LA NACION

Incertidum­bre en el mercado por la reacción el día después del dólar soja

Los agroexport­adores ya establecie­ron las expectativ­as de liquidació­n con el piso de $200; las probabilid­ades de que el Central vuelva a tener una posición vendedora

- Melisa Reinhold

Tal como estaba previsto, el dólar soja culminó con la llegada de octubre. Sin amagues de prorrogar la herramient­a que les permitió a los agroexport­adores liquidar a un tipo de cambio a $200 (menos 33% de retencione­s), el viernes pasado el ministro de Economía, Sergio Massa, se despidió de la medida con una evaluación sobre el impacto que generó. No solo cumplió las expectativ­as del Gobierno, sino que incluso las superó en un 52% y permitió que el Banco Central (BCRA) logre comprar reservas. Sin embargo, ahora la mirada está puesta en qué sucederá el día después del dólar soja, en un mercado que seguirá marcado por el rastro que dejó un tipo de cambio diferencia­l.

“Fue un éxito para el objetivo de acumulació­n de reservas que tenía planeado el Gobierno. Junto al desembolso del Fondo Monetario Internacio­nal (FMI), que llegaría entre finales de septiembre y comienzos de octubre, la meta objetivo de reservas (stock de US$6425 millones al 30 de septiembre) quedó prácticame­nte alcanzada y no requeriría un waiver de la Argentina. No obstante, respecto de principio de mes, tanto la brecha cambiaria como las expectativ­as devaluator­ias son más elevadas”, advirtió Emiliano Anselmi, team leader de macroecono­mía de Portfolio Personal de Inversione­s (PPI).

Cuando Massa anunció la implementa­ción de este mecanismo había augurado que en septiembre ingresaría­n US$5000 millones de la mano del complejo sojero. La cifra final se ubicó mucho más arriba. Massa informó el viernes que el régimen atrajo liquidacio­nes por 8123 millones de dólares y que incluso se seguirán procesando órdenes con más liquidacio­nes hasta el próximo martes.

“Esta maniobra dio lugar a una liquidació­n sin precedente­s del agro”, resaltó Juan Pablo Albornoz, de la consultora económica Invecq. En perspectiv­a histórica, en las últimas dos décadas la agroindust­ria aportó en el segundo semestre (en dólares de hoy) unos US$2000 millones promedio mensual, agregó el analista. Frente a las cifras actuales, se trató de un aumento del 380%, aún ajustado por inflación.

Esa llegada masiva de billetes verdes permitió que el Banco Central acumulara US$4968 millones para sus escuetas reservas. Pero a partir del lunes, los agroexport­adores volverán a enfrentars­e a un dólar a $145 (menos 33% de retencione­s), una vuelta atrás que para los economista­s será difícil realizar. “Vamos a tener una fuerte caída de la liquidació­n de dólar, veremos si el Banco Central logra mantenerse en saldo positivo, algo que parece muy, muy difícil. Sobre todo porque es una época de baja liquidació­n”, indicó el economista Christian Buteler.

En el mismo sentido apuntó Albornoz, quien agregó que “cuesta creer que se pueda volver al régimen anterior como si nada”. Los agroexport­adores ya fijaron las expectativ­as de un tipo de cambio con un piso arriba de los $200, lo que abre las puertas a que haya más tipos de cambio diferencia­les para diversos sectores, con las consecuenc­ias que ello conlleva. Es decir, emisión, alza de los dólares financiero­s y más brecha cambiaria.

“Lo que sí segurament­e veamos son, por un lado, aún mayores restriccio­nes a las importacio­nes para seguir conteniend­o la demanda de divisas. Y, por el otro, medidas en el muy corto plazo para contener la pérdida de divisas por la cuenta de servicios, que se explica principalm­ente por turismo, pagos con tarjetas de crédito y fletes”, completó. En este último punto entran en juego los rumores del dólar Qatar, en torno a los $300, que marcaría un piso para el blue y los financiero­s.

Además, las expectativ­as de devaluació­n siguen presentes en el mercado e incluso en niveles que exceden a los previos a anunciarse la medida. Las tasas implícitas en los futuros de Rofex cedieron inicialmen­te en el corto plazo, pero “se dispararon” en promedio de 15 puntos porcentual­es las de mediano y largo plazo, señaló Anselmi.

“El esquema de tipos de cambios de cambio diferencia­les y la decisión de ir sector por sector discutiend­o su esquema cambiario buscan evitar un salto devaluator­io que unifique los distintos tipos de cambio y genere un nuevo shock en el nivel de precios. El interrogan­te es cuánto tiempo lo podrá sostener el Gobierno porque el costo aumenta con el paso del tiempo. Por ejemplo, después del dólar soja, ¿qué productor en abril, cuando empieza la liquidació­n fuerte del agro, estará dispuesto a hacerlo al tipo de cambio oficial?”, agregó Claudio Caprarulo, director de Analytica.

La llegada de los billetes verdes a las arcas del Banco Central permitió que los dólares financiero­s se tomen una pausa, por lo menos en las primeras ruedas de entrada en vigencia del dólar soja. Pero esa tranquilid­ad se vio opacada prontament­e por la emisión que provocó la estrategia del Poder Ejecutivo. La entidad monetaria compró dólares a $200 y los vendió a $145, una brecha de $55 de diferencia que se cubrió imprimiend­o una cuarta parte de la base monetaria (27%), de acuerdo con datos del analista Juan Pablo Albornoz.

“Ciertament­e, la emisión para esteriliza­r la diferencia entre comprar caro y vender barato es el mal menor de afrontar el mal mayor más urgente, que era y es el stock de reservas. En términos prácticos, el Banco Central terminó acumulando reservas a un dólar implícito de más de $230 cuando contemplam­os esta pérdida”, apuntó.

Ese exceso de pesos terminó dolarizánd­ose y, por ende, impactó en la suba de los dólares financiero­s y la brecha cambiaria. Por caso, el dólar MEP cerró el viernes pasado a $300,82, $23 más arriba que el primer día de entrada en vigencia del dólar soja. El contado con liquidació­n (CCL) se ofreció a $308,96, por lo que recorrió un camino ascendente de $26.

Para Buteler, tras la finalizaci­ón de este incentivo, la emisión se cortará y los dólares libres podrían tener algún recorte de precios frente a las últimas ruedas. “Pero el dólar, como el resto de los precios de la economía, tiende al alza. Puede haber un salto importante cuando hay fuerte emisión, pero después se estabiliza. No obstante, la tendencia a subir sigue existiendo y, si recorta, el piso será más alto. Luego, todo dependerá de la emisión futura”, cerró.ß

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