LA NACION

Ucrania recupera un enclave crucial en el territorio anexado

Las fuerzas de Kiev reconquist­aron Lyman, situada en una de las regiones que Putin decretó como propias; era un centro de comunicaci­ones y logística de las tropas rusas

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KIEV.– El Ejército ucraniano recuperó ayer la estratégic­a ciudad oriental de Lyman, la victoria más reciente de la contraofen­siva de Kiev y un humillante golpe para el Kremlin, que solo un día antes había celebrado la anexión formal de cuatro regiones del este del país.

“Las fuerzas de asalto aéreo ucranianas entran en Lyman, en la provincia de Donetsk”, dijo el Ministerio de Defensa ucraniano. Donetsk es uno de los cuatro territorio­s de Ucrania que según el Kremlin pasaron a formar parte de Rusia.

En un video que acompaña el mensaje se ve a dos soldados colocar la bandera nacional celeste y amarilla al lado de un cartel de bienvenida a la ciudad. “Desplegamo­s nuestra bandera nacional y la colocamos en nuestro territorio.

Lyman siempre formará parte de Ucrania”, dice uno de ellos.

Lyman se encuentra cerca de la frontera con la provincia de Lugansk, otro de los territorio­s anexados anteayer después de los referéndum­s criticados fuera de Rusia por realizarse a punta de pistola. Centro clave de transporte nacional, la localidad recuperada fue un sitio importante en la primera línea rusa, tanto para las comunicaci­ones terrestres como para la logística. Se encuentra 160 kilómetros al sudeste de Kharkiv, la segunda ciudad más poblada de Ucrania.

Las fuerzas ucranianas liberaron vastas extensione­s de territorio en una contraofen­siva que comenzó en septiembre, en la que expulsaron a las fuerzas rusas de la zona de Kharkiv y se movieron hacia el este a través del río oskil hacia Lyman y otros puntos estratégic­os. El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, celebró los “resultados significat­ivos” de la contraofen­siva.

Momento crucial

Los combates se producen en un momento crucial de la guerra del presidente ruso, Vladimir Putin. Frente a los avances ucranianos en el campo de batalla –que él enmarca como un esfuerzo orquestado por Estados Unidos para destruir a Rusia–, Putin intensific­ó sus amenazas de utilizar la fuerza nuclear y utilizó su retórica más agresiva.

Pero no fue solo retórica. En su mayor ataque en semanas, el Ejército ruso golpeó el viernes varias ciudades con misiles, cohetes y drones. Uno de los ataques en la capital de la región de Zaporiyia dejó 30 muertos y 88 heridos. El gobernador de la región de Kharkiv, oleh Syniehubov, dijo además que 24 personas murieron a principios de la semana en un ataque contra un convoy de civiles que intentaban huir del distrito de Kupiansy.

El Ministerio de Defensa ruso dijo que sus cohetes destruyero­n objetivos militares, pero no hizo comentario­s sobre las acusacione­s de que atacaron a civiles que huían. Las tropas rusas se retiraron de gran parte de la región de Kharkiv el mes pasado, desalojada­s por la exitosa contraofen­siva ucraniana, pero siguen bombardean­do la zona.

En un aparente intento de asegurar el control sobre otro de los territorio­s anexados, las fuerzas rusas secuestrar­on ayer al director general de la central nuclear de Zaporiyia, la más grande de Europa,

Ihor Murashov, según denunció la compañía de energía nuclear de Ucrania, Energoatom.

Soldados rusos le marcaron el alto al vehículo de Murashov, le cubrieron los ojos y lo llevaron a una ubicación desconocid­a. El organismo Internacio­nal de Energía Atómica (OIEA), que cuenta con personal dentro de la central desde la llegada de una misión de inspección el mes pasado, indicó sin dar más detalles que Rusia le dijo que “el director general de la planta de energía nuclear de Zaporiyia fue detenido temporalme­nte para responder preguntas”.

Por otro lado, el líder de la república rusa de Chechenia, Ramzan Kadirov, le pidió al Ejército ruso usar “armas nucleares de baja potencia” en Ucrania ante las dificultad­es de las tropas. “Hay que tomar medidas más drásticas, hasta la declaració­n de la ley marcial en las zonas fronteriza­s y el uso de armas nucleares de baja potencia”, aseguró.

“No es necesario tomar nuestras decisiones teniendo en cuenta a la comunidad occidental–americana”, añadió este dirigente leal al Kremlin, que estuvo el viernes en Moscú para la formalizac­ión de la anexión de territorio­s ucranianos.ß

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