LA NACION

El Papa planea su visita a Kiev y podría ir en septiembre

Recibió al embajador del gobierno de Zelensky ante la Santa Sede, quien hizo saber que la visita podría darse antes del viaje de Francisco a Kazajistán, entre el 13 y el 15 de ese mes

- Elisabetta Piqué afp

ROMA.– El papa Francisco recibió ayer en audiencia al embajador de Ucrania ante la Santa Sede, Andrii Yurash, con quien habría acordado la fecha de una esperada visita a ese país. Esta podría darse en septiembre, antes de su viaje a Kazajistán, previsto entre el 13 y el 15 de septiembre, dejó trascender el diplomátic­o, aunque no hubo ninguna confirmaci­ón de parte del Vaticano.

En un tuit en inglés, Yurash escribió que durante su encuentro Francisco le dijo que se sentía “muy cerca de Ucrania” y que quería “expresar su cercanía con una visita”. “Por muchos años y especialme­nte desde el inicio de la guerra, Ucrania ha estado esperando al Papa y estará feliz de recibirlo antes de su viaje a Kazajistán”, agregó, en un posteo en el que incluyó fotos del encuentro, que tuvo lugar ayer por la mañana en el Palacio Apostólico.

En un segundo tuit, el embajador ucraniano definió “siempre inspirador” hablar con el Santo Padre, “especialme­nte cuando está la oportunida­d de discutir y promover temas que están sobre la mesa desde hace tiempo, como una visita del Papa: Ucrania quiere encontrars­e y recibir a su Santidad lo antes posible, incluso antes de su viaje a Kazajistán”, insistió.

Desde el inicio de la invasión de Ucrania por parte de Rusia, Francisco fue invitado a viajar a Kiev tanto por el presidente Volodimir Zelensky como por el alcalde de la capital, Vitaly Klitschko. Las autoridade­s ucranianas también le pidieron al Papa mediar en el conflicto, algo que nunca se dio ya que la otra parte en pugna –Rusia– jamás se mostró dispuesta.

En recientes entrevista­s, incluso en la conferenci­a de prensa que concedió hace una semana al regresar de su viaje “penitencia­l” a Canadá, Francisco, de 85 años, expresó su deseo de viajar a Ucrania, a cuya población “martirizad­a” recuerda todos los domingos en la oración mariana del ángelus.

Pero como tiene problemas de movilidad desde principios de años por un problema en un ligamento de su rodilla derecha, siempre dejó en claro que esta visita dependería de “la pierna”.

En este sentido, anteayer por la mañana Francisco –que desde mayo utiliza una silla de ruedas, un bastón e incluso un andador para moverse– tuvo una visita médica en el centro de salud del Vaticano, acompañado por el enfermero Massimilia­no Strappetti, asistente sanitario personal del pontífice argentino.

Según pudo saber la nacion, aunque el Papa evoluciona bien –de hecho el miércoles pasado llegó caminando a la audiencia general–, su médico le recomendó reposo absoluto después del esfuerzo enorme que hizo en su viaje de seis días a Canadá de fines de julio. De hecho, le prescribió vivamente no realizar en agosto un viaje a Ucrania, que sería bastante complicado logísticam­ente ya que, como hicieron otros jefes de Estado y políticos, implicaría un avión primero y luego seis horas de tren desde Lviv para llegar a Kiev.

Por esto se cree que la visita a Ucrania, un viaje segurament­e “sui generis” porque se trata de una zona de guerra, podría darse en las primeras semanas de septiembre, como sugirió el embajador ucraniano, antes de la visita que el Papa hará a Kazajistán, otra exrepúblic­a soviética a la que irá del 13 al 15 de septiembre para asistir a un congreso de líderes religiosos.

Reposo

Se especulaba que el diplomátic­o ucraniano podría haberle pedido al Papa de ir el 24 de agosto, cuando se celebra la Fiesta Nacional de Ucrania y se conmemora el día de la Independen­cia del país de la Unión Soviética en 1991. Más allá de que a Francisco le recomendar­on reposo en las próximas semanas después de un viaje duro como el de Canadá –donde incluso tuvo que ajustarse a una diferencia de huso horario de 8 horas-, esa fecha, demasiado simbólica, tampoco habría funcionado ya que el Vaticano siempre prefirió mantener una posición equidistan­te en el caso pudiera surgir una mediación.

También corrió la versión de que en Nursultán, la capital de Kazajistán, el Papa podría llegar a reunirse por segunda vez con el jefe de la Iglesia ortodoxa rusa, el Patriarca de Moscú, Kirill, aliado férreo del presidente Vladimir Putin, algo que no caería nada bien en Ucrania.

Pero fuentes vaticanas dijeron a la nacion que se trataría de un simple saludo. En el encuentro que Francisco tuvo anteayer con el número dos de Kirill, el metropolit­a Antonij de Volokolams­k, ambos estuvieron de acuerdo en que el congreso de Kazajistán de mediados de septiembre, donde ni siquiera es seguro que vaya a ir Kirill, no era “ni el momento ni en lugar para tener una reunión de alto nivel”, que sería la segunda después de la reunión de La Habana de 2016, la primera desde el gran cisma de 1054.ß

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Francisco recibió ayer al embajador ucraniano ante el Vaticano, Andrii Yurash

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