LA NACION

Una historia familiar plagada de crímenes y tragedias en Brasil

El padre del agresor de Cristina fue arrestado varias veces en San Pablo; su abuelo asesinó a su esposa y se suicidó

- Iván Martínez-vargas

SAN PABLO.– Fernando Andrés Sabag Montiel, el brasileño que intentó dispararle a la vicepresid­enta argentina, Cristina Kirchner, tiene una historia familiar turbulenta y trágica. Su padre, el chileno Fernando Ernesto Montiel, fue detenido en varias ocasiones durante las últimas dos décadas en San Pablo por hurto y peculado, entre otros delitos.

Su abuelo paterno, el cerrajero chileno José Ernesto, asesinó a su segunda esposa y se suicidó en 1998 en un departamen­to del centro de San Pablo.

Nacido en septiembre de 1957, Fernando Ernesto Montiel Araya, padre del sospechoso que intentó matar a Cristina Kirchner, incluso tuvo una investigac­ión de expulsión de Brasil abierta en febrero de 2020 por la Policía Federal. Hoy reside en Valparaíso, Chile, ciudad donde nació.

Fernando Ernesto registró a su hijo, Fernando Sabag, en San Pablo, en enero de 1987. El documento dice que la madre del bebé, Viviana, nació en Buenos Aires. Fernando Sabag, todavía un niño, salió de Brasil y se fue a vivir con su madre a la capital argentina. Según la prensa argentina, Viviana era comerciant­e y murió en 2017. Su hijo le dijo a la Justicia argentina que era su único descendien­te.

Fernando Ernesto se quedó en Brasil y afrontó, al menos, cinco casos penales en el estado de San Pablo, el primero de ellos en 2001. Los cargos incluyen malversaci­ón de fondos, falsificac­ión de documentos e, incluso, robo. En el caso más reciente, en 2014, fue condenado por robar en un supermerca­do Extra en la ciudad de Guarujá, en el litoral sur de San Pablo.

El cerrajero chileno José Ernesto Montiel Ahumada, abuelo del brasileño detenido el jueves por la policía argentina, además de Fernando tenía otros cinco hijos con al menos dos esposas.

Una de las direccione­s de Fernando padre en San Pablo era un departamen­to en el histórico Palacete Martins Costa, ubicado en la avenida Ipiranga, en el centro de la ciudad. En ese edificio, en enero de 1998, su padre, José Ernesto, entonces de 64 años, mató de un tiro en la frente a su esposa, Rosemeire de Souza, de 32 años, y luego se suicidó.

Una persona que se encontraba en el edificio el día del crimen, entrevista­da por O Globo bajo condición de anonimato, asegura que el móvil del crimen fueron los celos de José Ernesto y la inconformi­dad con el fin de la relación, que habría durado unos diez años. El certificad­o de defunción de José Ernesto da fe de que tuvo seis hijos (entre ellos Fernando padre) y que falleció en su domicilio el 9 de enero de 1998, a consecuenc­ia de un traumatism­o provocado por un “agente de fuerza contundent­e”.

El caso fue reportado en la prensa en ese momento. Uno de los reportajes fue publicado por el diario Folha da Tarde. El texto dice que, en el momento del tiroteo, aún se encontraba­n en el departamen­to tres hijas de la pareja, de 8, 6 y 4 años, y que el crimen fue investigad­o por la Policía 3ª (DP). La comisaría, sin embargo, no cuenta con el reporte del incidente en ese momento.

El cuidador del Palacete Martins Costa, que trabaja allí desde hace décadas y pidió no ser identifica­do, no recuerda a Fernando padre, sino a la pareja que cometió el crimen. Según él, Rose, como se conocía a la esposa de José Ernesto, trabajaba como vendedora y manicura, y la pareja no solía tener discusione­s.

Padre del hombre que intentó dispararle a Cristina Kirchner, Fernando Ernesto Montiel tuvo al menos un paso por la misma comisaría que investigó el crimen de José Ernesto. En 2007, la DP 3 investigó un robo por el que luego sería condenado Montiel. Según el informe del incidente, Fernando y un amigo habrían entrado bien vestidos al asador Grill Cascais, en el centro de San Pablo. Allí, según testigos escuchados por la policía y de acuerdo con el proceso al que respondió Montiel, los dos sustrajero­n la billetera de un cliente y fueron descubiert­os.

Estafa y detención

En 2010, Fernando Ernesto habría intentado realizar una estafa similar, a un cliente del restaurant­e parrilla Grill Hall Paulista. Según los informes, el chileno robó la billetera de uno de los clientes del restaurant­e, quien llamó a la policía cuando

El caso de su abuelo fue reportado ampliament­e en los medios brasileños

notó que faltaba el documento. Los agentes encontraro­n a Montiel el mismo día con la billetera de la víctima y una identifica­ción falsificad­a. Lo atraparon con las manos en la masa.

El juicio por el robo de 2007 se prolongó y recién concluyó en 2012. Sabag fue condenado a dos años en régimen cerrado. En 2001 ya había respondido a una demanda por malversaci­ón de fondos que también se prolongó. Denunciado en 2002, recién sería condenado por esta acción en 2005, a un año de prisión. Apeló la decisión ante el Tribunal de Justicia de San Pablo y, condenado nuevamente, apeló ante el Tribunal Superior de Justicia. La orden de aprehensió­n definitiva fue emitida recién el 30 de agosto de 2010.

En octubre de 2014, Fernando Ernesto tuvo más problemas con los tribunales. Nuevamente fuera de la cárcel, y viviendo en Guarujá, en la costa sur de San Pablo, fue atrapado in fraganti cuando intentaba robar una unidad del supermerca­do Extra. Cumplió una condena de ocho meses de prisión en la localidad brasileña de San Vicente.

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