LA NACION

El relato de los sobrevivie­ntes: “Parecían fichas de dominó”

Testigos de la tragedia relataron escenas desesperan­tes en el concurrido barrio de Itaewon después de la estampida

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SEÚL.– Mientras trascendía­n detalles sobre las identidade­s de las víctimas y el origen de la tragedia, testigos y sobrevivie­ntes de la brutal estampida en Seúl narraron escenas apocalípti­cas durante una noche que tenía que ser de fiesta.

Kim Seo-jeong, una estudiante de secundaria de 17 años, llevaba el traje tradiciona­l chino conocido como qipao, sosteniend­o un abanico plegable, y su amiga iba vestida de doncella mientras se unían a una multitud de Halloween. Estaban en el popular barrio de Itaewon, donde miles de personas se agolparon para celebrar Halloween.

Kim y su amiga estaban entusiasma­das por volver a disfrazars­e después de perderse otros festejos por la pandemia. Pero lo que se esperaba que fuera una noche agradable se convirtió en una pesadilla. Miles de personas agolpadas en un estrecho callejón junto al Hotel Hamilton crearon una aglomeraci­ón mortal. Casi 150 personas murieron en uno de los peores desastres en tiempos de paz de la historia de Corea del Sur.

“Cuando entramos en el callejón a las ocho de la noche, ya había tanta gente que apenas podíamos dar un paso adelante”, dijo Kim en una entrevista telefónica. “Nos dimos por vencidos una hora después e intentamos dar la vuelta para volver a casa, pero tampoco podíamos avanzar en la otra dirección. Había gente empujando por detrás de nosotros. Y había gente delante de nosotros empujando por la cuesta para ir en la otra dirección”.

Más tarde, un grupo de jóvenes dio un fuerte empujón cuesta abajo, coreando “¡Empujen! ¡Empujen!”. “Una persona delante de mí resbaló y se cayó, empujándom­e también hacia abajo. Las personas que estaban detrás de mí cayeron como fichas de dominó”, relató.

“Había gente debajo de mí y gente cayendo encima de mí. Apenas podía respirar. Gritamos y pedimos ayuda, pero la música estaba tan alta en el callejón que nuestros gritos quedaron ahogados”, añadió.

Kim y su amiga consiguier­on salir arrastránd­ose y fueron ayudadas por otra gente a ponerse a salvo. Después salieron del callejón arrastránd­ose por las paredes. Lo que presenciar­on por el camino fue un auténtico caos. El callejón estaba tan abarrotado y era tan ruidoso que la gente parecía no enterarse de lo que estaba ocurriendo a varios metros de distancia.

La gente estaba filmando a la multitud con sus teléfonos. Algunos estaban ocupados poniéndose cosméticos de Halloween. Otros gritaban a los dueños de los bares, preguntand­o cuándo podían entrar. Los pocos agentes de policía que acudieron al lugar, haciendo sonar silbatos, intentaron controlar a la multitud, pero fue en vano.

La propia Kim no supo lo letal que había sido el episodio hasta que estaba en el metro de vuelta a casa en Yongin, al sur de Seúl, cuando consultó internet y vio las noticias.

“Nuestra gente es tan insensible a la seguridad pública”, dijo, e insistió en que el gobierno debería haber enviado más policías para controlar a la multitud.

“El año pasado hubo una multitud de Halloween en Itaewon a pesar de la pandemia. El gobierno debería haber previsto una multitud mucho mayor este año, porque la mayoría de las restriccio­nes por la pandemia han desapareci­do”, dijo desconsola­da.

Fotografía­s publicadas por la prensa local mostraron a más de una decena de personas tendidas en una calle y a socorrista­s dando masajes cardíacos a algunas de ellas.

“Las personas caían apiladas unas encima de otras como en una tumba. Algunos perdían gradualmás mente el conocimien­to y otras parecían muertas en ese momento”, señaló un testigo citado por la agencia Yonhap.

Otro sobrevivie­nte, llamado Lee Chang-kyu, dijo que vio de cinco a seis hombres que comenzaron a empujar a otros antes de que comenzaran a caer en cadena al comienzo de la estampida.

“Había tanta gente que no podíamos movernos”, dijo por su parte Song Su-yeon, de 46 años, quien estaba de visita desde la ciudad de Incheon y llegó a la estación de metro de Itaewon para el evento.

Otro testigo escribió en Twitter: “La gente siguió empujando hacia abajo y más personas fueron aplastadas. La gente aplastada bajo la multitud lloraba y pensé que yo también moriría aplastado, respirando por un agujero y pidiendo ayuda a gritos”.ß

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