LA NACION

A las 3 AM. La última charla: el fútbol y la visita en Navidad que no fue

Los detalles del llamado telefónico de Diego a Hugo tres días antes de la muerte del 10

- Elisabetta Piqué CORRESPONS­AL EN ITALIA

ROMA.- “Hola Hugo ¿estás durmiendo?”. “¿Y a vos qué te parece Diego? ¿A esta hora estoy bailando?”.

Eran las tres de la mañana del 22 de noviembre de 2020 y así comenzó la última conversaci­ón telefónica entre Diego Armando Maradona –que moriría tres días después, el 25– y su hermano menor, Hugo, que vivía en Nápoles, donde falleció ayer, a los 52 años, como consecuenc­ia un paro cardíaco.

Así lo recordó Hugo Maradona en una entrevista al Corriere della

Sera de diciembre del año pasado, en la que contó que hablaban al menos una vez por semana con Diego, muchas veces de noche vista la diferencia horaria entre la Argentina e Italia. Y que en esos últimos tiempos atormentad­os para su hermano mayor, convalecie­nte después de una operación, cada vez que en el celular aparecía su número, se sobresalta­ba. Hugo estaba preocupado porque sabía que Diego no estaba bien.

En ese último llamado, en el que hubo también bromas, como siempre, Hugo contó que el Diez lo mantuvo despierto media hora para que le contara los partidos de fútbol que no había podido ver. En ese marco, Diego le confesó: “Extraño el fútbol”. “En unos días me pongo bien y vuelvo a mi vida”, le aseguró a su hermano menor, que cuando le preguntó cuándo viajaría a Italia, le contestó: “Veremos, quizás para Navidad”.

En ese último llamado, Hugo no percibió sufrimient­o en el astro. “Estaba sereno. Y si Diego esa noche hubiera estado mal hubiera hecho de todo para que no me diera cuenta. Él era así, no quería molestar. Somos siete entre hermanos y hermanas, nos llamaba a todos, pero no hablaba de sus problemas. Nunca lo hizo. Por eso digo, con gran dolor, que la verdad sobre sus últimas semanas la conoce sólo él”, aseguró.

En esa entrevista, realizada por la periodista Monica Scozzafava, Hugo evocó que la última vez que se había visto con Diego había sido dos años antes, en la Argentina, para Navidad, con Dalma, Giannina y Diego jr. “Fue lindísimo volver a estar todos juntos. Queríamos volver este año, pero la pandemia no me permitió ni siquiera ir a despedirme de mi hermano por última vez”, lamentó.

Nápoles, el mejor regalo

Hugo no ocultó su amargura por la guerra por la herencia que se había desatado en ese momento que, según destacó, no le interesaba para nada. Y dijo que el mejor regalo que le había hecho Diego era haberlo llevado a Nápoles. “Siempre le estaré agradecido por eso”, afirmó. Además, recordó un reloj despertado­r con forma de Mickey Mouse que le había regalado: “Diego me reprochaba que dormía demasiado y le dije que no tenía despertado­r y él entonces me hizo llegar uno, grande y con alarma fuerte. Ahora se lo pasé a mi hijo Tiago, que tiene 23 años y que es ahijado de Diego”.

Hugo describió finalmente a su hermano famoso como “generoso” y “bueno”: “Un hermano, en el sentido más profundo”. “Fue el jugador más grande de todos los tiempos, un extraterre­stre. Todos deben recordarlo en la cancha, que era su mundo, su vida. Por el resto, dejémoslo en paz, ya fue juzgado bastante, me parece. Para muchos fue un business viviente, pero con nosotros era una persona normal. Somos hijos de los mismos padres, él en un momento fue a mil, pero cuando nos juntábamos éramos iguales, muchachos de Lanús”.ß

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Diego y Hugo Maradona, que vivía en Nápoles

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