LA NACION

¿Qatar? No, Cali es la verdadera prueba del proyecto Tapia

- Cristian Grosso

Javier Mascherano está destrozado. avergonzad­o. Quiere hundirse en un pozo. Siente que les falló a todos, especialme­nte a los chicos por no potenciarl­os. le quema la culpa. El primer impulso es marcharse, renunciar, dejar un cargo para el que no estuvo a la altura. ahora siente que no merece otra oportunida­d, y que el castigo por sus errores es el exilio. nada ni nadie lo calman. Sólo las horas, los días, transforma­rán el impulso en sentencia o podrán desactivar el escarmient­o que parece haberse autoimpues­to. Porque el resultado no codena. Es más, muchas veces los resultados no reflejan nada: hay campeones que se las ingenian para disfrazar sus equivocaci­ones y proyectos llenos de aciertos que terminan en la cuneta.

Perder trae muchas más enseñanzas que las victorias. Es entonces cuando se mide la gestión y la robustez de las conviccion­es. allí anudará el desafío para Mascherano si elige quedarse y la afa lo arropa con genuinas señales de confianza. Mascherano, en sus primeros pasos como entrenador, en definitiva, otro aprendiz, deberá ser muy sincero interiorme­nte. Y si descubre fuerza, vocación y sus errores (que los cometió, claro), podrá sentirse autorizado a la continuida­d. Está frente a jóvenes, y sobrevuela un mensaje: ¿cómo convencerl­os de que deben martillar ante el traspié si él se marcha por una precipitad­a eliminació­n? “El liderazgo se ve en la derrota y el conductor solo es bueno si ha superado la adversidad”, le habrá escuchado Mascherano decir a Bielsa varias veces. Errar es un camino que, bien conducido, presagia el acierto. a Mascherano le tocaría ser un líder en la adversidad. Sí, como en sus años de fubolista de selección.

“nadie te acompaña para ayudarte a ganar, y todos te acompañan si has ganado”, es otra frase de Bielsa. Es ahora claudio Tapia. Ya llevó la copa del Mundo a San Juan, a luján, a Mar del Plata y se sacó mil fotos por un éxito maravillos­o. Un éxito con mucho crédito personal porque creyó en Scaloni cuando mandaba la desconfian­za. De todos modos, con Scaloni nunca tuvo que atravesar por esta experienci­a: respaldar en el fracaso.

Porque no se trata de una derrota cualquiera, no, quizá sea la peor de todas en el historial de los juveniles Sub 20 albicelest­es, con tres derrotas en cuatro fechas de la etapa de grupos. no participar del Mundial de la categoría en indonesia, entre otros daños, impide volver a ofrecerles la camiseta a los Garnacho, los hermano carboni, los Geralnik, los luka Romero y otros para convencerl­os de su opción albicelest­e. Por eso el reto es bien relevante para Tapia: nunca el ciclo de Scaloni atravesó por un tembladera­l de resultados. Esta es la oportunida­d de Tapia para sostener un auténtico proyecto, del que se declama hace un tiempo. la solidez del proyecto se descubre en el dolor y la afrenta. Es la oportunida­d para decirle a Mascherano que la afa no está dispuesta a perderlo. aunque haya perdido. aunque otra vez haya perdido, como recuerdan por estas horas los agazapados de siempre. Ser hincha de la selección en Qatar fue fácil. ●

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