LA NACION

Refuerzan la seguridad de los candidatos tras el ataque a Cristina

La custodias de Bolsonaro y de Lula reconocier­on que están revisando los protocolos de cuidado

- Naiara Galarraga Gortázar

SAN PABLO.– Las estremeced­oras imágenes del atentado contra la vicepresid­enta argentina, Cristina Kirchner, causaron un enorme impacto en Brasil, y no solo por ser el país natal del agresor. Inmerso en la campaña más tensa de las últimas décadas, queda menos de un mes para la disputada elección y este jueves, de nuevo, una discusión sobre los comicios acabó en un episodio grave de violencia.

Luego del atentado frustrado de Buenos Aires, las campañas de los dos favoritos a vencer en los comicios, Luiz Inacio Lula da Silva y Jair Bolsonaro, decidieron revisar los protocolos de seguridad para protegerlo­s, informó la agencia Reuters.

Anteayer trascendió un grave incidente ocurrido el día anterior en un templo evangélico de Goiania, cerca de la capital, Brasilia. Una discusión entre dos fieles porque la iglesia ha instado a no votar a la izquierda acabó con uno de ellos -un policía militar fuera de serviciodi­sparando un tiro en la pierna al otro. Hace dos meses, otro agente mató a un dirigente local del Partido de los Trabajador­es (PT) en Foz de Iguazú en otra discusión.

El clima político está tan polarizado que la integridad física de Lula y de Bolsonaro ya era una preocupaci­ón de sus campañas y de las fuerzas de seguridad brasileñas antes del ataque contra la vicepresid­enta argentina, que resultó ilesa. Ahora, el intento de asesinato ha elevado la inquietud bastantes grados más.

En la anterior campaña, Bolsonaro sufrió una grave puñalada que casi lo mata y lo catapultó a la victoria. Su agresor, un antiguo militante izquierdis­ta, como suele recordar el presidente de manera machacona, era un enfermo mental que en el juicio fue declarado inimputabl­e.

Ambos candidatos, tanto el actual presidente como el expresiden­te, suelen llevar chaleco antibalas en algunos de sus actos de campaña. Eso es novedad en la política brasileña.

Uno de los jefes de campaña de Lula, Paulo Teixeira, declaró a la agencia británica que su equipo analizó este viernes el ataque en la Argentina y que la seguridad del candidato será revisada. Y añadió: “Tendremos que analizar con detenimien­to este aumento de la violencia política en nuestro país, que es azuzada por el actual presidente”. Horas antes, el expresiden­te Lula había dicho en Twitter que esta “violencia y odio político azuzado por algunas personas son una amenaza a la democracia en nuestra región”.

Lula condenó inmediatam­ente el jueves el ataque contra Fernández, Bolsonaro tardó más de 15 horas en lamentarlo y, al hacerlo, se refirió a la puñalada que sufrió hace casi cuatro años. “Ya envié una notita. Lo siento. Ahora, cuando me apuñalaron, había gente que estaba emocionada. Lo siento, ya hay gente que también quiere culparme de esto. Me alegro de que el agresor no supiera manejar un arma. Si supiera, habría tenido éxito”, declaró en un acto electoral Porto Alegre.

Una fuente de la campaña de Bolsonaro le dijo a Reuters que sopesan aumentar las medidas de seguridad que lo rodean en los actos públicos. El actual presidente es un gran aficionado a saludar a multitudes y sacarse selfies con ellas, para desesperac­ión de sus guardaespa­ldas.

La seguridad del expresiden­te, favorito en las encuestas, fue reforzada en esta ocasión. En el mayor mitin que ha dado en campaña Lula en San Pablo, los miles de asistentes pasaron por detectores de metales o fueron cacheados. Y en una reciente rueda de prensa que ofreció a la prensa internacio­nal había al menos dos agentes de policía dentro de la sala y otros dos al otro lado de la puerta. © El País, SL

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