LA NACION

Tras sufrir más ataques en la frontera, Rusia bombardeó una clínica

Acusó a militares ucranianos por decenas de disparos de artillería en Belgorod; dos muertos por el impacto de misiles en Dnipro

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KIEV.– La tensión escaló ayer en la frontera rusa, con ataques de la artillería ucraniana en una zona que ya había sido atacada por fuerzas rebeldes esta semana, en tanto el Kremlin bombardeó una clínica en Ucrania.

El gobernador de la región rusa de Belgorod, Viacheslav Gladkov, aseguró que al menos cinco distritos de esa zona del sur de Rusia fueron bombardead­os por las fuerzas ucranianas en 24 horas. Su principal blanco fue el pueblo de Kozinka, sobre el que cayeron 132 obuses.

El distrito de Belgorodsk­i, que rodea la capital regional Belgorod, sufrió 14 ataques, en particular de drones, uno de los cuales bombardeó un edificio administra­tivo y causó daños, de acuerdo con ese reporte. En Krasnodar, una ciudad rusa a 200 kilómetros de la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014, dos drones dañaron edificios pero sin causar víctimas.

“Hay algunos daños en edificios, pero las infraestru­cturas críticas no sufrierond­años.ylomásimpo­rtante, no hubo víctimas”, dijo el alcalde de la ciudad, Veniamin Kondratiev. Estos informes se produjeron días después de una incursión armada desdeucran­ia,reivindica­dapordos grupos de rebeldes rusos que combaten contra las fuerzas rusas.

Por su parte, Rusia bombardeó la ciudaducra­nianadedni­proconmisi­les que alcanzaron una clínica, en unataquequ­esegúnlasa­utoridades ucranianas dejaron por lo menos dos muertos y cerca de 30 heridos. El jefe de la administra­ción militar, Serguii Lysak, dijo que Rusia lanzó misiles contra una zona residencia­l, donde se hallaba la clínica. Dnipro, situado a 125 kilómetros de la línea del frente, es un centro industrial que antes del comienzo de la guerra contaba con un millón de habitantes.

El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, publicó un video en el que se veían edificios muy dañados de los que salían columnas de humo. El mandatario afirmó que al atacar instalacio­nes médicas civiles, “los terrorista­s rusos confirman una vez más su condición de combatient­es contra todo lo humano y lo honesto”.

Medios locales publica ron videos de rescatista­s ayudando a personas con el rostro ensangrent­ado a escaparde la clínica, llena de escombros. También hubo ataques sobre Kiev, cuyas autoridade­s dijeron haber sufrido durante la noche del jueves al viernes el decimoterc­er ataque aéreo ruso desde inicios de mes, esta vez con misiles de crucero lanzados por bombardero­s TU-95MS desde la región del Mar Caspio.

El Ministerio de Defensa ruso confirmó haber llevado a cabo bombardeos nocturnos en Ucrania, pero dijo haber apuntado a “lugares de almacenami­ento de municiones”. Ucrania había indicado esta semana que repelió un bombardeo de gran magnitud de 16 misiles y 20 drones contra Dnipro.

En otro foco de tensión, el vocero del Kremlin, Dimitri Peskov, no confirmó directamen­te la informació­n sobre el despliegue de armas nucleares rusas en Bielorrusi­a, anunciada por el propio presidente Alexandr Lukashenko. Pero dijo en cambio que este país, aliado de Rusia, “enfrenta actitudes poco amistosas, e incluso hostiles, por parte de países vecinos”.

En Moscú, el canciller Serguei Lavrov recibió al emisario chino Li Hui para discutir posibles salidas al conflicto, aunque afirmó que ve “serios obstáculos” a la paz creados por Ucrania y las potencias occidental­es. China lanzó hace algunas semanas un “plan de paz” de 12 puntos, donde no se hablaba de la restitució­n estricta de los territorio­s capturados por Rusia en Ucrania.

El expresiden­te ruso Dimitri Medvedev afirmó en el mismo sentido que Lavrov que las negociacio­nes con Ucrania eran imposibles mientras Zelensky estuviera en el cargo.

Rusia, por otro lado, reconoció una iniciativa de paz del Vaticano. La Cancillerí­a dio a conocer su postura a la agencia estatal RIA Novosti, en el primer reconocimi­ento público de Moscú sobre el deseo de intervenci­ón de Francisco, que designó a un emisario. “Reconocemo­s el sincero deseo de la Santa Sede de impulsar el proceso de paz. Al mismo tiempo, la parte vaticana no adoptó medidas prácticas para organizar el viaje a Moscú”, agregó.ß

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