Los acertijos electorales que desvelan a Larreta tras su ruptura con Macri
Apuesta a garantizarse el apoyo de un sector mayoritario de la UCR en el acuerdo por su vice y a ordenar la oferta de Pro en la ciudad
A Horacio Rodríguez Larreta lo notaron más “suelto” desde que se independizó de Mauricio Macri hace dos semanas, con la decisión de separar la votación en la ciudad de la elección de los cargos nacionales bajo la modalidad “concurrente”. En la mesa chica de Larreta creen que se sacó una mochila cuando sacudió el tablero y se enfrentó a Macri para exhibir un gesto de liderazgo y autonomía. La definición tuvo un componente más “emocional” que político, describen cerca del alcalde.
Ya sin esa atadura psicológica con Macri, su mentor en Pro, Larreta profundizó en los últimos días su diferenciación de las recetas liberales y rupturistas que proponen el expresidente o Patricia Bullrich y Javier Milei. Sin embargo, el jefe porteño “no seguirá tirando de la cuerda” con Macri, dicen sus consejeros. Si bien intenta reforzar la candidatura de Fernán Quirós en la ciudad -designó a Álvaro González como armador-, Larreta mantiene su idea de no dividir a Pro. Quienes lo aconsejan dicen que tener a Quirós en la cancha le permite salvaguardarse de una nueva ofensiva de Macri para limar su figura y, a su vez, neutralizar al primo del expresidente. “Macri está convencido de que no lo va a bajar a Fernán, pero hay que esperar”, deslizan cerca del alcalde.
El desafío de Larreta es resolver ese rompecabezas sin poner en riesgo la hegemonía de Pro en la ciudad ni provocar una fractura definitiva con Macri. Si bien cree que su exjefe perdió capacidad de influencia con su corrimiento, no duda de que aún tiene capacidad de daño. Su prioridad es presentar “la mejor oferta de Pro” para retener el poder en el distrito. El gesto para contener a los radicales, afirman, ya está hecho. Y ahora se dedicará a pulir el armado propio. El acertijo porteño desvela a Pro, que teme perder su bastión.
En paralelo, Larreta sigue con atención la interna radical. A varias figuras de la UCR les transmitió el mismo mensaje: desea que su compañero de fórmula sea radical, pero pretende que el nombre surja de una mesa del partido centenario. Dicho de otro modo: quiere garantizarse que ese acuerdo le permitirá tener el apoyo de todo el radicalismo, no de una parte. El tema merodeó la última conversación que tuvo con Facundo Manes. La alianza estratégica de Larreta con el eje Gerardo Morales-lousteau y Elisa Carrió (CC) sigue firme. Por eso, ahora el jefe porteño busca aproximarse a Miguel Ángel Pichetto, uno de los huérfanos del esquema de Macri en JXC. A los contrincantes de Morales en la UCR, como Carolina Losada o Gustavo Valdés, les pide neutralidad en la interna con Bullrich. ¿Cumplirán o jugarán con la exministra?
Su visita a Mendoza, donde Omar de Marchi lo desautorizó al desafiar a los radicales, para respaldar a Alfredo Cornejo fue significativa para el larretismo. Es que con Cornejo y Rodolfo Suárez son los aliados más estrechos de Bullrich en la UCR. También escenificó un giro en Buenos Aires al anunciar que apostará por mantener la unidad en los distritos gobernados por Juntos, una maniobra para contener la presión de los intendentes de Pro que temen ser víctimas en sus territorios de la interna nacional.
Con el impulso del enfrentamiento con Macri por la elección concurrente en la ciudad, un gesto que sus leales califican como una demostración de carácter, el jefe porteño buscó imprimirle un mayor dinamismo a su campaña. Los suyos aseguran que pretende mostrar mayor “nitidez” a la hora de desmenuzar su plan 2023. Desde hace dos meses, Larreta intenta sacarse el traje de gestor municipal para construir su figura a nivel nacional. La percepción de que le falta carácter o determinación es uno de sus grandes déficits. Por eso, sus asesores pretenden ahora reforzar los “atributos” de Larreta como candidato a presidente. Intentan instalar que no habrá soluciones “simplistas” para sortear la crisis y que Larreta es quien tiene “experiencia” y un plan para resolver los problemas estructurales del país.
Apuestan a contraponer el perfil de Larreta a los planteos de Bullrich o Milei. Están convencidos de que las credenciales de gestión y la previsibilidad se impondrán al “griterío y las peleas” cuando se acerque el momento de la elección. Si bien monitorean el crecimiento de Milei, confían en que un escenario de fragilidad económica le dará mayor “competitividad” a Larreta. “Van a pedir un perfil que restaure la gobernabilidad. La gente no quiere conflicto social”, aventuran.
¿El deterioro se mantendrá en “velocidad crucero” o se acelerará la espiral de la crisis? ¿A quién favorecerá una situación de estallido y anomia? Es uno de los acertijos electorales que sobrevuelan en la Ciudad. En Uspallata aventuran que Larreta iniciará una fase de “radicalización de la moderación”. Pese a que sus detractores consideran que su plan no se ajusta a una interna, Larreta confía en que podrá pescar en la fuente de votantes que están desilusionados con el FDT. Considera que alrededor del 15% del electorado quedará sin representación tras el periplo del Gobierno. Es un universo de peronistas independientes que votaron a Fernández en 2019 y rechazan a Cristina y a Macri. El techo electoral es uno de los indicadores de las encuestas que más observan en Uspallata. “Es el que mayores posibilidades tiene de crecer en el centro”, dicen. Para Macri, que aún no digiere la traición de su heredero natural, Larreta lo desafió porque siente que corre de atrás a Bullrich en los sondeos.