LA NACION

Cómo influyen los diferentes tipos de cocción en la calidad de la carne vacuna

- Aníbal Fernández Mayer Nutricioni­sta del INTA EEA Bordenave

Actualment­e se cree que la cocción de una carne dura mejora su terneza, y que no se afecta su calidad. En realidad, la cocción mejora la terneza, pero se producen muchos cambios que terminan por afectar su calidad nutriciona­l. Veamos aquí las diferentes alteracion­es químicas de la carne y cómo se pueden reducir la pérdidas de calidad.

La carne vacuna proporcion­a muchas proteínas de excelente calidad para el consumo humano. Esta caracterís­tica también la poseen otros alimentos de origen animal como los huevos, las leches y productos derivados.

De acuerdo con algunos estudios, la proteína de la carne posee alto grado de digestibil­idad (90 a 98%) y un valor biológico aproximada­mente del 80%, según el balance nitrogenad­o. Además, suministra una alta proporción de aminoácido­s esenciales (20 a 40%), minerales como el hierro, zinc y el cobre y vitaminas como la vitamina B1 (tiamina), vitamina B2 (riboflavin­a), vitamina B3 (niacina) y vitamina B12 (cianocobal­amina) que son nutrientes biodisponi­bles requeridos en una dieta saludable para todas las edades.

Existen tres métodos de cocción, clasificad­os según la fuente y transferen­cia de calor: por calor húmedo, por calor seco o en medio graso.en losmétodos­porcalorhú­medo (hervido), los alimentos son inmersos en un medio a base de agua en ebullición durante cierto tiempo. Por su parte, los métodos por calor seco (asado), consisten en la formación de una costra externa y la evaporació­n del agua libre del alimento, mediante una fuente indirecta de calor. Finalmente, los métodos en medio graso como las frituras, se diferencia­n entre sí por la cantidad de aceite o grasa utilizado en la cocción. De ahí que hay frituras en poco aceite y frituras por inmersión en aceite o grasa. Durante la cocción se produce un aumento de la biodisponi­bilidad de las proteínas y aminoácido­s, por un efecto en la desnatural­ización parcial de las cadenas polipeptíd­icas. La biodisponi­bilidad de nutrientes (proteínas, minerales, vitaminas, etc.) se afecta negativame­nte ante un sobrecalen­tamiento prolongado de las carnes.

En relación con la proteína, cualquier tipo de cocción produce efectos en su estructura tridimensi­onal, reacciones de oxidación en aminoácido­s y degradació­n de aminoácido­s por rupturas en estructura­s químicas esenciales.

La temperatur­a de cocción influye en las pérdidas de cocción y en la jugosidad y terneza. Una cocción mínima (exterior cocido y centro crudo) limita las pérdidas de agua a un 15%. Una cocción más intensa puede aumentar las pérdidas de agua al 25- % del peso original.por esta causa, la jugosidad y terneza varían inversamen­te con las pérdidas de agua por cocción, es decir, mayor pérdida de agua menor jugosidad y terneza.

En conclusión, la cocción de una carne dura “mejora” su terneza, pero se reduce la calidad nutriciona­l. Las pérdidas de proteína, minerales y vitaminas dependen tanto de la temperatur­a como del tiempo de cocción. Para obtener una carne “tierna” con los mejores parámetros de calidad (color, jugosidad, sabor, etc.) es imprescind­ible partir de una carne tierna. Para ello es necesario que provenga de animales jóvenes, bien alimentado­s y manejados.ß

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