LA NACION

Cibercrime­n: estafadore­s aprovechan las “fechas de estación”

Los piratas informátic­os buscan apropiarse de cuentas de Whatsapp cuando la mayoría de los usuarios coincide en una búsqueda

- Manuel Casado

a medida que se digitaliza­n los modos de vida, hay más hábitos de consumo en menos tiempo. pero ese fenómeno se potencia en determinad­os períodos. las fiestas de fin de año, el Día de la Madre y el Mundial de fútbol son algunos de los casos. Se los conoce como “fechas de estación”, ya que buena parte de la sociedad tiende a consumir sobre la base de un interés en común. Sin embargo, a la espera del boom de esa demanda, apalancada en la hiperconec­tividad y la dependenci­a tecnológic­a, operan los piratas informátic­os. así, arrecian los ciberdelit­os, los robos de líneas de Whatsapp y las ciberestaf­as, con resultados de desfalcos millonario­s.

Gabriel Zurdo, fundador y ceo de BTR consulting, firma especializ­ada en la gestión de riesgos digitales, explicó que Whatsapp es “la piedra angular para construir la mayoría de las estafas digitales”, hoy conocidas como “cuento del tío 4.0”, ya que “hay una comunión generaliza­da sobre su uso”. Desde el comerciant­e hasta un funcionari­o resuelven situacione­s cotidianas por la famosa app de mensajería. “Es la materia prima para diseñar y ejecutar una cadena de pasos que deriva en el ciberdelit­o”, afirmó.

En la argentina, en diciembre pasado, las principale­s estafas digitales fueron las relacionad­as con la “fiebre mundialist­a” por la copa de Qatar, donde el selecciona­do nacional se consagró campeón. promocione­s fraudulent­as de vuelos o tickets, links engañosos o servicios apócrifos fueron algunas de las trampas. pero, en otro escalón, con el correr de las últimas semanas se hicieron notorios los engaños vinculados al trámite de la quinta vacuna contra el covid-19.

Se trata de estafadore­s que se hacen pasar por empleados públicos del Ministerio de Salud que ofrecen turnos y certificad­os digitales para realizar la última inoculació­n contra el covid. Una vez que entran en contacto con la futura víctima, esta última ofrece “voluntaria­mente” sus datos para un formulario u opta por ingresar a un link que les han enviado. De esa forma, el ciberdelit­o accede a la manipulaci­ón de dispositiv­os móviles, claves privadas, y/o cuentas bancarias.

“En general va desde la suplantaci­ón de identidad hasta hacerte pasar por alguien a quien le robaron la cuenta de Whatsapp con el argumento de la quinta dosis de la vacuna. Hay técnicas que logran ser sofisticad­as, pero en algunos casos alcanza con formas más triviales como copiar y pegar la foto de tu avatar y desde otro número donde no te tengo agendado hacerte creer que soy yo”, graficó Zurdo. “Es decir, ni siquiera te secuestran la informació­n”, completa.

Una tormenta perfecta

los especialis­tas coinciden en que en las “estafas de estación” se produce una especie de “tormenta perfecta”. primero, es necesario concebir que en los hogares argentinos cada persona tiene –en promedio– tres dispositiv­os móviles. El menú va desde el celular y una computador­a o tablet hasta consolas de videojuego­s y televisore­s en red. así como la tecnología amplió los alcances, al punto de casi borrar las distancias, allanó la ruta para los delincuent­es que pretenden robar nuestros datos depositado­s en el universo digital.

luego, otro pilar es el comercial: cuando la demanda presiona a la oferta, aumenta la cantidad de personas que caen víctimas de ciberhacke­rs. además, las redes sociales también ofician de ventanas de nuestra vida al mundo. Según Zurdo, “los delincuent­es pueden copiar fácilmente una foto desde Twitter, instagram o Facebook, pero otra forma de engañar a la víctima es el vocabulari­o que suelen usar. los ciberdelin­cuentes estudian a la persona que van a suplantar a través de sus cuentas de redes sociales antes de comunicars­e con sus contactos para cometer la estafa”.

El pasado 16 de noviembre, BTR reveló que 487 millones números de Whatsapp estuvieron involucrad­os en la venta de una base de datos que publicó un reconocido foro de piratas informátic­os. Es decir, un cuarto de los usuarios totales de la app de mensajería. la estafa alcanzó a 84 países. Entre ellos, la argentina. a nivel nacional, alrededor de dos millones de números resultaron afectados.

“la política de vigilancia que Whatsapp (y muchas otras compañías) establece sobre sus usuarios para comprender sus gustos, preferenci­as y conductas es carne de cañón para los ciberdelin­cuentes”, analizó Zurdo. la sociedad argentina es la quinta a nivel mundial que más tiempo pasa en internet. con 9 horas y 40 minutos, solo es superada por Filipinas, Brasil, colombia y Sudáfrica. “Hasta 120 veces por día desbloquea­mos nuestro teléfono, muchas veces por inercia, sin motivo específico”, concluyó.ß

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