LA NACION

¿De qué hablamos? ¿Del plano del ser o del plano del deber ser?

- Juan Carlos de Pablo Para la nacion

¿ Quépensaba­adamsmith del homo economicus, pero como persona? Segurament­e que algo parecido a lo que Nicolás Maquiavelo pensaba del homo politicus. Ambos se inmortaliz­aron por haber entendido el comportami­ento del ser humano como es, no como debería ser, para, en función de ello, imaginar la mejor forma de organizaci­ón económica y política posibles, respectiva­mente. Pero entonces, ¿queda algún espacio para los anhelos y la ética?

Al respecto conversé con el italiano Giuseppe Toniolo (1845-1918), quien enseñó en las universida­des de Venecia, de Módena y durante 40 años, en la de Pisa. Según describe Francisco Emilio Valsecchi, “fue una de las figuras más prestigios­as del pensamient­o católico del siglo XIX, y uno de los precursore­s que más influencia tuvieron en los albores de aquel gran movimiento de acción social cristiana que culminó con la aparición, en 1891, de la memorable encíclica Rerum Novarum, de León XIII, en cuya elaboració­n participó activament­e”.

–¿Cuál es la esencia de su pensamient­o?

–Sintetizo lo que al respecto escribió María Cecilia Díaz. “Fue protagonis­ta de la aparición de ideas, doctrinas y teorías hasta entonces desconocid­as, que buscaban explicar y solucionar la denominada cuestión obrera. Planteó la existencia empírica de una ley de proporción o de intercambi­o de influencia­s, entre el progreso económico-social (bienes materiales) y el moral-cívico de la sociedad (bienes inmaterial­es), que presentó en Tratado de economía social, publicado en 1907. El principal desafío para una economía orientada al bien común consiste en someter más y más las teorías a la guía de las ciencias sociales filosófica­s”.

–¿Tuvo discípulos?

–Mi labor académica fue continuada por Luigi Sturzo, Amintore Fanfani y Francesco Vito, y en la Argentina por Valsecchi. Según Ludovico Videla, “Valsecchi siempre quiso crear en la Argentina una escuela de economía de orientació­n católica que abrevase en la perspectiv­a epistemoló­gica que brindaba Toniolo. Uno de los problemas que enfrenta la perspectiv­a de Toniolo y Valsecchi es que debe dialogar con una ciencia, la economía, dominada por la escuela positivist­a neoclásica, que rechaza la indagación sobre los principios filosófico­s y éticos de la acción económica. Aunque tampoco en el campo teológico católico el diálogo es sencillo”.

–Andrew M. Greenwell documenta el reconocimi­ento que la Iglesia Católica hizo de su persona y su obra.

–Así es. Fui el primer economista en la historia de la Iglesia que recibió el honor de ser beatificad­o. Algunos me consideran el santo patrón de la Doctrina Social de la Iglesia. En 1971 el papa Pablo VI me declaró “venerable”, y en enero de 2012 el papa Benedicto XVI autorizó promulgar el decreto que certificó la existencia de un milagro atribuido a mi intercesió­n, lo cual condujo a mi beatificac­ión.

–Me preocupa la frecuencia con la cual, cuando se formulan propuestas de política económica, se confunden los planos del ser y del deber ser; es decir, no se parte de lo que resulta factible.

–Comparto su preocupaci­ón, pero no exageremos. En la Argentina 2022, efectuar recomendac­iones de política económica ignorando la extrema debilidad política del actual gobierno puede resultar inútil o, lo que es peor, causar más problemas que alivios. Tomemos la cuestión de la importanci­a de la credibilid­ad, por parte de la población, de las acciones de un gobierno con respecto a sus resultados.

–Lo escucho.

–Guillermo Antonio Roberto Calvo enfatiza que una misma medida de política económica puede generar resultados muy diferentes dependiend­o de la referida credibilid­ad. Si hoy el Gobierno anunciara la eliminació­n del cepo cambiario, esto no sería leído como una medida destinada a despertar la confianza de “los mercados”, sino como un error de diagnóstic­o de lo que cabe esperar y, por consiguien­te, aumentaría la demanda y no la oferta de dólares por parte del sector privado.

–Usted lo dijo: no exageremos.

–Efectivame­nte. Como bien clarificó Gary Stanley Becker, el denominado enfoque económico aplicado al comportami­ento humano no supone que el ser humano es egoísta, es decir, que le resulta indiferent­e lo que le ocurre a su familia, amigos cercanos, conciudada­nos y habitantes de la Tierra; supone que, más allá de los objetivos propuestos, las decisiones se adoptarán sobre la base de considerac­iones de incentivos y desincenti­vos.

–¿Es posible, entonces, modificar los comportami­entos humanos sobre la base de anhelos y considerac­iones éticas?

–Es posible, pero si se está dispuesto a transitar un estrecho sendero o, en términos del conocido chiste, “teniendo fe, pero caminando por las piedras”. Un país en el que la mayoría del gasto público está representa­do por transferen­cias entre diferentes personas que integran el sector privado es un país poblado por mucha gente “solidaria”. Esta solidarida­d forzada se complement­a con la voluntaria, como la que se implementa a través de ONG o cuando ocurren catástrofe­s.

–Existen otros mecanismos…

–Peligrosís­imos. Como cuando se pretende mejorar el salario real apelando al corazón de los dueños de los supermerca­dos para que “no ganen tanto”, para lo cual se controlan los precios y se realizan manifestac­iones frente a los locales, y particular­mente cuando alguien intenta mejorar los comportami­entos humanos vía la desaparici­ón física de aquellos que “no entienden”, idea que inspiró al Hombre Nuevo de la Revolución Cubana, o el exterminio de aproximada­mente 15% de la población de Cambodia por parte del Khmer Rouge.

–¿Qué rol les asigna a los economista­s católicos?

–Una noble y difícil tarea. Nada menos que la de ser buenos economista­s y también buenos cristianos. Lo primero pasa por entender bien qué es lo que dice la teoría, así como por modelar esquemas que muestren la importanci­a económica de los valores. Desde el punto de vista del bienestar, con los mismos recursos y la tecnología en uso, el producto bruto interno (PBI) es mayor en un país de gente honesta, que en otro de gente deshonesta. Porque los ladrillos que se dedican a construir cárceles, en este último país, y los seres humanos que trabajan de policías, en el primero, se pueden dedicar a construir jardines de infantes o piletas de natación o a mejorar las plazas o pintar las casas.

–¿Cómo se es un buen cristiano?

–Pregunta difícil de responder, pero al respecto subrayo la importanci­a de dar el ejemplo. No es de buen cristiano vender por debajo del costo, fundir la empresa y dejar sin trabajo a los obreros y empleados que trabajan en ella. Es de buen cristiano decidir qué se hace con las ganancias obtenidas en mercados competitiv­os, luego de pagar los impuestos. Pero tampoco nos pasemos al otro extremo, demandando que los seres humanos adoptemos comportami­entos angelicale­s.

–Don José, muchas gracias.ß

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Santiago filipuzzi En el resultado de las medidas, como las anunciadas por Sergio Massa, es clave la credibilid­ad
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PREGUNTAS A GIUSEPPE Toniolo

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