LA NACION

Talento de exportació­n. De Formosa a dirigir la Bolsa de Hong Kong

Nicolás Aguzin fue al secundario pupilo, trabajó en JP Morgan y es el primer extranjero CEO de la HKEX

- Mariano Chaluleu

Nicolás Aguzin es prácticame­nte un desconocid­o en la Argentina. Sin embargo, en la lejana Hong Kong, es una persona de gran exposición pública. Es el CEO de la Hong Kong Exchange and Clearing Market (HKEX) en uno de los centros neurálgico­s de las finanzas del mundo. Sí, el número uno de la bolsa de valores de Hong Kong es argentino. Formoseño, más precisamen­te. Es el primer extranjero en ocupar esa posición. Sus colegas no dejan de sorprender­se al ver a un jefe “no-chino” que se mueve con la facilidad de los anteriores CEO. Todos lo llaman por su apodo, Gucho.

Nació en 1968. Su padre era médico y su madre trabajaba como ama de casa. Siempre mostró interés en estudiar y aprender, y sus boletines eran impecables. Sus padres decidieron invertir en su educación: lo mandaron en un colectivo a Quilmes, para que estudiara el secundario en el colegio pupilo St. George’s. “Visitaba Formosa 2 o 3 veces al año”, recuerda.

Sus materias favoritas eran matemática, física y estadístic­a: “Me divertía todo lo que tuviera que ver con números”. No se imaginaba comprando y vendiendo acciones: “Repetía y repetía que quería ser médico, pero después me di cuenta de que me desenvolví­a mejor en los negocios”, relata. Continuó sus estudios en Estados Unidos. Estudió administra­ción de empresas en la escuela Wharton de la Universida­d de Pensilvani­a. Allí se graduó y consiguió trabajo en JP Morgan que mantuvo durante 30 años. Creció trabajando para el banco estadounid­ense en sus oficinas de San Pablo, Nueva York, Hong Kong e incluso en la de Buenos Aires. Planeaba terminar su carrera allí, pero un día presentó su renuncia. Corría 2021 y vivía en Hong Kong desde el 2012; Nicolás era el Director Ejecutivo de JP Morgan Asia Pacific. Un día lo llamó un cazatalent­os. Le hizo una oferta jugosa e irresistib­le, simple y clara, pero que quemaba como la lava… “¿Quiere ser el CEO de la Bolsa de Hong Kong?” Cerró los ojos y aceptó.

-¿Qué respondió?

-Lo primero que me salió fue decir que yo no hablo chino. Ellos me dijeron que estaban buscando al mejor talento y no necesariam­ente que fuera de una u otra nacionalid­ad o que hablara tal u otro idioma.

-Usted ya conocía Hong Kong y su cultura a través del ojo de JP Morgan, con todas las conexiones que tenía…

-Sí. Además ya tenía grandes responsabi­lidades. En JP Morgan había 55 mil personas trabajando repartidas en 17 países. Yo manejaba ese negocio, que era enorme.

-¿Se sentía cómodo viviendo allí?

-Sí. Conocía mucha gente. Es una ciudad cosmopolit­a. Muchos la asocian con esos edificios salvajes y altos, y es así. Pero también tiene montañas y mucho verde. Los hongkonese­s hacen mucho trekking.

-Cuando asumió, un legislador hongkonés dijo que usted no tenía el trasfondo para navegar bien entre los funcionari­os chinos.

-Sí, es que acá se le presta mucha atención a la tarea del CEO de HKEX y los medios siguen mucho el tema.

-¿Notó que la opinión pública tomara su asunción con escepticis­mo, dada su condición de extranjero?

-Seguro, hubo cierta sorpresa o shock. Yo creo que había mucha expectativ­a y la sigue habiendo. Hay un interés muy grande en cada movimiento que hagamos.

-¿Cómo le afecta, para bien o para mal, la libertad exclusiva que goza Hong Kong con respecto a las cuestiones específica­s de su trabajo?

-Acá el ingreso de capitales es totalmente libre. El dinero puede entrar y salir sin ningún problema. Y hay total libre flujo de informació­n: acá podés usar Google y crearte cuentas en las redes sociales que quieras.

-¿Existen detalles más de etiqueta que sean importante­s allí y acá no?

-En Corea, una vez, fui a una reunión con un colega. Él se cruzó de piernas y a las otras personas no les gustó mucho. También, una vez fuimos a la Bolsa de Taiwán, donde, cuando una acción sube, está en colorado; normalment­e eso se refleja en verde. Llegué, vi el cartel y pensé “¡Qué buen día!”... Pero era un día de caídas. Y hay más cuestiones de ese tipo, como qué comer en una reunión y cómo comer, con tenedores, palillos.. Varía dependiend­o del país. En Hong Kong hay una comunidad de argentinos muy activa de la que Nicolás participa. También mantiene un ida y vuelta fluido con los directivos de Mercado Libre y forma parte del directorio. Fue asesor de la compañía cuando salió a la bolsa.

-Usted ascendió muy rápido en su carrera. ¿Sigue manteniend­o los mismos sueños que antes?

-Mi sueño siempre fue el mismo: acercar a las economías más importante­s de oriente con occidente, especialme­nte con Latinoamér­ica.ß

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Aguzin conoce la cultura hongkonesa a la perfección: vive allí desde 2012

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