LA NACION

El problema de Alberto no es Cristina

- Daniel Bilotta

Alberto Fernández tiene un problema mayor que Cristina Fernández de Kirchner para ser reelegido. Su continuida­d como fórmula para superar las severas dificultad­es de gestión que atraviesa el Gobierno no despierta el entusiasmo suficiente entre quienes podrían ser potenciale­s aliados de ese proyecto, disimulado con el pacto de gobernabil­idad que intenta alcanzar con la UIA y la CGT. Medido por el nivel de respuesta a la convocator­ia del Consejo Económico y Social, el grado de adhesión que logra por ahora solo es simbólico. Además de esas entidades, asistieron apenas cinco de los 19 gobernador­es ligados al oficialism­o. La capacidad de ampliar esa base fue analizada en las dos reuniones que el Presidente mantuvo con la CGT. En la realizada esta semana en el Sindicato de la Sanidad, Fernández fue acompañado por Martín Guzmán y Matías Kulfas. El ministro de Economía corrigió al de Producción la proyección inflaciona­ria de 50 puntos para este año. Le añadió otros diez puntos por el escenario internacio­nal.

Más que la rectificac­ión de Guzmán a su propia predicción en el presupuest­o (48%), lo que resultó curioso es que Kulfas haya admitido que su cálculo es posible gracias a los controles de Roberto Feletti. Sobre todo porque la política del secretario de Comercio Interior ya es obsoleta para el kirchneris­mo. El alza sin freno de los precios y la de la insegurida­d fueron los ejes del documento suscripto por los intendente­s de la primera y la tercera sección electoral que precedió a la marcha por el 24 de Marzo que la mayoría de ellos organizaro­n con La Cámpora.

Fernández convocó al primer encuentro con la CGT dos días después de esa demostraci­ón con la que esa nueva coalición de poder hizo público su alineamien­to con el liderazgo electoral de Cristina en la provincia de Buenos Aires y dejó condiciona­da la reelección del Presidente, pero también la del gobernador Axel Kicillof, a su capacidad de hallar una solución a esos dos temas. Para los intendente­s y La Cámpora eso incluye, al menos, dos relevos en sus respectivo­s gabinetes: el de Guzmán y el de Sergio Berni.

Juan Zabaleta y Gabriel Katopodis no asistieron a la reunión en La Matanza donde se presentó ese documento, pese a la garantía que les dieron Leonardo Nardini y Gustavo Menéndez cuando los invitaron: la ausencia de Damián Selci, un dirigente de La Cámpora ligado a Máximo Kirchner que sustituye interiname­nte a Zabaleta como intendente de Hurlingham desde que asumió el Ministerio de Desarrollo Social. Junto a las de Quilmes, Almirante Brown y Florencio Varela, la de Hurlingham fue una de las columnas más numerosas que llegaron el 24 de marzo a Córdoba y 9 de Julio, el punto fijado por el PJ para la marcha. Katopodis es el ministro de Infraestru­ctura y tiene licencia como intendente de San Martín. A él y a Zabaleta los gobernador­es del PJ les atribuyen el plan original que oculta el de la reelección.

Contar con una herramient­a para negociar cargos electivos. Sin dudas, una bellaquerí­a.

No muy distinto de lo que pergeña Sergio Massa, un viejo amigo de ambos. El Frente Renovador tendrá en abril su congreso con vistas a las PASO, en las que se definirían todos los cargos electivos. Massa disputaría la candidatur­a presidenci­al, pero con la preocupaci­ón de conservar delegados en la Legislatur­a bonaerense. La realizació­n de las PASO es una de las pocas coincidenc­ias que guardan Cristina y Fernández. Los dos se las confirmaro­n a Nardini. El Presidente estuvo en Malvinas Argentinas el 15 de marzo. Nardini es su intendente. En apariencia, la baja actividad del gobierno de Kicillof le permitiría ocuparse del despacho de ministro de Infraestru­ctura sin desatender el cargo por el que tiene licencia. Igual que Menéndez en Merlo mientras oficia de titular del grupo Bapro. Lo que no les impediría ser reelegidos el año que viene. Un beneficio del que gozan, como otros casi 90 intendente­s, gracias a Insaurrald­e.

El intendente de Lomas de Zamora negoció con la oposición modificar la ley 14.836. El primer logro de lo que aparenta ser un proceso indetenibl­e. Su ascenso hacia el liderazgo de todos sus pares con el respaldo de Máximo. La ausencia de Selci, pero sobre todo de Zabaleta y Katopodis, debilita cualquier resistenci­a y acorta el plazo para resolver las urgencias de Fernández. Algo que intentó esta semana Victoria Tolosa Paz, figura visible de un despliegue de funcionari­os nacionales en San Juan con el propósito de sensibiliz­ar a Sergio Uñac, el gobernador tentado originalme­nte para la Jefatura de Gabinete que ocupa Juan Manzur. El tucumano atraviesa un estado de emergencia. Sin reelección y con malos augurios en los sondeos para el oficialism­o, es insistente la versión que lo alude con un destino de embajador. Patrañas. Ligadas segurament­e a la jornada de comercio exterior que Manzur compartió el 25 de marzo en su provincia con el canciller Santiago Cafiero y unas 50 empresas para analizar la exportació­n con valor agregado de frutas y no de aceitunas y sus derivados, que tienen como mercados principale­s Brasil y los EE.UU. Los destinos que perseguirí­a Manzur, pero que parecen difíciles de conseguir.

Algunos de los sindicalis­tas que participar­on de la cena que Fernández sirvió para ellos el 25 de marzo supieron que los gobernador­es peronistas se proponen anunciar a uno de ellos como el próximo candidato a presidente en el segundo semestre. La aceleració­n de la crisis económica podría adelantar ese plazo. Pablo Moyano no estuvo entre los invitados del Presidente, que la semana anterior había recibido en la Casa Rosada a Hugo Moyano.

Al padre de Pablo lo inquieta la delicada situación financiera de la obra social de los camioneros (Oschoca), gerenciada por Liliana Zulet, su esposa, a través de una de sus empresas. Pero más lo que pueda ocurrirle si su salud lo obliga a delegar la conducción del sindicato en su adjunto: Pablo. “Difícil que él acepte que la plata que envían los choferes a la obra social la administre ella. Y en apariencia­s, mal”, aseguró alguien con oficinas en la CGT. Pero a Hugo también lo preocupa la millonaria deuda en dólares de OCA con el club Independie­nte por el auspicio de su equipo de fútbol. La empresa de correos es controlada por dos firmas vinculadas a Cristóbal López: Clear Urbana y Clear Petroleum. Y le preocupa además la evolución de la elevación a juicio en la causa por asociación ilícita entre directivos y barras del club que ventilaría el papel de la firma Integrador­a en la reventa de entradas.

El 11 de marzo, la Sala 2 de la Cámara de Garantías de Lomas de Zamora revocó el sobreseimi­ento que la jueza Brenda Madrid le dictó a Pablo. La fiscalía recusó a Madrid, que rechazó ese planteo, que debe ser resuelto ahora por la misma sala. Anteayer, el hijo de Moyano se reunió con Máximo. Una semana antes, Alejandro Granados hizo pública su vocación de ayudar a Fernández.

Hace dos años, el intendente de Ezeiza intentó negociar que el Ministerio Público acepte su incompeten­cia para que la causa pase de los Tribunales de Lomas de Zamora a los de Lanús y Avellaneda. Hizo esa gestión en nombre de Cristina. Así se lo habría transmitid­o a Wado de Pedro, supuesto mentor de Madrid. Juan Pablo Biondi habría acercado a Granados con Alberto. Una distracció­n en los ratos libres del exvocero con su nuevo emprendimi­ento. Llevar al conurbano las “ecobicis” porteñas con el sindicalis­ta Víctor Santamaría. Otro albertista en busca de nuevos rumbos.ß

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