Córdoba abre su año electoral con la elección en el municipio donde nació la alianza PRO-UCR
El domingo próximo se elegirá intendente en el distrito agropecuario y Juntos por el Cambio intentará retener su poderío
CÓRDOBA.– El 11 de septiembre comienza el año electoral en Córdoba. Es decir, el domingo próximo. Ese día se elegirá intendente en Marcos Juárez. La ciudad, en el sudeste provincial, es la cuna donde nació Juntos por el Cambio (JXC) a nivel nacional.
Allí, en 2014, fue el primer lugar donde Pro y la UCR compitieron unidos en una elección. Esta vez se enfrentarán dos candidatas, Sara Majorel, del oficialismo de JXC, y Verónica Crescente, de Unidos por Marcos Juárez, apoyada por el gobernador Juan Schiaretti, un peronista que no comulga con el kirchnerismo.
Crescente fue parte del gabinete del intendente Pedro Dellarossa; fue su secretaria de Gobierno y su mano derecha. Es una empresaria de una familia tradicional de la ciudad; dejó el espacio en junio; siempre tuvo buenas relaciones con el peronismo, como Dellarossa.
Majorel, en tanto, es la presidenta del Concejo Deliberante. Es de un perfil más bajo y con menos vínculo con el oficialismo provincial. El actual intendente se convertirá en concejal.
Todo indica que las candidatas llegan “cabeza a cabeza” y que los últimos días serán claves para pelear votos. Schiaretti estuvo varias veces en la ciudad; en las elecciones a gobernador logró imponerse, pero nunca en las que se vota intendente.
En Marcos Juárez se definen como “antiperonistas”, pero la lectura más específica sería “antikirchneristas”; es una de las zonas de mejores tierras de la pampa húmeda y el campo es el motor de su economía.
Marcos Juárez, que está a 250 kilómetros de Córdoba capital, es conocida por su sostenido crecimiento económico vinculado a la explotación agropecuaria y a la agroindustria. Tiene 30.000 habitantes.
En el ballottage de noviembre de 2015 Mauricio Macri logró allí la brecha más importante del país con respecto a Daniel Scioli: alcanzó el 71%, 43 puntos más que el candidato del kirchnerismo.
El expresidente estuvo hace una semana recorriendo la ciudad acompañado por Luis Juez, Rodrigo de Loredo y Gustavo Santos; este viernes es el turno de la titular de Pro, Patricia Bullrich, y en los próximos días llegaría Horacio Rodríguez Larreta. También pasó el jefe de la UCR, Gerardo Morales.
Para la alianza retener la ciudad es un argumento para mostrar que comenzó la “ola ganadora” que preanunciaría el camino a recorrer en 2023, cuando están convencidos de que regresarán a la Casa Rosada.
La idea es “nacionalizar” la elección, una estrategia inversa a la puesta en marcha por el peronismo cordobés. Schiaretti, por ahora, no se decide a dar un salto fuera de la provincia y sigue jugando al silencio.
En la alianza de JXC se retiró una de las patas: la Coalición Cívica abandonó la campaña con acusaciones de “mezquindad” contra Dellarossa por no darle un lugar en la lista a la fuerza.
El intendente, hijo del exjefe comunal Henry Dellarossa, no es una figura aceptada completamente en Juntos porque, en la elección anterior –cuando a nivel nacional la crisis ya se sentía– pidió a los referentes que no hicieran campaña en la ciudad. Tampoco cayó bien que no optara por Crescente, lo que hubiera derivado en una segura victoria.
Martín Llaryora, quien sería el candidato a gobernador del peronismo para suceder a Schiaretti, también pasará por Marcos Juárez este fin de semana. No puede decir que la gira es parte de su propia campaña, pero es una forma de no dejarle la cancha liberada a Juez, quien ya se presenta como postulante a la gobernación.
En su última visita a Córdoba, Macri insistió en que debe haber competencia interna para elegir el candidato a gobernador. De Loredo todavía no mostró todas las cartas y no definió si aspira –igual que Juez– a postularse para gobernador. De ser así, la interna sería inevitable.
Macri adelantó en su visita que habrá PASO en su alianza y “cada uno tiene que aceptar las reglas y competir y el que perdió, al día siguiente, colaborar con otro”.
“No se puede venir acá de livianito, de simpático, a decir siempre que sí –añadió–. No hay lugar para populismo light, para populismo institucional. Esto hay que dinamitarlo. O tiramos abajo la pared del gasto público del 52% que levantó el kirchnerismo o no hay futuro”. Cuando usó esa frase, admitió que se la había escuchado a José Luis Espert, y que le había gustado.
“Hagamos una propuesta seria. Los impuestos a la gente van a ser razonables, hoy no lo son. No puede seguir creciendo el Estado. Tenemos que resolver cosas en poco tiempo porque el mundo sigue avanzando”, sostuvo y volvió sobre que los “hijos se van” porque no se quieren quedar en una sociedad donde “roban el trabajo”.