Lula, entre la “caminata de la victoria”, Mujica y el fútbol
El líder del PT se mostró confiado, pero quiso mantener la cautela
SAN PABLO (De un enviado especial).– “Creo que Lula va a ganar, pero… por poco”, dijo en la Avenida Paulista Marina, una simpatizante del Partido de los Trabajadores (PT) que empuñaba una bandera roja con un dibujo de la cara del expresidente. Está esperanzada por un triunfo, pero mantiene la cautela. “El país está muy partido”, reconoció a la nacion, casi con resignación. Era la última gran movilización antes del ballottage, tras una desgastante campaña electoral.
El candidato, que busca volver al poder después de 12 años, lideró la “caminata de la victoria”, de la que participaron miles de personas a lo largo de varias cuadras en pleno corazón de San Pablo.
“Tenemos todas las condiciones para ganar”, había afirmado antes Lula en una conferencia de prensa con medios brasileños e internacionales. Estaba acompañado por su candidato a vicepresidente, Geraldo Alckmin; por el candidato a gobernador de San Pablo del PT, Fernando Haddad, quien se juega otra de las grandes batallas electorales de mañana; y por su esposa, Rosângela da Silva (Janja). Y había un invitado especial: el expresidente de Uruguay José “Pepe” Mujica, que recibió la ovación de los simpatizantes del PT.
Lula se mostró confiado en que los brasileños decidirán “por el cambio”, prometió que volverá a llevar al país “a la normalidad” y llamó al presidente Jair Bolsonaro a que, ante una eventual derrota, reconozca el resultado. “Así es la democracia: quien gana saldrá a festejar y quien pierda se irá para su casa”, dijo.
El expresidente minimizó la posibilidad de que en caso victoria Bolsonaro no quiera pasar la banda presidencial el 1 de enero. “Eso es lo de menos”, dijo. La última vez que pasó algo así en Brasil fue en la transición del último presidente de la dictadura militar, João Figueiredo, a José Sarney, en 1985. “Si fuera necesario, recibiría la banda del pueblo brasileño. Pondría allí cien obreros para que me la pasaran. No tiene que ser él [por Bolsonaro]. Pero si es cortés y civilizado, simplemente debería reconocer el resultado y llamar al vencedor”, agregó.
Lula también dijo que esperaba que Bolsonaro no se interpusiera en el desarrollo de una eventual transición de gobierno, una de las preocupaciones de la campaña del PT de los últimos días.
Pero, más allá de la confianza en una victoria y las preocupaciones por el futuro inmediato, Lula aclaró que no quiere “sentarse antes de tiempo en la silla presidencial”.
Después Lula fue trasladado hasta concentración en la Avenida Paulista –mucho más nutrida que la del cierre de campaña de la primera vuelta-, entre el ritmo de las batucadas, un desfile simulando una scola do samba, y cánticos en contra de Bolsonaro.
También hubo una ruidosa marcha en motos en apoyo al expresidente, compuesta en gran parte por repartidores de aplicaciones, que cruzó la Avenida Paulista con banderas y haciendo la señal de la L con las manos.
Después de la caminata, Lula tenía previsto mirar la final de la Copa Libertadores entre Flamengo y Atlético Paranaense en su casa en San Pablo.ß