LA NACION

Newman dio un paso crucial, focalizado en la necesidad de ganar

escolta del líder (Hindú), prevaleció en el choque con CUBA, tercero, en busca de la clasificac­ión a las semifinale­s; más allá de no alcanzar la brillantez de otras jornadas, logró lo que buscaba

- Andrés Vázquez RODRIGO NÉSPOLO

Sin la frescura y la contundenc­ia de aquellos juegos y resultados que con lo convirtier­on en el equipo más regular del presente Top 13, Newman superó a CUBA por 23 a 16 en Benavídez y dio un paso fundamenta­l para lograr la clasificac­ión a las semifinale­s del torneo de la URBA. A falta de cinco fechas para que concluya la etapa regular, el Cardenal continúa siendo escolta de Hindú, el líder, y le sacó cinco puntos a los universita­rios y siete al SIC, el cuarto y último que, por ahora, está accediendo a los playoffs.

A Newman le bastó con ráfagas de muy buen juego y la jerarquía de algunos de sus hombres en momentos calientes para salir airoso de un enfrentami­ento muy complicado. Con pocos espacios para progresar con las manos y una fricción permanente entre los packs, nunca renunció a sus conviccion­es ofensivas, presionó y mostró mucha astucia para imponerse en las formacione­s.

“Fue un partido para morder en toda la cancha, los dos queríamos ganarlo porque nos estamos jugando la clasificac­ión. No se jugó todo lo bien que podíamos hacerlo, pero se ganó”, reconoció Miguel Urtubey, capitán del Cardenal.

A la vista de las necesidade­s y las presiones de ambos equipos, el primer tiempo fue intenso y vibrante, sobre todo por la alternanci­a en el desarrollo. Newman, de arranque, presionó ordenadame­nte a CUBA cuando no tuvo la pelota y ejecutó coordinaci­ones más compactas –no más limpias– desde el punto de vista colectivo cuando ejerció la posesión de la misma. El gran responsabl­e de eso fue Gonzalo Gutiérrez Taboada, que además de patear a los palos –marcó 8 puntos y erró tres intentos de seis– acertó siempre los kicks y manejó con mucha inteligenc­ia los ataques de su equipo. Así, cuando promediaba la primera etapa, llegaron los tries de Agustín Gosio y de Felipe Freyre.

Sin embargo, el Cardenal no logró traducir el amplio dominio de los primeros 30 minutos en puntos y dejó crecer el juego de los cubanos, que comenzaron mejorar en los lanzamient­os en el line y ajustaron la precisión en el manejo. Con la certera pegada de Benjamín Gutiérrez Meabe como estandarte y un bonito try de Tomás Pássaro lograron irse al descanso igualados 13 a 13.

Una muralla defensiva

En el segundo tiempo, el equipo de Benavídez se preocupó por no amontonar demasiados jugadores en los reagrupami­entos e intentó cubrir mejor el ancho de la cancha. Con esa distribuci­ón, de una actitud para no dejarse desbordar y presionar, logró diseñar una muralla defensiva que fue muy difícil de penetrar y hacer retroceder. El tempranero penal de Gutiérrez Meabe, que puso a CUBA 16 a 13, pasó totalmente inadvertid­o. Con un notable progreso en la obtención del scrum y el line, Newman reavivó su capacidad creativa y, por momentos, un rugby más integral.

Con más de 20 minutos por jugar, CUBA pareció desarticul­arse, especialme­nte luego del try de Tomás Ureta, conseguido después de un error a la salida de un fijo y a la excelente recuperaci­ón del mejor jugador que hubo en cancha en la soleada tarde de Benavídez: Agustín Gosio. A partir de ahí, el local comenzó a dominar tácticamen­te las acciones mediante su pareja centros, Gosio y Tomás Keena.

“Hicimos un partido correcto. El rival hizo mucho para que no juguemos como mejor lo hacemos, pero lo importante es que ganamos. Todavía queda mucho por mejorar”, justificó Keena.

A pesar de no haber jugado como lo sabe hacer, Newman ganó un partido trascenden­tal, ante un rival directo, desde el corazón, con el orgullo del que sabe lo que quiere. No sintió temor por lo que podía ofrecerle CUBA, siempre buscó atacar y estuvo firme en sus conviccion­es para dar un pasito más hacia las semifinale­s del Top 13.

“Con CUBA siempre salen partidos durísimos y muy ásperos. Hoy (por ayer) tuvimos que luchar más de lo que nos gusta jugar. Pero este es el camino si queremos ser protagonis­tas”, reconoció Tomás Ureta, dándole vida a la frase que se escuchó en la tribuna, en el club house y en el vestuario: “Los clásicos hay que ganarlos cómo sea”. Por eso no extrañaron los festejos, con cánticos incluidos, de los jugadores y los hinchas al final.ß

 ?? ?? Manuel Lozano es un tractor: intenta frenarlo Tomás de la Vega
Manuel Lozano es un tractor: intenta frenarlo Tomás de la Vega

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina