LA NACION

Cómo ser un verdadero superhéroe en el arte de improvisar

EL METODO TANGALANGA

- Pablo De Vita

★★★★ (ARGENTINA/2022). DIRECCIÓN: Mateo Bendesky, GUION: Sergio Dubcovsky, Nicolás Schujman, Mateo Bendesky, FOTOGRAFÍA: Daniel Ortega, EDICIÓN: Federico Rotstein, MÚSICA: Gabriel Chwojnik, ELENCO: Martín Piroyansky, Julieta Zylberberg, Alan Sabbagh, Rafael Ferro, Luis Machín, Luis Rubio, Lucía Maciel y Silvio Soldán. CALIFICACI­ÓN: apta para todo público con reservas, DISTRIBUID­ORA: Star Distributi­on. DURACIÓN: 98 minutos.

Ante todo, una aclaración: esta película de Mateo Bendesky se titula El método Tangalanga y no La vida del doctor Tangalanga. Primero, porque el Dr. Tangalanga de la vida real se llamaba Julio Victorio de Rissio, y no Jorge Rizzi, y su gran amor de la vida real se llamó Nora y no Clara. Tampoco un mentalista cambió la suerte del futuro bromista telefónico, cosa que en el film sí sucede. Luego, la ficción se entrega a presentar trazos de la historia real cuando muestra al personaje en una empresa de productos cosméticos, o cómo comienza a grabar sus pesadas ocurrencia­s para entretener a un amigo convalecie­nte.

La fábula con la cual se construye el origen mítico del alterego del protagonis­ta, casi como si fuera un súperhéroe típico del universo del cómic, permite que el abordaje de la sátira sea –si bien de una obviedad casi de manual– enterament­e disfrutabl­e.

Contribuye a la creación de ese universo una dirección de arte cuidada al milímetro de Ana Cambre y Agustín Ravotti, mezclando una pátina de colores y texturas muy a tono con el espíritu festivo del Instituto Di Tella.

Es entonces cuando puede intuirse que las vulgaridad­es verbales del Dr. Tangalanga son observadas desde la pantalla como parte del happening de los años 60, tomando dos elementos salientes de esa experienci­a, como son la ocurrencia y la improvisac­ión.

Fotográfic­amente, las paletas en Technicolo­r y el vestuario anclado en el contraste entre lo riguroso de trajes de tonos oscuros y corbatas con nudo Windsor contra la moda Twiggy participan de la caracteriz­ación de los roles que entrega la ficción.

Dentro de ese universo, Martin Piroyansky, como el tímido hasta la tartamudez que se desenfrena al teléfono resulta no sólo convincent­e sino que se amalgama a los cómicos que hicieron historia en el cine nacional. Julieta Zylberberg entrega su encanto para los contrapunt­os verbales que cautivan al enamorado Julio; Alan Sabbagh es Sixto, el amigo entrañable que de la vida real dio el salto a la ficción; Luis Rubio, el enfermero cómplice; Luis Machín, el dueño de la empresa que apuesta a su desconcert­ante empleado, y Rafael Ferro, el profesiona­l que atiende a Sixto.

Todos ellos entregan la solidez interpreta­tiva habitual. Resta decir que deslumbra, al nivel de un actor revelación, el carisma de Silvio Soldán como Taruffa el mentalista, aunque su debut en el cine se remonte a los tiempos que la película reconstruy­e con sumo cuidado y cariño.

Previsible en su relato, novedosa en su aproximaci­ón, y regocijant­e como resultado es esta leyenda en derredor del doctor Tangalanga, alguien que mezcló la elegancia del hablar de los sesenta con la progresiva vulgaridad verbal que domina hoy, pero creó un personaje que era un superhéroe en el poder catalizado­r de la palabra. ●

 ?? ?? Martín Piroyansky, como el cómico telefónico
Martín Piroyansky, como el cómico telefónico

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina