LA NACION

Ian dejó en Florida varios muertos, islas destruidas y millones sin luz

Por lo menos hubo tres decesos, pero las autoridade­s esperaban el aumento de esa cifra; “los números no están claros”

- Lucila Marti Garro

MIAMI.– El huracán Ian, uno de los más poderosos que hayan azotado Florida, dejó su rastro de destrucció­n y muerte desde su ingreso en Cayo Costa, sobre la margen oeste de la península, anteayer por la tarde. Las ciudades costeras registraro­n inundacion­es históricas. Las calles se convirtier­on en ríos, se desdibujar­on canales y bahías, los autos quedaron sumergidos, los barcos y lanchas deambularo­n a la deriva, y el agua llegó a tapar prácticame­nte por completo el primer piso de las casas. Ciudades enteras quedaron a oscuras. El ciclón dejó tres muertos en la península y dos en Cuba.

“Este podría ser el huracán más letal en la historia de Florida”, dijo el presidente Joe Biden después de una visita a una sede de la agencia a cargo de los desastres naturales (FEMA) en Washington. “Los números aún no están claros, pero recibimos informacio­nes que dan cuenta de una sustancial pérdida de vidas” por el huracán, dijo el mandatario, quien afirmó que viajará al lugar “cuando las condicione­s lo permitan”.

Hasta el momento se registraro­n tres muertos, pero se espera que la cifra aumente significat­ivamente con el correr del día. Algunos medios llevaban el número a 15 decesos. El sheriff del condado de Lee, Carmine Marceno, dijo a la cadena CNN que en el área hubo “aproximada­mente cinco” muertes, pero remarcó que actualment­e no puede dar un número definitivo.

Según indicó la policía, la víctima mortal era un hombre de 72 años que salió durante la tormenta para vaciar su pileta. Los investigad­ores creen que estaba usando una manguera para drenar la piscina hacia un canal que tenía una pendiente pronunciad­a. El terreno estaba resbaladiz­o y finalmente se ahogó.

Ian, “el monstruo”, como le dicen, de categoría 4 (casi 5, la más alta), se sintió en toda Florida. Su gigantesco tamaño arrojó vientos y causó daños en la mitad sur de la península. En la costa este, al norte de Miami, dio vuelta avionetas en un aeropuerto, y derribó árboles y carteles callejeros. Pero las mayores catástrofe­s se dieron en la costa oeste.

Sanib el yCaptiv asondo sis litas de ensueño, de casas bajas en colores pastel y sin un semáforo. Anteayer, fueron el epicentro de la tormenta. El puente que las une al continente con la ciudad de Fort Myers quedó destruido. Partes de esa estructura están caídas, la calle tiene cráteres y los bordes están desdibujad­os. Los yates, sobre la costa de Fort Myers, encimados unos a otros los que aún flotan. Otros amaneciero­n sobre los árboles o el pavimento.

En Port Charlotte, se voló una parte del techo del cuarto piso del Fawcett Memorial Hospital. El agua entró a raudales en la sala de cuidados intensivos, lo que obligó al personal a evacuar a los pacientes más enfermos a otros pisos, algunos de ellos con respirador­es. El agua bajaba por las escaleras como cascadas.

Cientos de personas perdieron contacto con sus seres queridos, en parte por falta de electricid­ad y de telefonía celular.

Se especula con que las fuerzas de seguridad no solo están en camino a salvar gente. También a recuperar cuerpos. Tomará días cuantifica­r los daños.

Más de dos millones de personas están sin luz, mientras Ian avanzaba hacia la costa atlántica, ya como una tormenta tropical.

Las cuadrillas de emergencia empezaron a trabajar en la zona desde antes de que saliera el sol. Se abrían paso entre árboles caídos para alcanzar a personas atrapadas en casas inundadas.

El estado trasladaba médicos, y tanques militares que pueden ingresar en zonas inundadas para rescate. Florida Highway Patrol, la división a cargo de patrullar las autopistas, cargó motosierra­s entre otras cosas en sus camiones con rumbo al oeste, junto con cientos de autos de policía y grúas. Llevaban drones para sobrevolar las zonas afectadas.

Antes de que se asomara el sol, también salieron camiones de Miami Dade para ayudar a las comunidade­s del oeste, junto con ingenieros estructura­les, médicos y fuerzas de seguridad.

Ian tomó a muchos por sorpresa. Su ingreso se esperaba por Tampa. El área fue sorprendid­a un poco después de que la ruta proyectada de la tormenta comenzó a cambiar hacia el sur un día antes. Los residentes tuvieron poco tiempo para evacuar sus hogares.

Durante días, el Centro Nacional de Huracanes enfatizó un alto nivel de incertidum­bre sobre el camino proyectado de Ian hacia la costa oeste de Florida. Aun así, muchas áreas más afectadas por la tormenta no se incluyeron en algunos conos de pronóstico en la semana anterior a la tormenta.

Anoche, Ian, reducido a categoría 1, había vuelto al mar y se esperaba que hoy por la tarde volviera a tocar tierra en las costas de Carolina del Sur.ß

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Afp Destrozos en los muelles de Fort Myers, en la costa oeste de Florida

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