El nuevo ascenso de Milei, una amenaza para Juntos en la provincia
La recuperación del libertario en los sondeos altera el plan de Pro y la UCR en Buenos Aires
La consolidación de Javier Milei como la tercera fuerza en el escenario nacional, según coinciden la mayoría de los encuestadores, amenaza el dispositivo electoral de Juntos por el Cambio, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. En ese marco se reabrió en JXC el debate en torno a cuál es la mejor estrategia para contrarrestar la avanzada de Milei.
La mayoría de los aspirantes a gobernador de Juntos lucen inquietos por el afianzamiento de Milei. Descuentan que el libertario será un factor determinante en el ajedrez electoral, ya que notan que se consolida como uno de los postulantes a presidente más apreciados en el territorio bonaerense. Según las encuestas que manejan en Juntos, oscila entre un 15% y 20% de intención de voto.
Con ese trasfondo, renace el temor en las filas de Juntos por el Cambio a que el economista arrastre a los votantes más duros de la fuerza. Ese peligro los empuja a explorar un acuerdo con Milei en el distrito más poblado del país. Desde hace semanas circula en Pro y la UCR la idea de buscar un mecanismo para unificar la oferta a gobernador bonaerense con los libertarios. Esa ingeniería electoral no es sencilla y ya genera revuelo en JXC. Es que en la coalición opositora hay distintas visiones sobre cómo deberían plantarse ante Milei.
Sin el respaldo de la mesa provincial de JXC ni el aval de la conducción nacional del grupo opositor, Martín Tetaz (Evolución Radical) y Gustavo Posse (UCR), quienes anhelan pelear por la silla de Kicillof, propusieron integrar al libertario en Buenos Aires a través de un acuerdo programático o político. A sabiendas de que Milei descarta incorporarse a JXC, pidieron abrir una negociación con él para que retire a su candidato a gobernador de la elección general. Calculan que si Milei obtiene unos veinte puntos en Buenos Aires, difícilmente el postulante de Juntos por el Cambio podrá desbancar a Kicillof. El plan consistiría en presionar ante la opinión pública al libertario con el argumento de que su boleta sería “funcional” a los intereses del kirchnerismo. Quienes conocen el aparato bonaerense advierten que la eventual concreción de esa idea representaría un desafío complejo de logística, porque implicaría el reparto de alrededor de tres millones de boletas cortadas.
Otros dirigentes de Juntos creen que lo ideal sería olvidarse de Milei. Por caso, Joaquín de la Torre tiene una visión menos alarmista que sus socios. Relativiza el auge del diputado libertario y aventura que en las PASO el semáforo se detendrá en el color amarillo. En una encuesta que realizó de manera presencial en San Miguel con 600 casos, JXC registró el 33% de los votos; el oficialismo, el 22%, y Milei, 7%. En el larretismo circuló un sondeo de Isonomía realizado en Buenos Aires que ubicaba al economista como el presidenciable más apreciado después de Cristina Kirchner.
Para Emilio Monzó, el libertario es un fenómeno transversal que afecta tanto al Frente de Todos como a JXC, y que se alimenta de votantes del segmento joven del electorado. Monzó se sorprendió cuando recibió hace unos días los sondeos que había encargado en el interior de la provincia: en el rango de 16 a 25 años el libertario se queda con el 50% de los votos. También detectó que perfora en barrios humildes de Buenos Aires, donde históricamente caló el mensaje del peronismo.
El tema de Milei atravesó la cena que compartió Mauricio Macri junto a empresarios y dirigentes leales en Mar del Plata, tras la presentación de su libro. Esa noche Macri escuchó el diagnóstico de los precandidatos Cristian Ritondo y De la Torre, entre otros, sobre el impacto de la ola libertaria. En JXC saben que un triunfo en la provincia será clave para un eventual futuro gobierno nacional y la viabilidad de un ambicioso plan de reformas. En la intimidad Macri no oculta su asombro por el crecimiento de Milei en las encuestas, a tal punto que no descarta un ballottage entre JXC y La Libertad Avanza. Ese hipotético escenario le preocupa.
Macri indaga en la intimidad sobre el comportamiento de los diputados que responden al economista en el Congreso. Visualiza que será un aliado estratégico en el futuro, ya que JXC, en caso de ganar, necesitará socios en las cámaras para aprobar leyes. Por esa razón, Macri luce interesado en el universo de los libertarios.
Si Milei se consolida como la tercera fuerza en octubre, tendría un bloque de unos quince diputados, calculan en Pro. Por esa razón, Macri y la plana mayor de Pro miran con atención las incorporaciones que selló el economista en Buenos Aires o el interior del país. Perciben que se trata de dirigentes residuales del peronismo o de la política. Y sospechan que no responderán a la conducción del libertario una vez que accedan a una banca. Esa complicación los alienta a cultivar el diálogo con Milei y su entorno.
Esas conversaciones ponen en guardia a Gerardo Morales, jefe de la UCR, uno de los principales promotores de la idea de que JXC debe alejarse de los extremos de la ultraderecha. Para el jujeño, el planteo de Tetaz o Posse es ingenuo. Considera que Milei nunca aceptaría sumarse a JXC ni cerrar un pacto político para acorralar al oficialismo. Es que Morales sospecha que Milei fue plantado en el tablero político por el kirchnerismo para dividir la base electoral de la oposición y aumentar sus chances de retener el poder. Junto a Horacio Rodríguez Larreta y Elisa Carrió, la líder de la Coalición Cívica, le cierran la puerta a cualquier intento de aproximación a Milei. Quienes tratan a menudo al alcalde cuentan que en privado aseguró que nadie le había informado sobre la propuesta para unificar la candidatura a gobernador con Milei. Para Diego Santilli, su delfín, no es serio vociferar públicamente un acuerdo sin que antes haya avanzado una negociación subterránea. Por ahora, Larreta y Santilli confían en sumar a la alianza a José Luis Espert. En el bullrichismo sospechan que el alcalde buscan perjudicar a la exministra con esa jugada. “El problema de Horacio es que se corrió la cancha”, dice un socio de Bullrich.