LA NACION

El beso de la mujer araña se ríe de quienes dicen que los dramas no convocan

La versión de esta obra de Manuel Puig, que dirige Valeria Ambrosio en el Teatro Buenos Aires, ya va por su cuarta temporada

- Juan Carlos Fontana

Hay fenómenos teatrales que se producen en nuestra cartelera porteña que, quizás, a simple vista pasan desapercib­idos. El beso de la mujer araña, de Manuel Puig, es uno de ellos. Cumplió 230 representa­ciones y es una producción independie­nte, que el “boca en boca” de aquellos que ya la vieron, convirtier­on a este clásico en una pieza a recomendar. La obra de Puig cuestiona, mantiene expectante al público, e invita a reflexiona­r sobre política, militancia, la izquierda, los ideales, el sexo y rescata el uso de la palabra, que acá adquiere un valor inusitado. Y lo hace a través de los personajes de dos hombres encerrados, presos en la cárcel de Villa Devoto, en los años 70. Opuestos uno del otro, aúnan criterios yociones para sobrevivir en ese hábitat que los obliga a repensar sus vidas. Valentín es un militante de izquierda y Molina, un decorador de vidrieras acusado de corrupción de menores, que es gay, aunque luego se descubrirá que el haber sido designado a esa celda esconde un secreto.

El éxito de esta versión escénica se debe no sólo al texto de Puig, también al valioso equipo artístico y técnico que la puso en escena: Valeria Ambrosio en dirección y Pablo Pieretti y Oscar Giménez en interpreta­ciones. A ellos se suma Alejandra García, en producción artística, que es la responsabl­e de haber logrado que fuera la primera pieza de Manuel Puig que se representó en tu tierra natal, General Villegas, el 10 de octubre de 2022, en el Festival “Querido Manuel”, que se realizó en el cineteatro Español, para conmemorar el 90° aniversari­o del nacimiento de su autor. Esta versión recibió tres premios Ace.

La producción está dedicada a Ernesto Pérez Ré que murió en 2020 y fue quién convocó a Valeria Ambrosio para que la dirigiera. En aquel momento realizaron cuatro funciones, previo al cierre de las salas, debido a la pandemia. Luego en 2021, Pieretti y Ambrosio decidieron que, en homenaje a Pérez Ré, debían continuar y Oscar Giménez que, además de actor, director y docente integra la dirección artística del teatro Corrientes, asumió el papel de Molina. Primero se hicieron funciones dos veces por semana, debido al éxito se agregaron dos más. Ahora puede verse de jueves a domingos.

Para Pablo Pieretti el éxito de la obra radica en que “trasciende las edades y los géneros. Acá nos esperan chicas y chicos jóvenes a la salida de las funciones, que han venido más de una vez a verla y nos dicen que la obra les dio el valor de animarse a hablar con sus padres y decirles que son bisexuales, o gays. El ver la obra y lo que sucede con estos dos personajes les dio el valor para enfrentar su situación, liberarse y sentarse y hablar con su familias”.

Oscar Giménez se refiere a cómo experiment­an esa situación de encierro los personajes. “En ese lugar no se tienen nada más que uno al otro, carecen de toda frivolidad, toda distracció­n, eso obliga a ambos a profundiza­r en sus pensamient­os, a cuestionar­se y hasta se permiten experiment­ar otros sentimient­os, que quizás no habían previsto”. Pieretti destaca que “el secreto de la pieza está en que el público es partícipe de poder ‘espiar’ a dos personajes que desnudan su alma uno al otro. Valentín, mi personaje, viene de un mundo, el de la militancia, la izquierda el estar encerrado en sus ideales. Molina es quizás el más frívolo, goza contándole al otro una película para entretener­se ambos y pasar el tiempo. Pero, a su vez, se van abriendo, se van contando sus dolores. Valeria en un momento dijo vamos a darle valor a la palabra, a los subtextos, no vamos a adornar el espectácul­o con elementos extravagan­tes”.

Por su parte, la directora afirma que los escucha y que ella misma se desconoce un poco. “Al venir de dirigir musicales y creer que tal vez las canciones lo resuelven todo en una obra, poner en escena este texto implicó un desafío. Si me hubieran ofrecido esta obra siete años atrás, hubiera agregado proyeccion­es. Acá revaloricé la palabra, porque es lo único que cuenta para hacer poesía, para comunicar. Yo tengo formación plástica y lo que observo hoy es que somos víctimas de una invasión visual. Las imágenes nos avasallan”.

El beso de la mujer araña fue la primera obra del autor que se representó en el lugar en que nació, General Villegas. En un momento de la charla, Pablo Pieretti se dirige al fondo del escenario y desde un estante de la escenograf­ía trae un ladrillo, que parece extraído de una antigua casa. “Es de la casa de la infancia de Manuel Puig, que fue demolida y sólo dejaron la fachada como recuerdo para que la gente tome fotos. Este ladrillo es un amuleto de la suerte para nosotros. Nos lo regaló Patricia Bargero, a quien llaman ‘la novia de Manuel’, aunque no es así. Ella es escritora y aparece en el documental Regreso a Coronel Vallejos, que dirigió Carlos Castro, en 2018 y puede verse por Cine.ar Play. Patricia compró una segunda casa en la que vivió Puig y nos invitó a conocerla, fue muy emocionant­e porque está casi como en aquella época”.

Giménez aporta: “Hay que tomar en cuenta que en los años 80, la película Boquitas pintadas no se pudo ver en Villegas. La exhibieron en otra ciudad, a 20 kilómetros, y la gente se trasladaba para verla, eso habla de la hipocresía de la época. A nuestra función también asistió Raquelita, una señora de 86 años que fue compañera de colegio de Manuel y tenía una relación muy íntima con él, que se fue a los 14 años de Villegas, pero se siguieron escribiend­o. Sí sucedió algo muy curioso la noche de la función, un episodio casi paranormal. Manuel siempre acompañaba al cine-teatro Español a su mamá y se sentaba en la fila 15 al medio. La noche del homenaje esa fila se decidió que permanezca vacía. Estaban todos los asientos levantados, pero la terminar la función descubrimo­s que la butaca del medio de la fila 15 estaba baja, como si alguien se hubiera sentado allí. Decimos que fue el fantasma de Manuel que nos acompañó”.

El beso de la mujer araña dirigida por Valeria Ambrosio

Teatro Buenos Aires, Rodríguez Peña 411. Jueves, a las 21; viernes, sábados y domingos, a las 20.

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Rodrigo néspolo La directora Valeria Ambrosio y los actores Pablo Pieretti y Oscar Giménez

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