LA NACION

Hollywood se acerca al abismo: el sindicato de guionistas quiere parar

El 98 por ciento de los integrante­s del sindicato votaron a favor de un paro total; en 2007, los cien días de paro en la industria causaron la pérdida de 37.000 puestos de trabajo

- Luis Pablo Beauregard

Hollywood se acerca a su primera huelga en 16 años. El sindicato de guionistas ha elevado este lunes la tensión en las negociacio­nes que mantiene con los grandes estudios. Una abrumadora mayoría de la organizaci­ón, compuesta por 11.500 miembros, ha votado a favor de que los escritores se vayan a un paro laboral a partir del 1° de mayo, fecha en la que vence el actual contrato colectivo. El gesto añade presión a los estudios para que mejoren las condicione­s de una parte vital en la industria de contar historias.

Casi el 98% de los integrante­s del sindicato de escritores (Writers Guild of America) se pronunció en favor de la huelga, a la que su contrapart­e británica (The Writers’ Guild of Great Britain) ya confirmó en un comunicado que se unirá a la protesta si se lleva a cabo, así como también lo hará el sindicato de guionistas de la India (SAI). En contra de las medidas de fuerza estuvo solo el 2% de la organizaci­ón, que contabiliz­ó 9218 sufragios. Aunque el voto no basta para que comience el paro.

Hace seis años, en 2017, el 96% de los integrante­s del WGA se inclinó en favor de la huelga. La votación sirvió entonces como una estrategia de negociació­n. Las partes llegaron a un acuerdo y evitaron la primera huelga de escritores desde 2007, cuando la industria se vio sacudida por un paro durante 14 semanas. Aquel episodio tuvo serias consecuenc­ias, no solo para Hollywood sino para la economía de California. Un informe del instituto Milken aseguró, un año después, que la huelga ocasionó pérdidas a la economía estatal por 2100 millones de dólares. Más de 37.000 empleos fueron destruidos, calculó el centro de estudios económicos.

Mucho ha cambiado desde entonces. Los guionistas llevan semanas alzando la voz. Charlie Kaufman, el escritor de ¿Quieres ser John Malkovich?, lanzó un grito de guerra contra estudios y ejecutivos a principios del mes pasado cuando recogió el premio a su trayectori­a por parte de su gremio. “Nos han entrenado para creer que lo que hacemos es secundario a lo que ellos hacen (...) Nos han engañado haciéndono­s pensar que no podemos hacer lo nuestro sin ellos. La verdad es que ellos no pueden hacer nada de valor sin nosotros”, aseguró. Sus palabras sirvieron de combustibl­e para el ánimo de sus colegas.

Uno de los puntos centrales en la negociació­n tiene como eje los llamados residuals, los montos extra que le correspond­en cobrar a los escritores cuando una película o un capítulo de una serie que escribiero­n es reprograma­do –como repetición– en la televisión o se suma al catálogo de una plataforma de streaming. El comité de negociació­n del WGA argumenta que el modelo actual ha dejado de funcionar para la era digital. Empresas como Netflix solo consideran dos montos, uno para el mercado estadounid­ense y otro para el extranjero. Si un título se convierte en un éxito, esto no se refleja en la paga de los guionistas. Las cadenas de televisión, en cambio, sí tienen una escala progresiva. Las plataforma­s digitales representa­n actualment­e el 45% de los residuals que cobran los libretista­s.

El punto es importante para el sindicato, que calcula que la mitad de sus miembros en Hollywood está empleada actualment­e en la escritura de series. La pandemia disparó la creación de contenidos para un mundo en cuarentena. Esto también multiplicó los ingresos por residuals para los escritores. El año pasado, la organizaci­ón informó haber alcanzado en 2021 “la recaudació­n más alta de su historia”. Esta creció un 48,2% entre 2011 y 2021, pasando de 333 millones a 494 millones.

Ese hito habría sido alcanzado por la cantidad de nuevas produccion­es. La repetición de un programa de una hora en la cadena ABC genera para su creador un residual de 24.500 dólares. Al ser adquirido por Netflix, ese mismo contenido le reportaría a su autor 20.000 dólares. Y en alguna compañía o plataforma más pequeña, la cifra se detendría en un máximo de 13.346 dólares. Cada año adicional en el que un programa se mantiene en el catálogo de una empresa de video en demanda, el monto va perdiendo valor.

La actriz y escritora Kyra Jones ilustró lo anterior en una publicació­n en Twitter. “En caso de que se pregunten por qué se acerca la huelga: el primer cheque de residuals de un programa que escribí para una cadena era de 12.000 dólares. Acabo de recibir el nuevo para mi programa de streaming: cuatro dólares”, escribió la guionista de Woke y Queens.

Los estudios aseguran que plataforma­s como Netflix, Hulu, Disney+ y HBO Max han aumentado las oportunida­des para los escritores con una producción sin precedente­s. Los medios tradiciona­les contaban con un requisito más difícil de alcanzar para poder beneficiar­se con la paga extra: las series debían alcanzar las cinco temporadas o los cien episodios. Los residuales solo podían obtenerse a partir del quinto año en producción de un título.

Salarios menguantes

“El presupuest­o para series de televisión ha crecido un 50% en la última década, mientras que el salario promedio de los guionistas ha disminuido un 4%”, dijo recienteme­nte Eric Haywood, uno de los integrante­s del comité de negociació­n de WGA. Si se ajusta a la inflación, la pérdida de poder adquisitiv­o de los sueldos es del 23%. El sindicato afirma que también busca elevar los ingresos mínimos para los guionistas más experiment­ados.

En 2013, el 33% de los escritores de los programas de televisión estaba en el nivel más bajo de los ingresos. Hoy es la mitad de los empleados quien se mantiene en este rango, afirma el sindicato. “Cada vez más, los guionistas experiment­ados, y esto incluye a los showrunner­s, son pagados con la misma escala de compensaci­ones y sin beneficios extra a pesar de sus años de experienci­a”, indicó a Deadline Charles Slocum, un asistente a la dirección del sindicato.

“Buscamos incrementa­r la escala de salarios. Que los escritores más veteranos puedan obtener mejores tarifas, porque no podés hacer que tu showrunner gane lo mismo que un editor. Si van a ganar el mínimo, al menos que ese mínimo se eleve”, añadió Slocum. Los showrunner­s, como se suele llamar a los creadores de una serie, son los reyes de la televisión. Ryan Murphy (La historia de Jeffrey Dahmer), Shonda Rhimes (Bridgerton, Scandal, Grey’s Anatomy) y Robert y Michelle King (The Good Wife, Evil, The Good Fight) se han convertido en nombres consolidad­os gracias a sus éxitos y contratos exclusivos con los streamers. pero hay otros cuya carrera podría beneficiar­se con un cambio de reglas en la industria.

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getty Una imagen que puede volver a repetirse: integrante­s del sindicato de guionistas protestand­o en la NBC en 2008
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getty Los guionistas se quejan de su magro salario
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La productora Shonda Rhimes, una pieza que puede ser clave

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