Del proceso caótico a los puntos que causaron más polémica
El entusiasmo de hace dos años por el nuevo texto se fue diluyendo
Santiago, chile (paralanacion).– En octubre de 2020, Chile aprobó con casi un 80% la creación de una nueva Constitución. Fue un resultado contundente y que materializó uno de los grandes anhelos que surgieron luego del estallido social. Sin embargo, y después de casi dos años, ese nivel de adhesión será casi imposible de replicar en el histórico plebiscito de hoy.
“La idea de implementar una nueva ley fundamental dejó de ser rotunda y todas las proyecciones electorales indican que el resultado será estrecho”, han insistido diversos analistas chilenos. Dentro de los principales factores que explican este cambio y que generan mayor resistencia se encuentra, obviamente, la naturaleza del texto constitucional que incluye varios puntos que han despertado polémica en la sociedad chilena.
¿Ejemplos? El cambio del poder judicial, la eliminación del Senado y la plurinacionalidad, que reconoce coexistencia de diversos pueblos y naciones en el marco de la unidad del Estado.
No son pocos, sin embargo, quienes también apuntan al propio rol que jugó la Convención Constitucional como una instancia que dilapidó un capital electoral importante y cuyo funcionamiento interno también ofreció fisuras. De hecho, el desempeño de algunos de sus constituyentes, las 154 personas que fueron elegidas para redactar la nueva Carta Magna en mayo de 2021, también fue bastante criticado durante su año de trabajo.
Mea culpa
“Hay una enorme responsabilidad de los convencionales, no todos han estado a la altura de esa responsabilidad y eso ha creado problemas”, reconoció el abogado Fernando Atria, uno de los convencionales de mayor popularidad del bloque de izquierda Frente Amplio, en un mea culpa que generó un sinnúmero de reacciones.
Gonzalo Arenas, académico Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad San Sebastián, dijo a la nacion que el órgano no tuvo “la capacidad de incorporar a más gente en los acuerdos”.
“Si la Convención hubiese sumado a una parte de la centroizquierda o de la centroderecha, y si hubiesen moderado sus pretensiones, sin duda se habría conseguido una propuesta constitucional más representativa y más fácil de apoyar”, señaló.