Arias, el pueblo cordobés que pudo reinventarse gracias al Carnaval
Unas 10.000 personas llegan a la localidad ubicada en el sudeste provincial, que tiene 8000 habitantes; tiene corsódromo, donde se hacen desfiles los fines de semana
CÓRDOBA.– A mediados de la década del 90 Verónica Carbonetti y Claudia Kofoed, maestras de la guardería municipal de Arias –un pueblo de 8000 habitantes en el sudeste provincial– propusieron hacer un corso para Carnaval como una forma de reunir recursos para el apoyo escolar que brindaban. No imaginaban que terminarían creando la fiesta que distingue a la localidad y que reúne anualmente a unas 10.000 personas los fines de semana de enero y febrero.
Arias, ubicada en el sur del departamento Marcos Juárez (a 360 kilómetros de la capital y a pocos kilómetros del límite con Santa Fe, sobre la ruta nacional N° 8), cuenta ahora con el Carnaval más importante de esta provincia y con un “corsódromo” para 10.000 personas que fue inaugurado en 2002.
Desde hace ya varios años, se montó una suerte de “industria del Carnaval” con personas que residen en esta ciudad y que trabajan todo el año en la confección de los trajes y en la preparación de las carrozas.
En la provincia de Córdoba, al menos hay instaladas unas 150 fiestas desde hace décadas. Hay tradición y mucha variedad de festividades. Arias no tenía una que la caracterizara hasta la iniciativa de las docentes.
“Pensábamos qué podríamos hacer para reunir plata y fue Claudia a la que se le ocurrió la idea de los corsos –cuenta Carbonetti a la nacion–. Por supuesto, empezamos en la calle; los trajes los hacían las señoras que trabajaban en la cocina de la guardería municipal y nosotras montábamos las carrozas. Era todo chico, nunca imaginamos que terminaría en esto”.
“Arias, corazón de Carnaval” es el eslogan con que se promociona la actividad. La fiesta de este año es la número 26 y ya está profesionalizada.
Desde hace 21 años las comparsas dejaron las calles de este pueblo ubicado a 125 kilómetros de la cabecera departamental, y se trasladaron al corsódromo, que fue ejecutado con ayuda del gobierno nacional. Funciona un taller de costura que trabaja todo el año, al igual que otro que se encarga especialmente de las carrozas.
Preparación
Giorgio Montagna, productor de moda y diseñador, es el organizador general de esta edición que tiene como tema central “los siete pecados capitales”. Cada año, a fines de marzo, se decide el motivo sobre qué se trabajará y los meses siguientes se dedican especialmente a realizar los diseños y cumplir con la producción de toda la actividad que se exhibirá durante los desfiles.
“Arias es el corazón del Carnaval en Córdoba –argumenta con entusiasmo Montagna–; tiene el tercer sambódromo del país después del de Gualeguaychú, en Entre Ríos, y el de Corrientes. El pueblo adoptó esta fiesta, a la que vienen de los alrededores. Se duplica la cantidad de habitantes con los que llegan”.
En el taller de costura, donde trabajan nueve personas, se hacen los caderines, los corpiños, los cascos y los espaldares y en el de carrozas, donde hay ocho empleados, se tallan los motivos en bloques de telgopor de unos 10 metros de altura y se pintan. Después se montan sobre las estructuras”.
Para los adultos de las comparsas se realizaron 120 trajes completos; este año hay cuatro carrozas y tres “destaques” (estructuras más pequeñas). También participan 105 chicos, de entre 5 y 12 años, que llevan una temática diferente a la de los mayores. Para esta temporada, la consigna elegida es el arco iris.
“La gente de Arias se anota para cubrir los puestos en las comparsas; hay una escenógrafa que trabaja con ellos”, agrega Montagna al explicar cómo es la mecánica de la organización de los desfiles.
Este año de su agencia de modelos, se suman 35 personas todos los fines de semana; son las “embajadoras invitadas” de la ciudad de Córdoba.
Si bien el Carnaval se festeja en todas las localidades de Córdoba, en ninguna la fiesta tomó la dimensión que tiene en Arias. Además de los bailarines y carrozas, hay espectáculos musicales que se presentan en cada una de las noches.
El intendente de Arias, Matías Gvozdenovich, plantea que la fiesta genera un “importante movimiento económico” para el lugar.
“Conlleva mucho esfuerzo, mucho trabajo. Siempre se trata de innovar para que la gente siga teniendo expectativas y ganas de seguir viniendo. Es arte, cultura, tareas artesanales”, describe.
El intendente también advierte que la actividad implica un “esfuerzo económico importante” para el municipio que contrata los artistas y paga por la seguridad, el sonido y las luces de cada uno de los shows. La entrada al corsódromo cuesta $1500.ß