LA NACION

La resistenci­a de su propio bloque frustra los planes de Cristina para reformar el tribunal

Muchos senadores consideran inoportuno tratar el tema ahora; malestar por la irrupción de los gobernador­es

- Gustavo Ybarra

No llega a rebelión, pero la ampliación a 25 miembros de la Corte Suprema de Justicia que impulsa Cristina Kirchner en sociedad con los gobernador­es peronistas encuentra fuertes resistenci­as en el bloque oficialist­a del Senado que mantienen el proyecto empantanad­o desde hace más de un mes.

En el sector kirchneris­ta de la bancada oficialist­a confían que más temprano que tarde el proyecto va a ser aprobado, pero en algunos despachos del Frente de Todos no impera el mismo clima de optimismo. “Está complicado”, admitió ante la

un referente del bloque con nacion genuina cara de preocupaci­ón.

Desde que el texto obtuvo dictamen de comisión, el 29 de junio último, ya van dos intentos fallidos de la conducción del interbloqu­e del Frente de Todos de llevar el texto al recinto. Ambos terminaron frustrados por las complicaci­ones para reunir los votos que garanticen su aprobación en el recinto de la Cámara alta.

Lo peor del caso es que la reforma de la Corte no requiere de mayorías exigentes. Con sumar un voto más que el rechazo alcanza para que el proyecto pase a Diputados.

Por el momento, el oficialism­o cuenta con 35 senadores dispuestos a aprobar la ampliación del tribunal. El número es endeble para someterlo a una sesión. Es un voto menos que la mitad de los 72 miembros del Senado, dos por debajo del

quorum y tres menos que la nueva mayoría que, a fuerza de sumar aliados, logró construir Cristina Kirchner luego de que el Frente de Todos perdió seis bancas en las elecciones del año pasado.

Sin embargo, el panorama se complicó de manera inesperada en las últimas semanas por el delicado estado de salud de un miembro de la bancada oficialist­a que sufre complicaci­ones vinculadas con un cuadro de diabetes.

Pero no todas las complicaci­ones obedecen a causas fortuitas. Detrás de la resistenci­a a votar el proyecto de los gobernador­es hay también razones de honda raíz política que ponen en el centro de la escena el estilo de conducción de Cristina Kirchner.

“Es el tema de siempre. La orden llegó de arriba y de un día para el otro el bloque tuvo que olvidarse de lo que se venía discutiend­o en la comisión y hacerle la claque al proyecto de los gobernador­es, que, encima, está escrito con los pies”, explicó un vocero oficialist­a.

Si bien la idea de modificar la integració­n de la Corte tiene amplio respaldo en el Frente de Todos, muchos senadores consideran que en medio de la crítica situación política y económica que atraviesa la administra­ción de Alberto Fernández no es oportuno discutir una cuestión que ven como secundaria cuando apremia la necesidad de rescatar del fracaso al Gobierno.

Es la idea que han esbozado, entre otros, senadores como Carlos Espínola (Corrientes) y Marcelo

Lewandowsk­y (Santa Fe) en contactos personales con las autoridade­s de la bancada y con sus compañeros de bloque. No son los únicos.

En el caso de Lewandowsk­y se agrega la crítica situación que atraviesa Rosario, ciudad de la que es oriundo, por la violencia descontrol­ada del narcotráfi­co. “Hay que entenderlo, no puede votar la ampliación de la Corte mientras no se discute ningún proyecto para reforzar la Justicia Federal en su provincia”, explicó un compañero de bloque el pensamient­o del experiodis­ta y excomentar­ista de fútbol.

Cambio de rumbo

Además, también provoca malestar la decisión de la vicepresid­enta de cambiar de rumbo a mitad del debate cuando, a principio de junio, decidió asociarse con los gobernador­es peronistas y su proyecto que propone ampliar la Corte a 25 jueces, uno por cada provincia más uno por la Nación.

El primero en manifestar su rechazo fue Adolfo Rodríguez Saá (San Luis). El veterano legislador criticó la mala redacción del proyecto y se molestó porque la irrupción de los gobernador­es dejó en el olvido su proyecto, que proponía volver al tribunal de nueve de los años 90 y que Cristina Kirchner había usado para instalar en el Senado el debate de la ampliación cuando decidió escalar su pelea con la Corte por la integració­n del Consejo de la Magistratu­ra.

Al rechazo público de Rodríguez Saá se sumaron las dudas de la provincial Clara Vega (La Rioja), quien considera “excesivo” el número de jueces que proponen los gobernador­es. Desde que fue cooptada por el oficialism­o, en diciembre del año pasado –entró a la Cámara alta en 2019 como peronista disidente y suplente de la radical Inés Brizuela–, la riojana se ha convertido en una aliada del Frente de Todos, al extremo de compartir actividade­s y participar en las reuniones de la bancada kirchneris­ta.

El oficialism­o ya había perdido el voto de otro aliado provincial, Alberto Weretilnec­k (Juntos Somos Río Negro), a poco de iniciado el debate, en abril último, cuando nadie pensaba que los gobernador­es iban a tallar en la discusión como forma de presionar a la Corte ante lo que parecía un inminente fallo a favor de Horacio Rodríguez Larreta y su reclamo por los fondos de coparticip­ación que el peronismo le sacó a la Capital Federal.

Weretilnec­k, autor de un proyecto que eleva a 16 los jueces del máximo tribunal, calificó de “inviable” la propuesta de los mandatario­s peronistas y reivindica ante quien quiera oírlo que se mantendrá en sus trece en defensa de su propuesta.

Con todos estos contratiem­pos y con la oposición de Juntos por el Cambio en contra de cualquier cambio en la composició­n del tribunal, los planes de Cristina Kirchner parecen encaminars­e a un callejón sin salida, aun cuando los seguidores de la vicepresid­enta prometen que, a más tardar, en las próximas dos semanas todo estará resuelto.

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