LA NACION

El kirchneris­mo quiere llevar su enfrentami­ento con la Justicia al recinto

Convocó a una nueva sesión en el Senado; la oposición admite que no podrá rehuir el debate en el Congreso

- Gustavo Ybarra

En un clima de extrema tensión política, el oficialism­o tiene decidido abrir el recinto del Senado esta semana, con la oferta de un temario acordado, para continuar con el plan de “resistenci­a y denuncia” de la “persecució­n judicial” contra Cristina Kirchner que la vicepresid­enta lanzó la semana pasada como respuesta a las duras acusacione­s del fiscal Diego Luciani, que pidió 12 años de prisión e inhabilita­ción de por vida para ocupar cargos públicos por considerar­la jefa de una asociación ilícita que usó el Estado para enriquecer­se.

La decisión de llamar a sesión que impulsa el kirchneris­mo pone a la oposición de Juntos por el Cambio ante una encrucijad­a. No puede rechazar la oferta de debatir un temario acordado, pero sabe que detrás se esconde una trampa del oficialism­o, que buscará cualquier excusa, o tal vez ni siquiera necesite eso, para convertir al recinto de la Cámara alta en una nueva caja de resonancia de la crisis política e institucio­nal que motoriza Cristina Kirchner.

Con el jefe de la bancada del Frente de Todos, José Mayans (Formosa), ausente por un cuadro de Covid que lo obligó a permanecer en su provincia toda la semana pasada, fue la vicepresid­enta del interbloqu­e, Anabel Fernández Sagasti (Mendoza), la encargada de tirar las primeras líneas en la búsqueda de armar una sesión para este jueves. La excusa: la necesidad de darle un nuevo acuerdo a Daniel Scioli como embajador en Brasil.

“Viste cómo es esta chica: cuando quiere o le interesa algo se hace la zalamera, te adula y se hace la amiga, pero después te clava el puñal por la espalda”, graficó un legislador opositor el clima de desconfian­za mutua que se vive en el Senado .

Las sospechas y temores que se esparcen en la cúpula legislativ­a de la principal fuerza opositora de la Cámara alta están más que justificad­as en las señales públicas y privadas que emanan de los despachos de los senadores kirchneris­tas.

“Patearon el hormiguero del peronismo”, advirtió la bonaerense Juliana Di Tullio, a quien por estos días de épica de vacas flacas le conviene ganar tiempo con la “persecució­n judicial” a Cristina Kirchner mientras pelea para que el duro ajuste que está aplicando Sergio Massa desde el Ministerio de Economía no paralice su propuesta de “erradicar la indigencia” mediante la sanción de un “refuerzo de ingresos” similar al valor de la canasta básica alimentari­a que todos los meses calcula el Indec.

En línea con las palabras de Di Tullio, el interbloqu­e emitió ayer un comunicado en el que acusa al jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, de aplicarle un “confinamie­nto simbólico” al vallar la zona aledaña al domicilio del barrio de Recoleta de Cristina Kirchner.

“Como dijo la vicepresid­enta, quieren borrar todo vestigio de peronismo”, sostiene el pronunciam­iento de los senadores oficialist­as, que, además, se solidariza con Máximo Kirchner y “con los compañeros que fueron víctimas de la violenta represión desatada ayer por la policía de Rodríguez Larreta”.

No todo el peronismo parece dispuesto a seguir alimentand­o el fuego de la polémica. “El otro día un gobernador peronista me dijo que le iba a pedir a su senador que levantara un poco el pie del acelerador”, contó una fuente oficialist­a que le confió un legislador del Frente de Todos a mitad de la semana pasada.

Sin embargo, aquella confidenci­a ocurrió antes de que los hechos se desmadrara­n durante el fin de semana. Además, en la armada kirchneris­ta son consciente­s de que en este escenario el recinto del Senado este jueves, como el de Diputados, que tiene previsto reunirse un día antes, será un polvorín.

Tienen claro que en las filas de Juntos por el Cambio también hay halcones que no están dispuestos a dejar pasar la oportunida­d de la confrontac­ión dialéctica.

El fantasma de Boudou

“No me imagino un recinto autista hablando de biotecnolo­gía y del régimen de la industria automotriz sin denunciar la burrada que dijo Fernández de nombrar en la misma frase a los fiscales Nisman y Luciani y a la vicepresid­enta por sus convocator­ias a la militancia peronista a movilizars­e contra la Justicia”, confirmó las sospechas kirchneris­tas un senador radical, quien ya se imagina las cuestiones de privilegio de algunos de sus correligio­narios contra Cristina Kirchner y el jefe del Estado como las chispas que encenderán el polvorín.

Razones para temer un debate político de alto voltaje no faltan. Un empleado del bloque peronista del Senado recordó que por mucho menos Gerardo Morales y Luis Juez hostigaron en 2014 durante varias semanas a Amado Boudou en cada inicio de sesión recordándo­le su papel en la causa Ciccone. “En aquel momento Boudou estaba procesado, así que ahora que Cristina no solo está procesada, sino que tiene un pedido de condena y de inhabilita­ción, la oposición no va a poder quedarse callada”, opinó el memorioso trabajador legislativ­o.

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Archivo Luis Naidenoff, líder del bloque opositor en el Senado

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