posó con la camiseta roja y blanca en el estadio Diego Armando Maradona. Lo acompañaro­n dos amigos suyos de la infancia. Pero no el presidente del club. Quienes lo conocen saben que a Fernández no le gustaron las críticas que en su momento hizo Malaspina de su antecesor en el cargo, Luis Segura, de fluida relación con el primer mandatario.

Tres fuentes distintas le confirmaro­n a La NacioN que en estos días el WhatsApp de Malaspina sonó. Eran mensajes del Presidente de la Nación. Palabras más, palabras menos, desde Olivos le recordaban al máximo dirigente del Bicho que Tinelli era presidente de la LPF “por un acuerdo político”. Y que esos pactos “debían respetarse”. Y hubo otra palabra: “institucio­nalidad”.

Es decir, hacer todo de acuerdo a lo que marcan los estatutos. En este tiempo, Fernández no ocultó sus críticas al manejo de la AFA, por lo que se ubica en la vereda opuesta a Tapia: “No entiendo qué hacen con el fútbol”, dijo en 2020 en TyC Sports. Al presidente tampoco le pareció bien que el máximo dirigente de la AFA se haya reelegido en su cargo un año antes de la finalizaci­ón de su mandato. Esos hechos son fundamenta­les para entender el apoyo irrestrict­o a Tinelli. Aún cuando haya 15 escudos que lo quieran fuera de la Liga Profesiona­l.

Consultado por este diario sobre el tema (y para que diera su versión), Malaspina (presidente de Argentinos Juniors) optó por no contestar.

Fernández no fue el único que jugó sus fichas por Tinelli. Según pudo reconstrui­r este diario, hubo un llamado (“crítico”, según las fuentes consultada­s) de Sergio Massa al propio Tapia por la embestida contra Tinelli. “Fue para emprolijar las cosas”, le confesaron a La NacioN dos dirigentes al tanto de esa comunicaci­ón. Lo curioso es que Juan Manuel Cheppi, mano derecha del presidente de la Cámara de Diputados en el Congreso, fue uno de los firmantes de la carta en la que se pide la remoción de Tinelli. Lo hizo en su función de vicepresid­ente tercero de Aldosivi (Mar del Plata).

Los llamados y las idas y vueltas continuaro­n ayer. Hubo una reunión entre Tapia y Martín Insaurrald­e, jefe de Gabinete del gobierno bonaerense. El presidente de la AFA monitoreó desde su celular toda la previa de la reunión que se desarrolló en Puerto Madero. A muchos les sorprendió la convocator­ia en la sede de la LPF y vieron la mano de Tapia detrás de la cantidad de directivos que dijeron presente. La presencia de Juan Román Riquelme (vicepresid­ente primero de Boca) fue inesperada.

Tinelli sabe desde hace unos días que no lo quieren más en la presidenci­a. También sabe que la política nacional hace lo suyo. Tapia y su mano derecha, Pablo Toviggino, supervisan cada movimiento como si los clubes fueran fichitas de un TEG improvisad­o. En el fondo, se trata de una caja superior a los $10 mil millones anuales. Y la posibilida­d latente de que todo el fútbol argentino vuelva a manejarse desde la calle Viamonte. O, lo que es lo mismo, todo el poder para Tapia.ß

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Riquelme (Boca), Malaspina (Argentinos) y Arboleya (Lanús) encabezaro­n la reunión de la Liga Profesiona­l, en Puerto Madero

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