Incidentes y tensión: el kirchnerismo se movilizó por Cristina y enfrentó a la policía
El gobierno porteño montó un vallado y la militancia reaccionó con una convocatoria, que apoyó el Gobierno; tras tensas horas, tumbaron el cerco y se desbordó la violencia; cuatro detenidos y 12 policías heridos
Cuerpo a cuerpo. Así se vivió ayer una jornada muy tensa que marcó el regreso de la violencia política a la Argentina. Con el kirchnerismo embanderado en la defensa de la vicepresidenta Cristina Kirchner y la Policía de la Ciudad que intentó limitar el acceso de los militantes a los alrededores del departamento de Cristina Kirchner, en el barrio porteño de Recoleta.
Los momentos de tensión entre efectivos policiales y los simpatizantes kirchneristas que se acercaron para darle su apoyo a la vicepresidenta derivaron en violentos enfrentamientos, que incluyeron golpes entre las partes, la intervención de camiones hidrantes e incidentes en toda la zona, lo que derivó en la detención de cuatro militantes y doce efectivos policiales heridos. Si bien anoche la situación se había calmado, militantes y efectivos seguían en el lugar. Una expresión cabal del estado “de alerta y movilización” anunciado en las últimas horas por los distintos referentes de La Cámpora.
Apenas cinco días pasaron desde que el fiscal Diego Luciani pidió una condena de doce años para la vicepresidenta en la causa que investiga la supuesta corrupción en la obra pública en Santa Cruz. Un lapso de tiempo acotado, pero suficiente para que la agenda pública diera un vuelco y pusiera en el centro de todas las miradas a la vicepresidenta. Su descargo público, con acusaciones directas al macrismo, encendió a su feligresía. Las palabras de Andrés Larroque y su referencia a que “se necesitaba que el peronismo se despierte, estábamos en un momento gris” dieron cuenta de ello.
En ese marco, el operativo de seguridad que la gestión de Horacio Rodríguez Larreta desplegó alrededor del edificio en el que reside terminó generando una reacción todavía más agresiva. La respuesta del gobierno porteño a las denuncias de vecinos autoconvocados molestos por la presencia de militantes en la esquina de Juncal y Uruguay se tradujo en el envío de trabajadores de limpieza, que acudieron en la madrugada del sábado con varias hidrolavadoras. Sin embargo, el detonante de la movilización fue otro: la instalación de un vallado perimetral sobre las calles Juncal entre Paraná y Talcahuano, y Uruguay entre Montevideo y Arenales.
“Estábamos en Parque Lezama. Apenas nos enteramos de que habían puesto vallas, nos vinimos”, sintetizó ante la nacion una militante. Su testimonio graficó la decisión de varios de los simpatizantes kirchneristas que se congregaron ayer y que planeaban, en un comienzo, reunirse en distintos puntos de la ciudad y el conurbano, pero que al anoticiarse de la medida tomada por el gobierno porteño cambiaron de destino.
La decisión terminó de madurar poco antes de las 13: se suspendieron todos los actos que estaban previstos y los referentes camporistas, seguidos por otros funcionarios nacionales, llamaron a movilizarse a Juncal y Paraná a través de Twitter. Grupos y dirigentes oficialistas que hasta acá no tenían definido movilizar por la causa judicial contra la exmandataria terminaron por plegarse.
“Se suspende el acto de hoy en Parque Lezama. Las vallas de Larreta no van a frenar el apoyo a Cristina. Todos a la plaza de Juncal y Paraná, Todos con Cristina”, arengó en sus redes sociales el senador nacional y presidente del PJ porteño, Mariano Recalde, uno de los dirigentes oficialistas más efusivos al demostrar su apoyo a la vicepresidenta.
También desde el Gobierno se promovió la convocatoria, con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, como vocero. El funcionario estuvo en el lugar junto con otros representantes nacionales, como Juan Zabaleta, Gabriel Katopodis, Horacio Pietragalla y Gabriela Cerruti. Por primera vez el Gobierno aparecía encolumnado en las acciones tendientes a respaldar públicamente a Cristina Kirchner.
Otra de las voces del oficialismo que llamaron a movilizarse a Recoleta a través de las redes sociales fue la del dirigente social Juan Grabois.
“Si hubiesen cercado la casa de Macri sería un escándalo internacional”, le dijo a la nacion el referente del MTE, quien se acercó pasado el mediodía a la esquina de Juncal y Talcahuano, acompañado de otros referentes de su espacio.
“No se puede pasar, es un operativo judicial”, le dice un oficial a un delivery, que debe constatar la dirección del domicilio en el que debe hacer la entrega. En la esquina de Juncal y Arenales, un efectivo se encarga de advertir a las personas que transitan por la calle Uruguay que el tránsito peatonal está vedado. “A menos que viva en esta cuadra”, le aclara el policía a una pareja.
Con el correr de las horas, la concurrencia de personas en las inmediaciones de la casa de la vicepresidenta se acrecentó. El punto neurálgico de la convocatoria se centró en la otra punta del perímetro del vallado, en la esquina de Juncal y Paraná, con organizaciones políticas y sociales que desplegaron sus banderas.
Fue en esa zona, a pocos metros de la Plaza Vicente López, donde tuvieron lugar los momentos de mayor tensión, sobre todo después de que las vallas apostadas sobre la calle Juncal lograron ser removidas por los manifestantes. En ese momento se produjo el momento de mayor convulsión, ya que los militantes, una vez que atravesaron las vallas, se enfrentaron con la policía y golpearon uno de los patrulleros hasta romperle los vidrios. La policía reaccionó con camiones hidrantes, pero no pudieron contenerlos. Así avanzaron hasta la esquina del departamento de Cristina Kirchner.
Finalmente, pasadas las 21, en colectivo, patrulleros y a pie, los efectivos de la Policía de la Ciudad comenzaron a replegarse y alejarse de la esquina de Juncal y Uruguay. Había mediado una cumbre entre los gobiernos nacional y porteño para ordenar la situación (ver aparte). “¡El que no salta es un botón! ¡El que no salta es un botón!”, cantaban al unísono las columnas de militantes ya entrada la noche, con su cometido logrado, y a la espera de las palabras de Cristina Kirchner.ß