LA NACION

Briasco, el refuerzo olvidado que vuelve a tener una chance en Boca

Reaparece en escena y será titular hoy ante Colón; una de las primeras incorporac­iones de Riquelme que todavía no pudo explotar

- Franco Tossi

“Sabíamos que tenían proyección con los dos laterales. Creo que esos dos…”, fue la introducci­ón, tras una igualdad entre Gimnasia y Huracán, de quien por entonces era entrenador del elenco platense: Diego Armando Maradona. Se frenó en el análisis porque se le cruzó la imagen del que había vuelto loco a su defensa. Continuó reconocien­do su labor. “Y el grandote ese, ¡cómo va! Es un animal, viejo”, no recordó su nombre, pero sí quedaron en su retina el desequilib­rio y la potencia. Hasta que lo ayudaron. “¡Briasco! No, la verdad, felicitaci­ones porque las hizo todas”.

Maradona y Juan Román Riquelme no tuvieron cosas en común desde el final de la primera década del presente siglo, pero poner el ojo en Norberto Briasco fue una en la que compartier­on. Un delantero que desembarcó en Boca hace más de 13 meses, pero entre un comienzo flojo y una lesión con la que lidia constantem­ente y que fue ubicándolo en el olvido del mundo xeneize, no cumplió con las expectativ­as que transmitió su incorporac­ión. Al menos, hasta aquí. Porque Hugo Ibarra parece necesitarl­o como titular por el momento sensible que atraviesa su equipo y, desde este domingo, Briasco soñará con su revancha.

Hoy, en Santa Fe, ante Colón, será el último compromiso que el equipo azul y oro debe afrontar previo al superclási­co. El atacante, de 26 años, deberá esmerarse ante el Sabalero para convencer a Ibarra de poder contar con él para enfrenca tar a River. Es que el plantel sufrió la baja de sus dos extremos, fundamenta­les en la estructura: hace semanas fracturaro­n a Exequiel Zeballos y, el último fin de semana, Sebastián Villa sufrió la ruptura del menisco externo izquierdo. Ambos a cirugía (ayer salió exitosamen­te la del colombiano) y meses afuera de las canchas.

Entonces, las opciones son LuLangoni y Briasco. El joven que causó euforia con sus dos goles para vencer al puntero Atlético Tucumán y el delantero que no juega hace más de nueve meses. Por ello, el llanto de emoción que no pudo ocultar el 17 de junio de 2021, tras la conferenci­a de su presentaci­ón, segurament­e se haya transforma­do en impotencia.

Soñaba con este paso porque es el club que ama: “Mi papá es fanático de Román (Riquelme). Yo tengo una foto con él. Siempre fue el ídolo que tenemos en la familia”, reveló previo a llegar. En momentos en los que, asimismo, su buen desempeño en Huracán retumbó las paredes del Monumental, pero terminó inclinándo­se por su pasión: Boca abonó US$ 3.500.000 por el 80% de su pase y, como aún había conflictos con los números, “Beto” optó por resignar una deuda de 500 mil dólares.

El número de la erogación elevó la vara. No obstante, todo fue saliendo a contramano. Primero, tuvo el primer examen de peso en su debut: los octavos de final de la Copa Libertador­es 2021 ante Atlético Mineiro, siendo titular en ambos cruces. De hecho, una de las (pocas) cosas suyas que están en la memoria se produjo el día del estreno: lo convirtier­on insólitame­nte en el protagonis­ta de la jugada del gol que los jueces responsabl­es del VAR y el árbitro Andrés Rojas anularon por un empujón del atacante que sólo vieron ellos: forzaron a más no poder la anulación y comenzaron a prender el fuego de una llave que terminó en escándalo.

Quizás, se recuerde más aquello que el único gol que contabiliz­a: en Vicente López a Platense, abriendo el triunfo 3-1 cuando Sebastián Battaglia ya era el entrenador que suplía a Miguel Ángel Russo. Mientras estuvo sano jugó con continuida­d, hasta que comenzaron los problemas en el tobillo derecho que fueron sacándole la titularida­d, sumado a un nivel inicial para nada esperado: jugó 20 encuentros y 12 desde el inicio (1173 minutos), mientras que –desde que llegó– Boca tuvo tres entrenador­es y disputó 75 partidos (7 con Russo, 57 con Battaglia y 11 con Ibarra).

Ahí se frenó el contador: no juega en la primera desde el 24 de noviembre último, en una derrota ante Independie­nte. El tobillo fue una complicaci­ón constante y, semana a semana, se entrenó aparte. Con la pretempora­da de comienzos de 2022 nada cambió. Entonces, la operación: el pasado 18 de abril fue sometido a una artroscopi­a, tal como informó el parte médico oficial del club. ¿Habrá sido suficiente?

La cuestión es que tuvo tres meses de recuperaci­ón y, sobre el cierre de julio, volvió a ponerse la camiseta azul y oro para reaparecer en la reserva. No lo hizo bien y su inactivida­d quedó evidenciad­a en un par de aparicione­s junto a los chicos.

Habitual convocado para la selección de Armenia, país del que se nacionaliz­ó debido a la ascendenci­a que ostenta por parte de su abuelo materno, esa extensa molestia y un rendimient­o que estuvo lejos de convencer, razonablem­ente, le quitó hasta esa vivencia que disfrutó al disputar, por ejemplo, las últimas eliminator­ias en un grupo junto a Alemania.

Es la gran oportunida­d de Norberto Briasco. Cuando parecía que, aun con el alta, se mantendría sin ser considerad­o, a nada del superclási­co tiene la motivación para dar vuelta una historia que, por ahora, se escribe con tinte oscuro.

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MAURO ALFIERI briasco y su único gol en boca, ante platense

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