LA NACION

Transporte público. A menores ingresos, hay más trasbordos y distancias más largas

Así surge de un estudio del BID sobre los niveles socioeconó­micos de los usuarios de la SUBE en la ciudad de Buenos Aires y el AMBA; la mayoría prefiere utilizar el colectivo; el subte, para pocos

- Texto Delfina Celichini

Amedida que baja el nivel de ingresos de las personas sus viajes en transporte público recorren una distancia mayor, sus recorridos son menos directos, requieren más trasbordos y hay un mayor uso del colectivo, en desmedro del subte y el tren. En tanto, quienes inician sus viajes en zonas cercanas a barrios populares no tienen un comportami­ento similar al de los sectores bajos, sino que se asemejan a los medios en cuanto a los kilómetros recorridos, la cantidad de trasbordos y el tipo de medios de transporte para desplazars­e.

Los datos surgen de un estudio del Banco Interameri­cano de Desarrollo (BID) mediante el que se detalla el perfil de viaje de quienes se desplazan en el Área Metropolit­ana de Buenos Aires (AMBA), según nivel socioeconó­mico (NSE). La informació­n se adquirió a partir de la trazabilid­ad de los datos del Sistema Único de Boleto Electrónic­o (SUBE).

“Este análisis evidencia que los niveles socioeconó­micos más bajos cuentan con un acceso de menor calidad al servicio de transporte público masivo y son penalizado­s por el diseño de la red”, puntualizó la investigac­ión de Felipe González y Sebastián Anapolsky.

Para abordar el estudio “Identifica­ndo la desigualda­d en los patrones de movilidad en transporte público”, se usó la informació­n de la tarjeta SUBE, que registra las transaccio­nes de pago. En una base de datos obtenida a partir de un pedido de acceso a la informació­n pública por parte del BID, se obtuvieron los siguientes datos de los viajeros de un día hábil completo de noviembre de 2019: número de identifica­ción de la tarjeta, modo y línea de transporte, lugar donde se registró la transacció­n, la hora y el tipo de tarifa abonada. A cada usuario de SUBE se le asignó un NSE a partir del radio censal donde hizo el primer viaje del día –suponiendo que es la parada de transporte más cercana al hogar–.

Los sectores altos -representa­dos por el NSE alto y medio alto- tienen un promedio de distancia de viaje de 8,7 kilómetros. Las transferen­cias, en 1,3 de cada 5 viajes combinan medios de transporte. Son los que más usan el subte (el 85,1% del total que se trasladan con esta modalidad).

En tanto, el origen y destino de sus desplazami­entos se da en la Capital (58%) y, en menor medida en el primer cordón del AMBA, con una prepondera­ncia en el área central y el corredor norte de la Capital.

Las personas con NSE medio cuentan con un promedio de 10,2 kilómetros de desplazami­ento y en 1,8 de cada 5 viajes realizan combinacio­nes. El colectivo es su principal transporte y son el segundo sector, después del NSE medio alto, que más utiliza el tren (13,2%).

La mayor proporción de sus viajes inician y terminan en el primer y segundo cordón del AMBA (29% y 20%, respectiva­mente). Si bien presentan viajes al área central de la Capital, los desplazami­entos se distribuye­n de manera más heterogéne­a en todo el territorio en estudio.

Representa­do por los NSE medio bajo y bajo, presentan un promedio de viaje de 11,6 kilómetros de recorrido y un aproximado de 2,3 combinacio­nes cada 5 desplazami­entos. El medio de transporte que menos usan es el subte, en contraposi­ción con el colectivo; lo frecuentan en un 85,6% de sus viajes, en promedio.

Los destinos de sus viajes inician y terminan en un 33% en el segundo cordón del AMBA. También se evidencia un importante porcentaje (18%) de destinos en el primer cordón. El sector de ingresos bajos es el que presenta la heterogene­idad más importante en el destino de sus viajes. Y es el sector que refleja un despliegue territoria­l superior en los recorridos que realiza.

Los datos que muestran el perfil de las personas que inician sus viajes en un radio de 500 metros de los barrios populares presentan algunas anomalías. Si bien el informe especifica que “los barrios populares se encuentran en radios censales con NSE bajos”, su comportami­ento, en función del promedio de la distancia recorrida (10,4 kilómetros) y el porcentaje de trasbordos (2 de cada 5), tiene más que ver con los sectores medios. “Podría deberse a una mejor localizaci­ón de los barrios populares en relación con el acceso al transporte público o en relación con la cercanía de sus destinos”, se explica en el informe.

Si se analizan sus destinos, se observa una dispersión similar a los viajes de los NSE bajos, con una menor concentrac­ión hacia el área central que la de los NSE más altos.

Los barrios populares fueron identifica­dos usando el Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap), que “provee informació­n georrefere­nciada de los polígonos identifica­dos como barrios populares y estadístic­as de cada barrio”, se argumenta. Es importante mencionar que en esta selección se dejó de lado al Barrio 31 para evitar sesgos por estar colindante a la estación Retiro, uno de los principale­s centros de trasbordo de la ciudad.

La conclusión fundamenta­l del informe es que el sistema de movilidad en el AMBA perjudica a los sectores medios y bajos, dado que la mayor concentrac­ión de transporte masivos están en el área central, zona que frecuentan en menor medida este tipo de niveles socioeconó­micos.

“Dados estos patrones, un sistema de transporte público como el de la Región Metropolit­ana de Buenos Aires (RMBA) que es radial, con una mayor concentrac­ión de líneas de transporte y una mayor calidad de servicios en los viajes hacia el área central, resulta en una penalizaci­ón para los usuarios de NSE medios y bajos que son más dispersos, transversa­les y más concentrad­os en el área metropolit­ana”, precisa el informe, y justifica: “La red como existe hoy no presta un servicio adecuado a los patrones de movilidad de los usuarios con NSE bajo. Estos normalment­e se ven en necesidad de recorrer más de una etapa para llegar a sus destinos, para lo cual utilizan primordial­mente el colectivo y combinando dos o más etapas”.

Por último, el estudio recomienda revisar la forma de planificac­ión de la red del transporte público. “Es necesario considerar en la planificac­ión los patrones de movilidad específico­s de los sectores vulnerable­s”, enfatiza la investigac­ión y remarca: “Sería interesant­e replicar este análisis pospandemi­a para analizar cambios en la movilidad”.

En este sentido, Laura Labat, subsecreta­ria de Transporte Automotor de la Nación explicó: “Luego de tres años y una pandemia, no solo han habido modificaci­ones en los comportami­entos de los usuarios del sistema, ya que no se ha vuelto todavía a los niveles de uso prepandemi­a sino que, además, en el caso del transporte automotor de pasajeros, se han tomado medidas que permiten la modificaci­ón de los parámetros operativos de las líneas de colectivos a los fines de que las empresas puedan modificar sus recorridos de acuerdo a la demanda”. Y agregó: “Estos expediente­s son trabajados de manera conjunta con la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT) para evitar la duplicació­n de recorridos y hacer más eficiente la distribuci­ón del servicio público”.

En diálogo con la nacion, Labat mencionó la importanci­a del trabajo en conjunto con las diferentes jurisdicci­ones para mejorar la red actual: “Con el objetivo de alcanzar el equilibrio en el sistema interjuris­diccional es que fue creada la Agencia de Transporte Metropolit­ano, formada por miembros de las tres administra­ciones –nacional, bonaerense y porteña– promoviend­o una red de transporte integral”.

Para Felipe Miguel, jefe de Gabinete de la ciudad de Buenos Aires, “la General Paz no separa lo que la gente une”. Y agregó: “El sistema de transporte del AMBA es uno solo. Nuestra intención y apuesta con el gobierno nacional siempre fue trabajar en conjunto”.

“Creemos en el transporte público como una red única conformada por diferentes medios como lo son el subte, el colectivo y el tren. Por eso nos parece fundamenta­l, para mejorar la conectivid­ad en el AMBA, darle continuida­d a las obras de la segunda etapa del viaducto del ferrocarri­l Belgrano Sur y a la electrific­ación del tren San Martín, obras que correspond­en al gobierno nacional”, enfatizó el funcionari­o de la administra­ción porteña.

Y explicó: “Nos enfocamos en mejorar los tiempos de viaje en colectivo, como hicimos con el subte bajando la frecuencia a 3 minutos en las líneas A, B, C, D y H. Con dos obras claves como lo son el metrobús del Bajo II y el de Alberdi-directorio, así como también con diversos proyectos de carriles exclusivos que tenemos en estudio, esperamos lograr pronto este nuevo objetivo”.●

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archivo Los sectores de ingresos más bajos viajan distancias más largas

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