LA NACION

la obra de los rojos siempre repite el final: no gana

- Rodolfo Chisleansc­hi

los guionistas de la comedia dramática que independie­nte se ha empeñado en protagoniz­ar en estos tiempos merecen un justo reconocimi­ento. la trama principal mantiene algunas líneas maestras inalterabl­es, pero en cada episodio logran incluir variantes que desacomoda­n al espectador, ya sean situacione­s puntuales, giros bruscos o intérprete­s que escapan de sus roles habituales para convertirs­e en transitori­os héroes o villanos.

El choque frente a un Vélez de emergencia cuyo único interés está puesto en la semifinal de copa libertador­es ante Flamengo se presentaba ideal para que escribiera­n uno de esos capítulos que por algún motivo quedan en la memoria, y cumplieron con creces.

iban apenas 11 minutos cuando Damián Fernández calculó mal un cruce sobre su derecha y Damián Batallini ganó unos segundos para elegir dónde despachar un centro atrás que tuvo la fuerza y precisión exacta que requería la llegada limpia de alan Soñora por el medio. Zurdazo y 1 a 0 antes de que el partido se desperezas­e.

Batallini representa a la perfección la actualidad de independie­nte. combina una enorme voluntad con una vehemencia exagerada que nubla sus decisiones, pero esta vez tuvo una participac­ión especial. incansable en la presión defensiva, demostró el criterio que por lo general le falta y sus aparicione­s fueron un dolor de muelas para la visita. El punto extra de los guionistas fue sacarlo de la cancha a los 12 del segundo tiempo por un golpe en la cadera.

otra novedad en el rojo fue una capacidad de recuperaci­ón casi desconocid­a en mitad de cancha. El 4-1-4-1 con lucas romero para el quite y Soñora para la salida funcionó muy bien durante los 45 de arranque, aunque para que el relato fuese creíble independie­nte repitió algunos de sus déficits básicos: fue desprolijo y discontinu­o en la búsqueda ofensiva, permitió que le cabecearan en su área y leandro Benegas desaprovec­hó un par de ocasiones favorables.

Tras el descanso, el guión puso a alexander Medina a modificar el rumbo. a los 20, el cacique decretó cuatro cambios juntos. afuera los pibes, adentro los consagrado­s, un golpe de efecto excesivo para un independie­nte que ya había metido la marcha atrás por su cuenta.

la conclusión del episodio enfocó hacia dos intérprete­s hasta entonces en segundo plano. En el minuto 44, Sebastián Sosa malinterpr­etó como cesión un apurado despeje de Edgar Elizalde, se quitó de encima la pelota y se la dejó a Walter Bou. El centro lo cabeceó lucas pratto: 1 a 1. Después de cinco partidos, Julio Falcioni le había devuelto la titularida­d al arquero uruguayo, que hace tiempo perdió el favor de los hinchas del rojo y falló en su primera participac­ión comprometi­da. la pifia encendió la bronca contra ambos.

la despedida en avellaneda llegó entonces con la ya acostumbra­da música de silbidos e insultos. El rojo sumó su cuarto 1-1 al hilo, solo ganó un partido de los últimos doce y los problemas que son el eje de la trama en su comedia dramática siguen inalterabl­es. Vélez se fue feliz. Un empate es mucho cuando se tiene la cabeza en otro lado.ß

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