Los guiños tangueros de Kaurismäki
cannes. Tras presentar su película Fallen Leaves, habló de su pasión por Carlos Gardel
CANNES.- “Carlos Gardel fue una voz extraordinaria, un cantante inmenso, el mejor cantante de tangos de todos los tiempos... después de Reijo Taipale, desde luego”, dice antes de esbozar una sonrisa divertida el inmenso cineasta finlandés Aki Kaurismäki, quien luego de la presentación de Fallen Leaves en el festival dialogó con la nacion sobre dos coordenadas impensadas en su última película, gran candidata junto a The Zone of Interest, de Jonathan Glazer, a la Palma de Oro. Su banda de sonido incorpora “Arrabal amargo” y un café que -convenientemente- se llama Buenos Aires, como suerte de refugio al amor frustrado y los sueños rotos.
El marco de la historia de amor que desarrolla en esta película tiene presente a la invasión rusa a Ucrania: “No podía hacer una película durante la guerra sin comentarla de alguna manera, así que la comenté por la radio –dice Kaurismäki–. Si pensamos en la perdurabilidad de las películas era importante mencionarlo”.
La película presenta a Ansa, una repositora de supermercado que es despedida de su trabajo y conoce a Holappa, un obrero de la construcción adicto al alcohol y que también quedará en la calle. La historia de amor entre ellos no prospera porque tienen diversos problemas, algunos cotidianos y otros que solo pueden desenvolverse en el cine del maestro finlandés. Poco afecto a las normas, Kaurismäki asistió sin el obligatorio smoking a la gala de su propia película y fue detenido por un guardia de seguridad hasta que pudo resolverse el entredicho. Parecía la trama de una de sus películas donde el control de seguridad dispara situaciones absurdas. A fin de cuentas, la vida imita al arte o al revés. Y Kaurismäki sabe de ello.•