Córdoba: dos policías, más comprometidos por “plantar” una prueba
Un fiscal federal analiza la acción de agentes en el crimen de Blas Correas
CÓRDOBA.– La Justicia Federal investiga a los policías Javier Alarcón y Wanda Esquivel, ambos imputados en la causa por el crimen de Valentino Blas Correas, por haber “plantado” un arma en la escena del crimen. El fiscal Maximiliano Hairabedian analiza si corresponde imputarlos. La novedad surgió el mismo día en que se confirmó un dato escandaloso: la mujer, que fue beneficiada con la prisión domiciliaria, fue vista por el padre de la víctima en un bar cercano a Tribunales.
Correas fue asesinado por una bala policial el 6 de agosto del 2020 en esta ciudad. El joven de 17 años estaba con cuatro amigos en un auto y recibió un tiro disparado por uniformados desde un retén en la calle.
Esquivel –imputada de encubrimiento y omisión de los deberes de funcionario público– declaró en la octava audiencia, cuando ratificó que había “plantado” un revólver que, después, los policías adjudicaron a Correas y sus amigos. Sobre esa arma, contó que ella estaba en el móvil con Alarcón –acusado de homicidio calificado– y conversó con Leandro Quevedo, otro de los imputados por encubrimiento. “No recuerdo si yo le pregunté o él me preguntó por un ‘tango’, un ‘trucho’”, detalló. Alarcón le entregó el arma.
En su declaración, Alarcón la responsabilizó a ella por la maniobra: “En ningún momento la obligué a hacer nada, en ningún momento”.
Ayer por la mañana, antes del inicio de la nueva audiencia en el juicio a los 13 policías acusados, el padre del adolescente asesinado vio a Esquivel sentada en el bar donde él estaba. “Lo único que atiné a hacer fue tomar una fotografía para después hacer el descargo en el juicio”, explicó Fernando Blas Correas.
El abogado de la imputada, Esteban Yanguez Papagenadio, planteó que estar en el café “no constituye una violación” del beneficio otorgado hace dos años. Indicó que él le pidió que fuera para firmar una documentación. “Se trata de un acto del proceso en el que se encuentra”, subrayó.
Esta semana pasaron frente a los jueces de la Cámara Octava del Crimen y a los jurados populares, el abuelo de la víctima; el hermano de Blas Correas, Juan Pavez Laciar, y dos de los amigos que iban con la víctima en el auto.
Ayer declaró Jorge Bazán, el motociclista que se cruzó con el Fiat Argo minutos antes de la balacera. Desmintió que hubiese denunciado a los jóvenes por un supuesto intento de robo, como habían hecho trascender los policías, pero también negó haber golpeado y destruido el espejo retrovisor del auto en el que circulaba la víctima y sus amigos .
Reconoció que se paró a conversar con los policías del puesto de control: “Les dije que había tenido un problema con el auto, que no sabía si los chicos iban borrachos o qué les había pasado”. Y detalló que, después del crimen, se presentó en una Unidad Judicial para notificar que él era el motociclista que estaban buscando, pero no lo atendieron.ß