El Malba cumplió 21 años y lo festejó con una visita especial para más de 200 jóvenes nacidos en 2001
aniversario. La convocatoria del Museo de Arte Latinoamericano incluyó un recorrido guiado por sus muestras más convocantes
En un día muy especial, el del inicio de la primavera, en coincidencia con el del estudiante, el del fotógrafo y el del artista plástico a nivel internacional, el Malba cumplió ayer 21 años y lo festejó con el ingreso libre de jóvenes de 21. Entre cuadros de Antonio Berni, Wilfredo Lam y Marcia Schvartz, bordados de Feliciano Centurión y fotografías e instalaciones de Liliana Maresca, más de 200 jóvenes nacidos en 2001 participaron de visitas guiadas, sorteos de catálogos y de un retrato grupal.
Los visitantes recorrieron las distintas salas donde se despliega la muestra “Tercer ojo”, que tiene la pintura récord de Frida Kahlo,
Diego y yo, como protagonista. En homenaje a la obra y a su autora, el museo propuso a los asistentes retratarse en selfies con un filtro de Instagram que reproduce atributos de la artista mexicana, como su característico entrecejo o sus mejillas rojas, y agregar en un “tercer ojo” una imagen o video a gusto de los fotografiados.
“¿En quién o en qué estás pensando? ¿Cuál es tu obsesión?”, sugirió la propuesta, y las respuestas en redes bajo el hashtag
#TercerOjoMalba incluyeron imágenes de la propia Frida y de pintores como Magritte o Van Gogh, rostros de actores de Hollywood y de seres queridos, así como escenas de paisajes paradisíacos.
Junto a una larga fila de asistentes a la espera de ver el famoso cuadro de Kahlo, tres amigas recorrieron la sección de la muestra titulada “Transformar el cuerpo”. Son diseñadoras gráficas y aprovecharon que no cursaban para visitar el museo. Jazmín Duarte Mel asistió al Malba por primera vez, y, junto a Verónica Kahlil, se mostró encantada con una obra de Berni, La
mujer del sweater rojo. Para otra de ellas, Sol, lo mejor de la visita “fue León Ferrari y sus obras que vienen de la caligrafía”.
A través de recorridos guiados, los jóvenes pudieron acercarse a un acervo de 170 obras de artistas latinoamericanos. A los 21 años, la estudiante de cine Julia Samoilovich, identificada tras su ingreso con un sticker de color amarillo –como los que comparten su edad y la del museo–, destacó la curaduría de la exposición. “Yo conocía la muestra permanente y reconocer a las obras viejas con algunas nuevas interactuando me pareció superinteresante. Lo que más me gustó es lo relacionado con el diseño gráfico”.
Junto a los óleos de Jorge de la Vega, El día ilustrísimo y Los juegos del amor y del azar, y obras de otros artistas como Juan Carlos Distéfano, Josefina Fernández contó que la ilusionaba visitar el Malba para poder reunirse en un museo con gente de su edad. También destacó la importancia de una sección en la muestra donde se reflexione desde el arte acerca de los cuerpos.
En una sala, la atención giró hacia un cartel de obra que reza: “Espacio disponible. Apto todo destino. Liliana Maresca”, acompañado del número de teléfono de la artista, en un espacio dedicado a la reflexión sobre el trabajo sexual.
“Hacía bastante que lo veníamos organizando, teníamos ganas de venir al Malba y nos gusta esta exposición”, señala Katya, quien llegó acompañada de un estudiante, como ella, de Diseño Industrial. “Decidimos venir a pasar la primavera al museo”, comentaron a dúo.ß