Margot Robbie y Cara Delevingne, un plan de viaje alterado por un escándalo
Según trascendió, el destino final de sus vacaciones era la Patagonia, pero se desconoce si están allí; el abogado del fotógrafo agredido solicitó que se las indague como instigadoras del ataque
Desde el comienzo, la amistad entre Cara Delevingne y Margot Robbie cruzó fronteras. Las actrices, que se conocieron poco antes de comenzar a filmar la película
Escuadrón suicida, en 2016, y este fin de semana protagonizaron un violento episodio en Buenos Aires que terminó con dos integrantes de su entorno detenidos y un fotógrafo hospitalizado, forjaron su vínculo mientras ambas navegaban las complicadas aguas de Hollywood.
Más allá de compartir el lugar de requeridas caras nuevas en el comienzo de su carrera norteamericana, ambas llegaron a los Estados Unidos cargando con una inmensa fama en sus países de origen. Para Robbie, de 32 años, el reconocimiento se debía a su trabajo en la longeva telenovela australiana
Neighbours, que la convirtió en una de las actrices más populares de su país a los 17 años. Apenas dos años después se mudaba a Los Ángeles. En el caso de la inglesa Delevingne, de 30 años, fue algo más complicado. Es que además de ser conocida como una chica de la alta sociedad londinense, desde la adolescencia sus sueños de ser actriz no despegaban y por eso empezó a trabajar como modelo y a aparecer en las revistas de moda y de chismes junto a sus hermanas mayores, Chloe y Poppy. Para ella, el interés en la actuación y las llamadas de Hollywood supusieron un necesario respiro para tanta exposición mediática que se volvió frenética cuando habló públicamente de su orientación sexual y de su conflicto interno por reconocer, primero que nada ante sí misma, su bisexualidad.
Chica de tapa de Variety en 2020 para su edición dedicada al orgullo Lgbtq+, allí Delevingne era descripta como peculiar y excéntrica pero sobre todo como una gran amiga de sus amigos, entre los que figuran, además de Robbie, estrellas de la música como Rihanna, Taylor Swift y Fiona Apple.
En aquel entonces –y ahora también– las diferencias entre el modo en que ambas manejan su vida personal son notables. Mientras Delevingne hablaba sobre su noviazgo y subsiguiente ruptura con la actriz Ashley Benson, la protagonista de
Barbie evita dar hasta el mínimo detalle de su vida personal y poco se sabe de ella más allá de sus proyectos fílmicos.
De su primer encuentro en un evento en el castillo de Windsor a su visita a la Argentina que resultó en escándalo, con el correr de los años el vínculo entre las dos actrices atravesó los altibajos de la vida personal de Delevingne y el crecimiento de la carrera de Robbie, que en pocos años pasó de destacados papeles secundarios, como el de El
lobo de Wall Street, de Martin Scorsese, a ser la protagonista de grandes proyectos como Yo soy Tonya, que le consiguió su primera nominación al Oscar; Había una vez en
Hollywood, y Amsterdam, el film de David O. Russell que se estrena este jueves en la Argentina.
Con los carteles de la película que la muestran junto a Christian Bale y John David Washington por todo Buenos Aires, puede que la presencia de Robbie en la ciudad haya desconcertado a algunos. Sin embargo, la actriz australiana lleva muchos años siendo ciudadana del mundo, viajando a donde sus proyectos la lleven. O sus impulsos la guíen. Así, la australiana, que hace años se instaló en Londres por capricho y terminó casándose con uno de sus compañeros de departamento –el productor británico Tom Ackerley– luego de sus vacaciones en Formentera, España con Delevingne, decidió volver a la Argentina, que tanto le había gustado cuando estuvo aquí en 2015 durante la filmación de Focus, en la que compartía cartel con Will Smith.
La escapada, dicen los medios norteamericanos que reportaron lo sucedido la noche del sábado en La Boca, tenía como objetivo ayudar a Delevingne en un delicado momento emocional que los paparazzi de Los Ángeles estaban siguiendo con una foto robada después de otra. Las imágenes de una desmejorada Delevingne y de Robbie saliendo entre lágrimas de visitarla alimentaron la hipótesis del motivo de su viaje a la Argentina.
¿A la Justicia?
Las vacaciones, que habrían tenido como destino final la Patagonia, pueden terminar en Tribunales para las estrellas de Hollywood si prospera el pedido de Matías Morla, abogado del fotógrafo Pedro Alberto Orquera, de que declaren ante la Justicia no ya como testigos, sino como imputadas.
El letrado considera que las heridas de su defendido son en parte responsabilidad de Robbie y Delevingne, considerándolas instigadoras de las lesiones graves provocadas por los productores Jac Rhys Hopkins y Josey Callum McNamara, quienes ayer fueron trasladados a la fiscalía para dar su versión de los hechos, imputados por lesiones graves dolosas y liberados tras pagar una fianza de 200.000 pesos. Se les retuvo el pasaporte, con lo que podrán salir del país solo con autorización judicial. Ambos hombres habían sido demorados el sábado por orden de la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas Nº 34.
Los cuatro cenaron el sábado en el restaurante Patagonia Sur, que pertenece a Francis Mallmann, en La Boca, y al salir Robbie y Delevingne fueron interceptadas por el fotógrafo, a quien sus allegados terminaron golpeando para evitar que fueran retratadas, según algunas versiones. En otras –sobre todo tomadas por publicaciones en el exterior– el automóvil que debía buscarlas arrancó, asustado por el tumulto, en el momento en que Robbie se estaba subiendo a él, provocándole una caída a la actriz. Orquera habría aprovechado para retratarla en el suelo, tras lo que fue agredido por sus acompañantes. El fotoperiodista tuvo que ser atendido por el SAME y luego fue derivado al Hospital Argerich, en donde espera ser operado.
Lo cierto es que, más allá de sus razones para el viaje que terminó en escándalo, el incidente demostró que a la fama y sus consecuencias más complejas, como a la amistad entre las dos actrices, no la limitan las fronteras. ●