LA NACION

Massa apura medidas para intentar contener el gasto y frenar la pérdida de reservas

Convocó a todo el gabinete para fijar topes en el uso de partidas; busca acuerdos con exportador­es para obtener divisas

- Santiago Dapelo

El ministro de Economía, Sergio Massa, convocó para el martes a todos los ministros para fijar “prioridade­s de inversión” y “techos de gasto”, mientras intenta avanzar con acuerdos para lograr anticipos de exportacio­nes que permitan frenar la caída de reservas del Banco Central.

Esta semana se anunciará un aporte de unos 300 millones de dólares del sector pesquero. Y se presentará­n incentivos para el sector de hidrocarbu­ros. El jueves, Massa y Fernández anunciarán un aumento para jubilados, en un intento de paliar parte de la caída por la inflación. Ayer, Massa seguía sin poder presentar a su viceminist­ro.

La noche del miércoles daba paso a la madrugada del jueves cuando Guillermo Michel, titular de la Aduana y uno de los principale­s asesores económicos del ministro de Economía, Sergio Massa, apoyó la cabeza contra la almohada. Eran las 2 de la mañana, ahí leyó el último mensaje de su jefe con pedidos para ejecutar en las próximas horas. Cuando se levantó, antes de las 7, ya tenía otro texto con nuevas demandas. Velocidad y resultados, Massa sabe que la crisis económica acortó los tiempos y que los 100 días que les pidió a Alberto Fernández y Cristina Kirchner para mostrar resultados se evaporan a la velocidad de la luz.

Massa anunció ayer que había convocado para el próximo martes a los responsabl­es de administra­ción de todos los ministerio­s del gobierno, con el objetivo de fijarles “prioridade­s de inversión” y “techos de gasto”, según la hoja de ruta sobre su gestión que difundió a través de las redes sociales.

Además, Massa ratificó que “no habrá más emisión para financiami­ento hasta fin de año” y anunció que mañana “se iniciarán los reintegros” al Banco Central. “Empezamos en coordinaci­ón con todos los sectores de la administra­ción pública la fijación de topes al ingreso de personal, y a partir del 1° de septiembre debe estar publicada con acceso público cada declaració­n jurada”, dijo el ministro.

La agenda incluye el anuncio, el próximo miércoles junto al presidente Alberto Fernández, de un aumento para jubilados. “Lo vamos a en la mayor recaudació­n por anticipo de Ganancias”, aclaró.

El jueves, en tanto, el Gobierno anunciará el régimen de segmentaci­ón energética. “Se van a agregar topes de consumo para promover ahorro de recursos y un sistema más progresivo de subsidios”, sostuvo Massa. “La entrada en vigencia será por sector y zona, y será informada el jueves por la secretaría de Energía”, amplió Massa, aunque todavía no queda claro quién conducirá esa repartició­n el día del anuncio, ya que el secretario del área, Darío Martínez, presentó la renuncia, que hasta el momento no fue aceptada oficialmen­te.

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Una medida por día, ese es el objetivo y la exigencia que les planteó Massa a sus colaborado­res. Política o técnica, no hay distincion­es en esto, pero siempre dentro de los cuatro ejes que fijó: orden fiscal, superávit comercial, fortalecim­iento de reservas y desarrollo con inclusión. Radial en su forma de conducción, Sergio Massa ametralla con mensajes y llamados a su equipo, todavía incompleto.

Esta semana se anunciará también que la industria pesquera ingresará alrededor de US$310 millones, nuevas denuncias penales por operacione­s irregulare­s en importacio­nes y exportacio­nes, un bono para jubilados y se pondrá en marcha la unificació­n de los programas de crédito en una sola línea, que se llamará Crédito Argentino, y que en la primera etapa pondrá a disposició­n de los sectores productivo­s, Pymes y comercio $400.000 millones.

Todavía falta la hoja de ruta sorespalda­r bre los dos principale­s problemas que afectan a la economía, la inflación, que en julio marcará un récord –en el orden del 7 por ciento– y la salida de dólares del Banco Central (BCRA), que cerró la primera semana de agosto con unos US$700 millones menos en sus reservas.

El mercado aún aguarda las señales para que el campo se desprenda de los granos y medidas que permitan cambiar el flujo.

En este escenario de fragilidad, Massa tendrá que dar respuesta a los dos interrogan­tes que aún no logró sortear, quién será su número dos en el Palacio de Hacienda y qué pasará con el área más sensible de su gabinete, Energía, enclave del kirchneris­mo duro, sector que por su incidencia en las cuentas públicas es central. Estas decisiones marcarán en gran medida

la línea interna y expondrá la nueva correlació­n de fuerzas dentro del Frente de Todos. Con la salida de Darío Martínez resuelta, el líder del Frente Renovador negocia con el Presidente y la vice el cambio de piezas en el área que controla uno de los principale­s ductos de salida de dólares.

En los primeros cinco meses del año, los subsidios energético­s acumularon un aumento de 130% con relación al mismo período de 2021 y por las compras de energía al exterior se perdieron US$4641 millones. El ministro de Economía sabe que un “mal cambio” sería un paso en falso en el delicado orden interno en el que ingresó el Frente de Todos tras el terremoto que significó la renuncia de Martín Guzmán.

Por eso las demoras, pero por sobre todo la ausencia de nombres para reemplazar a Martínez. Sergio Massa corre contra el tiempo y contra su pasado. Lo mismo ocurre con sus colaborado­res.

Eso quedó claro en medio de la desproliji­dad que ocurrió con el anuncio y luego la caída en desgracia de Gabriel Rubinstein como viceminist­ro. Los comentario­s y tuits contra la expresiden­ta no pasaron el filtro. Un error de cálculo para Massa quien creyó que la fotografía con Cristina Kirchner actuaba como una suerte de expiación para todos los que lo rodean. Solo sirve para él. “Es una pésima señal”, describier­on fuentes oficiales sobre las demoras en Energía y el affaire con Rubinstein. Cristina Kirchner sigue con atención cada paso y espera los anticipos.

Por ahora, todo es silencio y pragmatism­o. La crisis económica sigue su curso y el riesgo está presente. Por eso convalidó el movimiento táctico que significó el desembarcó del tigrense en el gabinete. Es una apuesta final para la vice que ya dejó en claro que el primero de los movimiento­s estratégic­os, ofrecerle la candidatur­a a presidente a Fernández, fue un error para ella. Otro tema clave es la reestructu­ración de deuda de corto plazo en pesos que encaró Massa.

El ofrecimien­to es un traje a medida de los inversores. A cambio de patear los vencimient­os nueve meses, el ministro de Economía les garantizó a los bonistas, en su gran mayoría bancos y la Anses, un bono dual que los cubre de la inflación y la devaluació­n.

Los acreedores podrán elegir la mejor opción a la hora de cobrar. Al mercado eso le gusta. Casi la mitad de la deuda (LEDE, Lecer y Boncer) la tiene Anses, en manos de la camporista Fernanda Raverta.

El otro gran beneficiar­io será el Banco Macro, que tiene más del 20 por ciento. Su director, Jorge Brito, también presidente de River, estuvo presente en la asunción de Massa.ß

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