LA NACION

“Buscan exterminar al peronismo”, denunció Cristina tras la violencia

La vicepresid­enta habló anoche tras una jornada cargada de tensión; dijo que en Recoleta soporta “agresiones y amenazas de muerte”; y finalmente mandó a “descansar” a los militantes

- Mariano Spezzapria santiago filipuzzi

Tras una jornada cargada de tensión, que la mantuvo encerrada en su departamen­to de Recoleta, Cristina Kirchner salió anoche a hablarle a la militancia que, horas antes, se había enfrentado con la policía de la ciudad de Buenos Aires. “Es increíble el grado de cinismo y perversión de no hacerse cargo de lo que quieren, que es exterminar al peronismo”, enfatizó la vicepresid­enta desde un escenario improvisad­o sobre la calle Juncal.

Allí, mientras los militantes entonaron diversos cánticos, entre ellos “Cristina presidenta”, la jefa política del kirchneris­mo arremetió contra quienes “lo han intentado todo, las peores violencias, la desaparici­ón de miles y miles de compatriot­as”, para sacar de la vida política argentina al peronismo.

En ese contexto, la titular del Senado agregó: “Dejen de competir entre sí para ver quién odia más y quién le pega más a los peronistas, para ver quién es más duro, quién castiga más las movilizaci­ones populares”.

“Ha habido demasiada sangre en la Argentina como para que sigan amenazando con tiros, balas, gas pimienta, a quienes piensan diferente”, abundó la vicepresid­enta, antes de pedirle a los manifestan­tes que se fueran a “descansar un poco”.

La vicepresid­enta salió a la calle a hablar tras una reunión de orden político que tuvo lugar en el ministerio de Seguridad, donde funcionari­os nacionales y porteños llegaron a un principio de acuerdo para garantizar una “convivenci­a” entre las fuerzas de seguridad de la Ciudad y los manifestan­tes que en la última semana acudieron a respaldar a Cristina.

“No es cierto que estaban todo el día. Venían a la mañana, antes de que me fuera al Senado, y luego a la tardecita, cuando regresaba”, buscó justificar Cristina, totalmente vestida de blanco, desde el escenario que montaron integrante­s de La Cámpora, la organizaci­ón que lidera Máximo Kirchner que, anoche, no perdió la oportunida­d para transmitir el mensaje de la vicepresid­enta por las redes sociales.

Como en los viejos tiempos de los patios militantes en la Casa Rosada, en la esquina de Juncal y Uruguay se escucharon cánticos repetidos, como “acá tenés los pibes para la liberación” y “patria sí, colonia no”.

Cristina se dirigió a los militantes del sorpresivo peronismo de Recoleta: “Yo les quería agradecer el amor, la solidarida­d y la lealtad a todos ustedes; a esta altura de mi vida, no hay nada más importante que eso”, dijo con voz entrecorta­da, casi como una huella de un día tenso y cargado de nervios.

Contra Larreta

La vicepresid­enta no mencionó al alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, pero en su discurso nocturno quedó en claro que lo hacía responsabl­e por lo sucedido en inmediacio­nes de su departamen­to. “Desde el martes, cuando el partido judicial pidió 12 años de condena de cada año de los mejores doce años, desde ese día, se produjeron a lo largo y ancho del país manifestac­iones espontánea­s de compatriot­as”, arrancó la compañera de fórmula del presidente Alberto Fernández, para quien no tuvo una sola mención.

Luego hizo un racconto de lo que le tocó vivir en Recoleta una vez que dejó la Casa Rosada en 2015. “Este lugar estaba rodeado de simpatizan­tes del nuevo gobierno, del macrismo, que insultaban y agredían. Esta esquina y en particular quien habla, ha sufrido el constante hostigamie­nto de gente que viene a amenazarme de muerte”, denunció la vicepresid­enta.

Y enseguida postuló su condición de ciudadana que “paga sus impuestos”. Entonces alzó su mano derecha y señaló hacia los departamen­tos vecinos: “Al igual que todos los que están acá”, sostuvo.

Cristina Kirchner rechazó además que se trate de “violentos” a los militantes kirchneris­tas, como afirmaron dirigentes de Juntos por el Cambio, la principal coalición opositora, que salieron a respaldar a Larreta y al gobierno porteño en medio de la tensión que provocaron los incidentes en Recoleta.

“Y después dicen que los violentos somos nosotros”, se quejó la vicepresid­enta, mientras los militantes coreaban -paradójica­mente- la inquietant­e frase “si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar”.

La vicepresid­enta pareció arremeter, de esa manera, contra un sector del electorado porteño, mayoritari­o en los últimos años, que es abiertamen­te refractari­o al kirchneris­mo. “Los hemos visto colgar bolsas mortuorias en las rejas de la Casa de Gobierno, pero los violentos somos nosotros”, repitió la titular del Senado en tono de reproche.

Y ahí empalmó con la idea que viene remarcando desde que el fiscal Diego Luciani le pidió una condena a 12 años de prisión en el juicio de la causa Vialidad: que, en rigor, no se la está juzgando a ella ni a funcionari­os acusados de corrupción en manejo de millonario­s fondos para la obra pública, sino que se busca “exterminar al peronismo”.

Para el final de su discurso, más corto que en otras oportunida­des, Cristina dejó el pedido para que los militantes se fueran a “descansar” y les confesó: “Me siento un poco la madre de todos ustedes”.ß

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Cristina Kirchner, anoche, al hablar desde un escenario improvisad­o en Recoleta

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