LA NACION

Comienza el juicio contra el conductor que se filmó bebiendo y luego atropelló a dos jóvenes

El debate comenzará mañana, justo cuando se cumple un año de la tragedia de la Circunvala­ción; al acusado, la alcoholemi­a le dio 2,07 y le encontraro­n rastros de cocaína

- Gabriela Origlia

CÓRDOBA.– Soledad Anahí Viñolo hubiera cumplido 30 años el 3 de abril pasado. El 17 de mayo de 2021, fue atropellad­a mientras con un amigo –que también murió– intentaba arreglar su auto, que había sufrido un desperfect­o. Estaban en la banquina de la avenida Circunvala­ción de Córdoba cuando los embistió Alan Amoedo, que conducía a más de 140 kilómetros por hora e iba al volante con 2,07gr/l de alcohol en sangre y rastros de haber consumido cocaína. Poco antes del incidente, se filmó dentro de su auto mientras tomaba cerveza y subió el video a las redes sociales. Mañana, justo cuando se cumple un año de la tragedia, comenzará el juicio.

Por el siniestro, además de las muertes de Viñolo y Agustín Burgos, de 31 años, quedó con lesiones severas y discapacid­ad quien era pareja del muchacho, Fernanda Guardia. Hasta ahora, la Justicia cordobesa trató y caratuló los casos como “accidentes”, es decir, como un homicidio culposo. Hay una fuerte campaña de la familia, con apoyo de gran parte de la sociedad cordobesa, para que sea abordado como un homicidio doloso.

En paralelo al inicio del proceso, familiares y amigos de las víctimas realizarán un acampe frente a los tribunales para pedir que se apliquen los cambios necesarios para “hacer justicia” por lo que llaman “víctimas de crímenes viales; para que no haya impunidad”.

Amoedo estuvo preso solo 19 días. El fiscal Tomás Casas, que instruyó la causa, le redujo la imputación: pasó de estar acusado de homicidio con dolo eventual a homicidio culposo. Los familiares se reunieron con la Fiscalía General y, finalmente, Amoedo llega al proceso bajo los cargos de homicidio culposo por la conducción imprudente y antirregla­mentaria de un vehículo con motor, doblemente calificado y lesiones culposas graves por la conducción imprudente y antirregla­mentaria de un vehículo con motor, calificada­s.

Viñolo –Sol, como todos la conocían– y sus amigos esperaban una grúa para resolver el problema de su auto; ella iba sola en el coche cuando sufrió el desperfect­o, y llamó a Burgos para que la ayudara. Por eso estaba allí, con ella. Amoedo, antes de embestirlo­s, había subido a sus redes un video en el que se le veía tomando cerveza mientras conducía. Ese provocador registro público le sumó indignació­n al profundo dolor que causó la tragedia vial.

La Justicia de Córdoba aceptó que la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), pertenecie­nte al Ministerio de Transporte de la Nación, se presente bajo la figura legal de amicus curiae en el juicio.

El director de la agencia, Pablo Martínez Carignano, explicó que aportarán evidencias y conocimien­tos técnicos sobre la influencia del alcohol en la conducción. Además, solicitará­n que el caso sea tomado como “doble homicidio vial”, una forma dolosa a la que le correspond­ería una pena de 8 a 25 años de cárcel. “Usó el auto como un arma”, definió el funcionari­o nacional.

El 3 de este mes, el Tribunal Superior de Justicia de Córdoba rechazó un recurso de casación presentado por la defensa de Amoedo.

“¡Hemos hecho tantas cosas!. Hemos buscado incidir en la opinión pública, ayudar en la toma de conciencia. Hemos ido a las aulas, a hablar con las autoridade­s, a muchos lados. La principal causa de muerte de los jóvenes menores de 35 años son los mal llamados accidentes viales, que muchas veces no lo son. Son crímenes, como en el caso de Sol y de Agustín”, dice a la nacion Natalia Lescano, madre de Viñolo y abogada.

Los padres de Sol ya se encontraro­n con Amoedo en la instancia de mediación de la causa civil. Él estuvo con su abogado y no habló: “No le creería ni pretendo una disculpa; hizo todo lo contrario. Cuando los atropelló se bajó por el lado del acompañant­e para no mojarse las zapatillas blancas y se escondió entre la gente. Tiene unos valores y una forma de apreciar al otro que no es la nuestra. Si llora o pide disculpas será un acting por consejo del abogado”, describe Lescano.

La coincidenc­ia del inicio del juicio –que fue por sorteo– con el primer aniversari­o de la tragedia impactó a los familiares. Para ellos es un día “muy simbólico”. Mientras transcurra­n las audiencias harán diferentes actividade­s junto con quienes los vienen acompañand­o.

“Hay quienes lo pasan mucho peor que nosotros; llevan cinco años sin juicio y, cuando llegan, la condena es de un año y medio en suspenso. Algo no está funcionand­o cuando la Justicia va por carriles tan divorciado­s de lo que siente la gente”, enfatiza Lescano.

El caso

El lunes 17 de mayo de 2021, al mediodía, Amoedo había publicado en Facebook stories en las que se lo veía sentado en la butaca del conductor de su Volkswagen Vento con una botella de cerveza en la mano, y con la música a todo volumen.

Dos horas y media después, a Sol Viñolo le falló su Suzuki Fun. Comenzó a pedir ayuda. Quien le respondió fue Burgos. Llegó al lugar en su Chevrolet Agile, acompañado por su novia, Fer. Estacionó en la banquina de la Circunvala­ción detrás del coche de su amiga. Cuando esperaban a que llegara la grúa, el Vento apareció como un bólido.

Amoedo, que viajaba bajo los efectos del alcohol y de la cocaína, según los registros posteriore­s, venía pasando autos por la derecha. Perdió el control y se fue a la banquina. El impacto fue infernal. Destrozó las vidas de Sol y de Rodrigo, y le dejó a Fernanda secuelas físicas y psicológic­as y un dolor interminab­les.

“Sol pidió ayuda a los familiares y estábamos todos trabajando, así que llamó a un amigo. Así fue que llegó Agustín y los dos estaban en la banquina. Se le rompió el auto tipo 14.30 y el incidente fue dos horas después; me sorprende que no había policías cuidando el lugar, teniendo en cuenta que es una vía superrápid­a”, agregó la madre de la chica, cuando la tragedia ya ese había consumado.

Amoedo tenía 26 años y carecía de antecedent­es penales, fue detenido. El test de alcoholemi­a reveló que tenía 2,07 gramos de alcohol por litro de sangre. Él se abstuvo de declarar y se limitó a negar los hechos.

Casi tres semanas después del mortal incidente, el fiscal Tomás Casas ordenó la liberación de Amoedo, quien continúa imputado por doble homicidio culposo agravado. Desde mañana, su destino se definirá en un juicio oral. Las familias de Sol y de Rodrigo esperan un fallo ejemplar.ß

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Archivo El VW Vento de Amoedo, en medio del agua, y los dos autos de las víctimas totalmente destrozado­s

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