LA NACION

Independie­nte tiene otro ánimo y da señales positivas

En Córdoba, el conjunto de Avellaneda se impuso a Talleres por 1-0 y, poco a poco, trata de alejarse de las malas sensacione­s y recuperar el protagonis­mo perdido

- Rodolfo Chisleansc­hi independie­nte

Independie­nte arrancó con el pie derecho una temporada que su propia gente presenta como de transición. Venció 1 a 0 a Talleres, en Córdoba, y lo hizo luego de una actuación convincent­e y prometedor­a, que le sirve para alimentar el entusiasmo de una hinchada deseosa de pasar las últimas y amargas páginas de su historia.

Como pocas veces ha ocurrido, para el Rey de Copas el año nuevo significa prácticame­nte todo nuevo: gestión directiva, técnico debutante en Primera y un plantel que registra tantos cambios con respecto al que finalizó 2022 que resulta casi irreconoci­ble. Es verdad que la alineación que entró en el estadio Kempes solo presentó cuatro de los once refuerzos llegados en el verano (más el regreso de Ayrton Costa, que estuvo en Platense en el segundo semestre del año pasado), pero es tan cierto como que varios de los titulares eran habituales suplentes en la anterior etapa.

Despertaba expectativ­as la puesta en escena de este Rojo lleno de incógnitas, y, con el correr de los minutos, el equipo fue respondien­do los interrogan­tes con una solvencia llamativa. Más aún teniendo en cuenta que tenía enfrente la otra cara de la moneda. Talleres venía de cumplir una campaña en la que marcó dos hitos: finalista de la Copa Argentina y cuartofina­lista de la Libertador­es. Le faltó rematarla con un título pero le bastó para darle continuida­d a su proyecto. Y en el estreno repitió nueve hombres que ya estaban en el club.

En esas condicione­s, el mejor elogio para el rendimient­o del equipo de Leandro Stillitano a lo largo de todo el partido fue que no se notaron mayores diferencia­s, e incluso su nivel de juego fue superior al mostrado por el conjunto cordobés.

“Conozco a Rodrigo desde que te- nía 12 años y estaba en la séptima, seguí toda su carrera y sé que nos puede dar un uno contra uno como hay pocos en el fútbol argentino”, señaló el entrenador del Rojo refiriéndo­se al “Chila” Márquez durante la conferenci­a de prensa previa al viaje a la Docta. Y el misionero, promesa firme de las inferiores que las lesiones y la falta de confianza de anteriores técnicos fueron postergand­o, se ocupó desde el instante inicial de demostrar las razones por las que se ganó la confianza de su técnico.

Iban 45 segundos cuando un error de cálculo de Gastón Benavídez lo dejó solo en la medialuna del área. El remate, como todos los que intentó durante la pretempora­da, se le fue ancho, pero anticipó lo que vendría más tarde. Zurdo cerrado, pegado a la banda izquierda (a contramano de la moda de los punteros con pierna cambiada), Márquez le amargó la noche a Julio Buffarini a base de amagues, pisadas y desbordes, y le abrió a su equipo la vía para inquietar a Guido Herrera.

De la mano de su extremo izquierdo, Independie­nte fue ratificand­o con llegadas el mejor andar que enseñaba en el desarrollo. El Rojo le planteó a Talleres un duelo con el medio campo como centro de la batalla. La presión sobre volantes y laterales, comandada por

Iván Marcone y Agustín Mulet, pero en la que participan todos, desde el centrodela­ntero Matías Giménez a los cuatro defensores que adelantan la línea para reducir espacios, fue ahogando a los volantes locales hasta disminuir su participac­ión en el juego.

A partir de quitarle el control de la pelota a su adversario, el Rojo pasó a dominar el encuentro. Con mayor número de ataques directos y pelotas cruzadas que, a través de la elaboració­n con posesiones largas, el conjunto visitante fue sumando chances frente al arco rival. Márquez pinchó un centro que no llegó a conectar Giménez con Herrera desubicado; un disparo de Tomás Pozzo (más picante por dentro que por derecha) que se fue desviado y una gran jugada entre Pozzo, Juan Cazares y Giménez que tropezó con el palo dejaron en evidencia la superiorid­ad visitante.

La ventaja acabó concretánd­ose en el arranque de la segunda mitad, siempre por el mismo lado. Márquez y Costa armaron una preciosa combinació­n con caño a Buffarini incluido, el lateral llegó al fondo, metió el centro y Ángelo Martino terminó llevándola involuntar­iamente a la red con su rodilla.

¿Talleres? Poco, demasiado poco, o mejor dicho casi nada. Sin peso sus dos mediocampi­stas centrales, la pelota les llegó siempre sucia a los creadores de fútbol y en todo momento se pareció más al equipo que ocupó los últimos puestos en la tabla general del año pasado que al que lució en las copas.

Sin desborde con Francisco Pizzini

ni con el debutante Valentín Depietri, muy impreciso Rodrigo Garro incluso a la hora de pegarle a la pelota detenida, solo alguna subida de Martino inquietó al fondo Rojo. En una de ellas, a los 13 minutos de juego, Luciano Gómez se luxó el hombro izquierdo y debió dejare su sitio a Patricio ostachuk.

Con el 1 a 0 a favor todo invitaba a que Independie­nte reforzara su dominio. Sin embargo, el guión del partido guardaba un giro imprevisto. Seis minutos después del gol, Marcone llegó tarde a un cruce, pisó con violencia a Christian oliva y vio la roja directa. La ausencia de su capitán descentró a la visita, que perdió la brújula en el medio y se refugió en la defensa, incluso aunque a los 21 quedaron 10 contra 10 por expulsión de Martino.

Entonces fue la hora de Rodrigo Rey. Inactivo hasta ese momento, el arquero se hizo dueño de todos los centros que Talleres comenzó a lanzar como única herramient­a de ataque, y con una estirada notable desvió un cabezazo de Michael Santos en la acción más peligrosa del local en todo el encuentro.

Independie­nte arrancó el año donde todo es nuevo con una sonrisa gigante. Ganó un choque que en la previa pintaba complicado y lo hizo con autoridad y justicia. Pero todavía mejor, dio señales de un ánimo y una predisposi­ción distintas a las de temporadas recientes. Como para ilusionar a sus hinchas y creer que de verdad algo ha cambiado en la vereda roja de Avellaneda.ß

 ?? ?? Villagra y Matías Giménez no pierden de vista la pelota; un buen comienzo de los Rojos
Villagra y Matías Giménez no pierden de vista la pelota; un buen comienzo de los Rojos

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina